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El Mop-Gate del empresariado

Como una bomba. Así cayó la millonaria sanción de la SVS al vicepresidente de D&S, Hans Eben, a ejecutivos de arrocera Tucapel, de la cual el ex presidente de Icare es director, y a la socia de Falabella María Luisa Solari y su esposo. El informe de la SVS es contundente: ninguno de los cercanos a Eben era inversionista habitual de la bolsa y todos pidieron préstamos bancarios para adquirir acciones de D&S. Una pasada fácil, que deja al descubierto redes familiares y de negocios, y que amenaza c


Por Miguel Paz y Felipe Saleh





Todo partió en Lima. La noche del 7 de mayo de 2007, los controladores de D&S Felipe y Nicolás Ibáñez junto al vicepresidente de la supermercadista Hans Eben se reunieron a cenar en un exclusivo restaurant con uno de los socios de Falabella, Juan Cuneo, y el presidente de Icare y miembro del directorio de la multitienda Alfredo Moreno Charme. El motivo: analizar la posible fusión de ambos gigantes del retail.



Eben y Moreno eran los negociadores de la fusión que diez días después se anunciaría públicamente, provocando con ello la pesquisa iniciada por la SVS el 18 de enero pasado por uso de información privilegiada que concluyó ayer con ocho sancionados con multas que van de los US$ 4.065 a US$ 1,6 millones; la designación de la fiscal experta en delitos tributarios Ximena Chong; y el anuncio del superintendente Guillermo Larraín de que se están "analizando otros casos vinculados a la operación".



De vuelta en Lima, al día siguiente de la comida, Eben y Moreno tomaron contacto desde la capital peruana con un representante del banco de inversión JP Morgan y miembros del estudio Barros y Letelier "para estudiar la situación" y hablaron telefónicamente con José Luis del Río, otro de los socios de Falabella para informarle de los avances en la negociación.



Ya en Santiago, el 10 de mayo, los comensales de Lima se reunieron con los juristas y expertos de JP Morgan para continuar analizando la posible fusión. Eben y Moreno fijaron una nueva cita para el 14 de mayo, donde acordaron uno de los aspectos del millonario negocio y prosiguieron las tratativas el día 15 hasta altas horas de la noche en la oficina de Moreno.



Hasta allí llegó Ana María Laguna Galasso, socia de la empresa de comunicaciones de Pilar y Marilú Velasco, Extend, y encargada de la cuenta de comunicaciones de D&S, que discutió con Eben y Moreno la estrategia comunicacional para dar a conocer el acuerdo. Laguna es otra de las sancionadas por la SVS por uso de información privilegiada.



Los amigos de Hans Eben



Pese a negar las imputaciones y recibir el respaldo de Felipe y Nicolás Ibáñez, el hombre de confianza de los controladores de D&S (holding que agrupa a Líder, Ekono, tarjeta Presto e inmobiliaria Saitec), indica la SVS, violó el deber de reserva de la mega-operación.



Siempre según la autoridad, entre el 11 y el 16 de mayo Eben dio a conocer información privilegiada de "la existencia de negociaciones entre D&S y Falabella" a tres personas de su entorno más íntimo: Vicente Aresti López, Eugenio Eben Aresti y Alejandro Irarrázabal Ureta.



Aresti López dirige el grupo de su familia, Soinpro, que incluye la elaboradora de alimentos para mascotas NutriPro, la Viña Aresti y Arrocera Tucapel. En el directorio de Tucapel, empresa que controla casi el 50% del mercado arrocero, participa Hans Eben, quien además es tío de Eugenio Eben. Este último es hijo de Begoña, la hermana de Aresti López; en tanto Alejandro Irarrázaval está casado con una hija de Aresti. Ambos trabajan también en Tucapel: Eben como gerente de Nuevos Negocios, e Irrarázaval en el cargo de gerente general.



Según la cronología de hechos de la SVS, una vez que Hans Eben le contó a Aresti sobre la posible fusión, el empresario agroindustrial compró acciones de D&S por un total de $2.396.676.804, a través de tres sociedades limitadas: Arlop, Vicar, y La Producción. Las adquisiciones de papeles se hicieron entre el 11 y el 16 de mayo. Es decir, hasta un día antes del anuncio público de la fusión, luego de la cual Aresti vendió sus papeles de D&S a mayor precio. La "pasada" por la bolsa le reportó una ganancia de $113.629.673. Y eso que vendió "parte" de las acciones.



