Asimismo el magisterio explica que "los hechos ocurridos ayer (lunes) son expresión de la situación extremadamente tensa en que se desarrolla el debate sobre la LGE. Ello, sin embargo, no cuestiona en lo más mínimo la legitimidad de la lucha contra la LGE, lo que hemos hecho saber en distintos escenarios y circunstancias, en foros, seminarios, en manifestaciones callejeras».
El Colegio de Profesores lamentó este martes la agresión que sufrió el lunes la ministra de Educación, Mónica Jiménez, cuando una estudiante le arrojó un jarro de agua a la secretaria de Estado.
A través de una declaración pública el Directorio Nacional del Colegio de Profesores señaló que "fue una situación bochornosa. Por lo tanto, el desenlace de lo que había comenzado como una manifestación de rechazo a una convocatoria del Ministerio de Educación, nos sorprendió también a nosotros en la medida que no creemos que cualquier método sea válido para hacerse escuchar".
"Por ello -agregan-rechazamos que se responsabilice a los maestros y maestras de esta situación. Los profesores no tenemos la necesidad de mandar a nuestros alumnos a dar la cara por nuestras luchas y así lo hemos demostrado públicamente. Luchamos por la democracia y es nuestro deber educar para que generaciones futuras puedan vivir y desarrollarse en ella".
Asimismo el magisterio precisa que "los hechos ocurridos ayer (lunes) son expresión de la situación extremadamente tensa en que se desarrolla el debate sobre la LGE. Ello, sin embargo, no cuestiona en lo más mínimo la legitimidad de la lucha contra la LGE, lo que hemos hecho saber en distintos escenarios y circunstancias, en foros, seminarios, en manifestaciones callejeras».
Agregan que «este hecho puntual es el resultado del intento de imponer a todo evento este proyecto de ley desestimando las opiniones de los directamente involucrados: los estudiantes, los profesores, los padres y apoderados".
El Directorio Nacional del Colegio de Profesores sostiene que "en esta situación, nuestro deber como educadores, es propiciar la integridad psicológica de nuestros alumnos, promover su participación en los asuntos de interés del país, con un pensamiento autónomo y crítico".
"Como educadores rechazamos el anuncio de expulsar a la alumna María Música Sepúlveda del Liceo Darío Salas. Esta es justamente una demostración de la manera arbitraria en que algunas autoridades manejan actualmente la educación pública: sin ningún criterio pedagógico y actuando como en el siglo XIX", señala el magisterio.
A juicio del Colegio de Profesores "cerrar el diálogo y forzarlo con un proyecto de ley ya casi aprobado pese a las legítimas discrepancias que la sociedad civil expresa de diferentes maneras no es lo más adecuado. El sentido de la educación es, en nuestra opinión, entregar las oportunidades para que los jóvenes desarrollen sus aspiraciones y sus potencialidades, respetando su visión del mundo, sus valores en un intercambio con lo que el mundo adulto y la sociedad espera de ellos".
Para la Orden "ninguna circunstancia coyuntural, por adversa que sea, nos ha hecho renunciar a esta convicción. Y la de ayer, solamente reafirma la necesidad de los cambios en la educación, para hacer de ella una herramienta efectiva de integración social, de diálogo e intercambio democrático".
