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El 72 por ciento de los profesores dice apoyar la Revolución Pingüina

Además que el 30% estima que los problemas en la educación chilena nunca serán resueltos, mientras que el 24% cree que se requerirán entre 20 y 30 años. Al mismo tiempo califican la "Revolución Pingüina" como un aporte que contribuyó a solucionar los problemas del sector (66%).


El 72% de los profesores dice estar muy de acuerdo o de acuerdo con la llamada «Revolución Pingüina» y el 66% considera que contribuyó a solucionar algunos de los problemas de la educación chilena, según reveló un estudio realizado por el decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Central, Luis Gajardo Ibáñez.



Asimismo el informe señala que el 27% de los maestros estima que con el movimiento no se solucionó ninguno de los problemas de la educación.



Las evaluaciones negativas de los profesores no sólo se concentran en la política y la economía sino que también alcanzan a la educación. En efecto, cuando a los profesores se les consulta cuanto va a demorar Chile en resolver los problemas de calidad y equidad que presenta la educación el 32.2% señala que nunca serán resueltos y el 24,1 % indica que se necesitan entre 20 y 30 años.



"Si observamos las respuestas por género, las mujeres tienden a atribuirle mayor impacto al movimiento y si las examinamos por tendencia política, la extrema izquierda predomina (33%) en la categoría ‘no se solucionó ningún problema’ y la extrema derecha en ‘se solucionaron algunos de los problemas’ ", apunta el sociólogo Luis Gajardo Ibáñez.



En relación a la actividad gremial, el 66% no votó en la última elección del Colegio de Profesores y el 55% no está inscrito en el organismo gremial, siguiendo con la tendencia global de los colegios profesionales.



Asimismo, el 54% opina que el Colegio de Profesores tiene un grado de legitimidad bajo o muy bajo, el 37% estima que cuenta con una legitimidad media y al 8,9% le parece que ésta es alta o muy alta.





Situación económica



En cuanto a la situación económica, el 62% afirma estar Insatisfecho o Muy Insatisfecho con situación del país; el 26% cree que Chile nunca será desarrollado, mientras que el 30% piensa que tardará entre 20 y 30 años en lograrlo.



Al preguntárseles por sus expectativas en el corto plazo en términos generales (no sólo economía) el 57% estima que el país va a estar igual en 5 años más y en lo personal el 41% confía en que estará mejor que en la actualidad, mientras que el 40% considera que se mantendrá "igual que ahora".



En términos personales, los docentes relatan que en un 46% tienen una "mejor situación que sus padres", el 32% igual a la de su familia de origen, mientras que el 20% confiesa un deterioro o disminución. De la misma manera, en promedio confiesan que requerirían de 3,3 sueldos mensuales para poder pagar sus deudas con casa comerciales y bancos -sin considerar las hipotecarias.



"Desde el punto de vista económico, una de las cuestiones que preocupa en la sociedad chilena es el nivel de endeudamiento de la población. En el caso de los profesores estudiados se aprecian niveles de endeudamiento superiores a los del resto del país, aún cuando el 35.7% necesita de 1.1 a 2.0 sueldos para cancelar sus deudas, pero resulta preocupante que el 13.4 necesite de más de 5.0 sueldos y que el 3.8 requiera más de 10", afirma Luis Gajardo Ibáñez.



El autor sostiene que el estudio muestra que los profesores presentan un grado relativamente alto de homogeneidad en sus opiniones sobre la situación económica, política y educacional de nuestra sociedad y que, como otros actores sociales, han experimentado cambios significativos en las representaciones culturales que mantienen como consecuencia de la dinámica estructural experimentada por nuestro país durante las últimas décadas.



La conclusión más importante son los altos niveles de pesimismo en la situación actual y proyecciones futuras. "Aparentemente, los profesores experimentan grados relativamente altos de desesperanza aprendida. La situación es delicada si consideramos que ellos son parte importante de la influencia que reciben los jóvenes de nuestro país y la valoración que la población hace de la educación como único mecanismo que permite movilidad social ascendente", comenta el académico.



Y agrega que este acentuado pesimismo tiene relación con la historia del gremio: hay que recordar que las Escuelas Normales fueron eliminadas y éstas daban una fuerte identidad y motivación a los docentes; luego, se produjo el cierre del Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile. En los años 80 los colegios fueron municipalizados y pasan a ser funcionarios municipales lo que en nuestra sociedad tiene una connotación claramente distinta a los funcionarios del Estado. Y, por último, el desencanto de la Reforma Educacional que los definió como actores principales del proceso, elevando sus expectativas, para luego en la práctica proporcionarles escasos o nulos niveles de participación.



"Todas estas medidas, han provocado una disminución sistemática del status social de los profesores, en especial de sus niveles de prestigio social. Durante las dos últimas décadas se han recuperado en parte las remuneraciones, pero no se ha logrado devolver el prestigio social del que disfrutaban, dando lugar a lo que técnicamente se denomina status inconsistente, que lleva a tener posiciones radicales frente al sistema, es decir, siempre pronunciarse por los cambios ", señala el experto.



"Hoy en día muchos de los males de la educación se los atribuyen a los profesores, hay sectores que han sido tremendamente duros y no se reconoce las condiciones de gran dificultad en que desarrollan las clases a veces incluso con niveles de riesgo personal y sin ningún apoyo técnico. Desde un punto de vista de la política pública, el punto central consiste en provocar los cambios que permitan que el profesor se sienta estimado, admirado y que pueda ser considerado un modelo", concluye Luis Gajardo, decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Central.

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