El órgano contralor detectó la ausencia de documentos para acreditar las deudas, así como la falta de voluntad para perseguirlas una vez terminadas las acciones judiciales. Si bien el ente fiscalizador sólo revisaría el período 2007, se encontró con que desde 1982 existe un forado de dinero que arroja luces sobre parte de la crisis estructural de las universidades públicas.
La Contraloría General de la República hizo un duro cuestionamiento al sistema de cobros de las deudas impagas de la Universidad de Santiago. En un informe remitido a la casa de estudios la semana pasada, el organismo fiscalizador estimó que los dineros no recuperados alcanzan nada menos que a los $ 4.171. 064 millones, correspondientes a la deuda de los alumnos entre los años 1982 a 2007.
Si bien es cierto se trata de un período de 25 años, "la universidad no ha efectuado últimamente las gestiones para solicitar el castigo de las deudas". A renglón seguido, la Contraloría advierte que si bien la auditoría comprendió en principio sólo el ejercicio 2007 -y un universo de 100 alumnos de 12 carreras distintas- de todas formas analizó las deudas por concepto de matrículas y aranceles en el período 1982 y 1997, la que alcanzaba a $ 1.297. 306 millones.
Los fiscalizadores advirtieron "que no existen documentos tangibles, custodiados por la Unidad de Cobranza que respalden tales derechos, evidenciando la ausencia de controles de resguardo, lo que afecta el patrimonio financiero de la entidad".
Además, se estableció que en la Unidad de Tesorería se mantienen del tramo 1996-2000 los pagarés que firman los alumnos cuando ingresan a la universidad para garantizar el pago de sus deudas "y sobre los cuales no se han efectuado acciones de cobro a aquellos alumnos que mantienen deudas pendientes". Por ello, el órgano contralor le ordenó generar un sistema para perseguir estas deudas, incluso ya agotadas las acciones judiciales.
Escritorio sin llaves
En su defensa, la Usach explicó a la Contraloría que no efectúa ninguna acción posterior de la cobranza hecha por una empresa externa –Socofin– porque prefiere reforzar la que hace la misma firma. Sin embargo, el organismo fiscalizador recuerda que la observación hecha en su informe apunta a aquellas deudas que la propia Socofin no cobra.
La casa de estudios insiste en que, pese a que ha hecho gestiones con el fin de recuperar esos dineros ante el Ministerio de Educación, estos no han tenido resultados positivos.
En el caso de la conciliaciones bancarias, las cosas tampoco andan muy bien para en la Usach. Ahí se detectaron problemas para establecer un orden entre quienes firman, así como también que los pagarés y cheques a fecha se mantienen en un escritorio "sin llaves".
Lea el informe completo
Informe final auditoría USACH (Formato PDF)
