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Presidente paraguayo renuncia a su cargo, pero el Congreso decide

El jefe de Estado dio por terminada sus funciones de forma anticipada, al renunciar al cargo ante el Parlamento para asumir, el 1 de julio próximo, un escaño en el Senado por el partido que será opositor a partir de agosto. Sin embargo, la última palabra la tienen los legisladores. Algunos anunciaron que dejarán sin quórum la sesión de la cámara alta. Por BBC Mundo


El mandatario paraguayo, Nicanor Duarte Frutos, presentó este lunes ante el Congreso su carta de renuncia al cargo para asumir como senador el mes próximo, lo que ha generado una situación de tensión política y confusión jurídica en medio de la transición del poder.



Duarte fue votado como senador en los comicios del 20 de abril, en los que el ex obispo Fernando Lugo, de la opositora Alianza Patriótica para el Cambio (APC) fue elegido presidente, poniendo fin a seis décadas de hegemonía del Partido Colorado.



Este martes, el Congreso paraguayo realizará una sesión conjunta para analizar la carta de renuncia de Duarte. Si se acepta la renuncia, el actual jefe de Estado planea traspasar sus funciones al vicepresidente Francisco Oviedo Benítez, hasta que Lugo tome posesión el 15 de agosto.



Sin embargo, legisladores opositores de la APC (centro-izquierda) y del Partido Patria Querida (PPQ, centro-derecha) anunciaron que dejarán sin quórum la sesión de la cámara alta.



De este modo, intentarán evitar que Duarte preste juramento en el Congreso el 1° de julio, porque consideran que su candidatura es «ilegítima».



La oposición sostiene que el presidente paraguayo no debió postularse para un escaño en el Senado porque la Constitución lo obliga a dedicarse exclusivamente a sus funciones de jefe de Estado.



«Queremos que la Carta Magna sea respetada. Nicanor Duarte deberá cumplir su mandato porque para eso fue elegido por el pueblo», afirmó Miguel Carrizosa, legislador del PPQ.



Tensiones



Según los analistas, la insistencia de Duarte en dimitir y convertirse en legislador y el rechazo de la oposición a que esto suceda, ha generado tensión en el traspaso de poder.



Para el mandatario paraguayo, la resistencia a aceptar su renuncia y su incorporación en el Parlamento como senador electo responde a una «persecución política».



Duarte dijo que merecía dejar la presidencia y asumir como legislador porque reconoció de inmediato el resultado de las elecciones de abril y creó una comisión para llevar a cabo una transición pacífica.



«El no tratamiento de mi renuncia sería un incumplimiento de los deberes y atribuciones del Congreso Nacional», dijo Duarte en su discurso.



Y adelantó que, si no logra su propósito, cambiará su actitud: «A partir de ahí nuestra posición va a ser distinta, porque evidentemente nuestro afán en la construcción de la confianza mutua y la colaboración está siendo totalmente devaluado por la oposición o despreciado».



El vicepresidente electo, Federico Franco, interpretó estas palabras como una «amenaza de boicot» al traspaso de mando. Y apeló al diálogo para evitar el inicio de un «gobierno tumultuoso y traumático».



Muchos observadores se preguntan por qué el actual presidente paraguayo tiene la férrea determinación de abandonar el poder para asumir como legislador. Según el analista político Alfredo Boccia, hay varias razones detrás de ese objetivo.



«Primero, porque ser un senador efectivo en lugar de vitalicio le da a Duarte mucha más vigencia en el poder. No quiere ser un ex presidente con un cargo decorativo, sino un actor importante en la política».



«Recordemos que, además, sigue siendo jefe del Partido Colorado, porque la Corte Suprema se lo permitió, a pesar de que la Constitución le impide tener otro cargo», añadió.
De todos modos, Boccia aclaró que la influencia política de Duarte está en baja debido a la derrota electoral de abril.



«Su propio partido lo está culpando del fracaso, lo está estigmatizando. Los colorados, acostumbrados a la hegemonía, no perdonan ese tipo de cosas», explicó.



Inmunidad parlamentaria



Para Boccia, otro de los posibles motivos de que Duarte quiera asumir pronto como legislador es que intenta asegurarse la inmunidad parlamentaria antes del traspaso de poder en agosto.



«Él ha sido un abanderado contra la corrupción en Paraguay y no hay ningún caso en su contra, pero eso no impide que pueda verse salpicado por algún escándalo en el futuro».



«Probablemente teme alguna revancha del nuevo gobierno; tal vez que le atribuyan irregularidades en organismos que han estado bajo su responsabilidad», añadió Boccia.



Por lo pronto, algunos funcionarios del entorno de Duarte están siendo investigados por presunto enriquecimiento ilícito.



Entre ellos, el director paraguayo de Itaipú y el suspendido y nuevamente electo senador del Partido Colorado, Juan Carlos Galaverna.



«Además, Duarte quizás se vea acosado por fantasmas del pasado. Recordemos que varios de sus predecesores, como Luis González Macchi, Raúl Cubas y Juan Carlos Wasmosy, fueron acusados de corrupción», concluyó Boccia.

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