Lo mismo sucedió con Eugenio Eben y Alejandro Irarrázaval. El 11 de mayo el hijo del hermano de Hans Eben adquirió, a través de su esposa Caroline Fell, un total de $49.819.840 en acciones de D&S que vendió el 18 de mayo. Obtuvo $14.458.150 de ganancia. Por su parte, el yerno de Aresti, Alejandro Irarrázaval, se hizo de $472.002.680 en papeles de la supermercadista el 15 de mayo a través de Sotavento, sociedad de su propiedad. Al igual que Eugenio Eben, vendió el día siguiente que se conociera el acuerdo de fusión. La ganancia: $101.019.766.



Tanto Vicente Aresti, como Eugenio Eben y Alejandro Irarrázaval actuaron "de manera coordinada en esta operación", asegura la SVS. Una prueba de ello es que la autoridad reguladora estableció que ninguno de los cercanos a Hans Eben era un inversionista habitual del mundo bursátil. Todos pidieron préstamos bancarios para realizar las millonarias transacciones.



El marido de la "Icha"



La otra sancionada es María Luisa Solari. La "Icha", como le dicen sus amigos, es hermana de Liliana y Teresa Solari. Las tres son socias y accionistas de Falabella, y primas de Juan Cuneo, cabeza del holding donde se encuentran asociados con la familia Del Río. De acuerdo al último ranking de revista Qué Pasa y la Universidad del Desarrollo, Falabella se ubica en el lugar No 2 de "Los 24 grupos empresariales más relevantes de Chile".



Fanática de la hípica al igual que las otras dos hijas de Alberto Solari Magnasco, una vez al año María Luisa y su marido Marcel Zarour asisten al Hipódromo al Gran Premio Comuna de Independencia. Cuando la "Icha" no está entre caballos pura sangre, anda de viaje fuera de Chile.



El 16 de mayo, día previo al acuerdo de fusión con D&S, María Luisa Solari y su esposo partieron una vez más al extranjero. Según el informe de la SVS, antes de irse, "alrededor de las 7:00 de la mañana" fue visitada en su casa por su tío y presidente de Falabella, Reinaldo Solari Magnasco, "quien debió concurrir personalmente a obtener su firma pues se requería el apoyo del 100% de las personas que pertenecían al pacto controlador de Falabella para la suscripción del Acuerdo con D&S".



En virtud de lo anterior, dice la SVS, el marido de "Icha" Marcel Zarour adquirió acciones de D&S el mismo día para sí mismo y para dos sociedades limitadas donde su esposa participa: Agrícola Icha Solari y Cía y Complejo Turístico Bahía Quimán. Los papeles obtuvieron una valorización estimada de un 30%, una vez que se conoció el acuerdo Falabella-D&S.



Del couché a la crónica roja



Acostumbrados a estar en las pautas del couché financiero, donde se destaca su integridad empresarial, y a pararse en el podio de las distinciones cuando se junta la elite del poder económico, Hans Eben director de D&S y María Luisa Solari, miembro de la familia que controla Falabella, son los rostros más reconocibles del golpe que ayer dio la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) al sancionarlos junto a otras seis personas, en el marco de la investigación por la fallida fusión entre Falabella y D&S.



Ahora están del otro lado. Para muchos, las multas cursadas por la SVS representan un punto de inflexión en la imagen heroica que han logrado difundir los empresarios, como gestores del modelo económico chileno. Eben, fue presidente de Icare, uno de los foros empresariales más granados. Desde ahí el sector privado administra reputación, galardones y se erige en foro para apuntar a la administración del Estado como ejemplo de ineficiencia, corruptelas, cuoteo y otros pecados.



"Hans Eben, ligado estrechamente a Ibáñez y a Renovación Nacional, ha sido uno de los principales ‘catones’ de los políticos de la administración del Estado. Esta es una señal muy clara de que la ética hay que reponerla sin distinción entre lo público y lo privado", asegura el diputado Eduardo Saffirio (DC), integrante de la Comisión de Hacienda de la Cámara.



Noticia muerta



Claramente ha existido una vara distinta para medir al Estado y a la empresa privada, que identifica al primero como el sector donde descansan gran parte de los vicios asociados al poder y al dinero. "Pero esto (la sanción de la SVS) es una prueba de que demonizar al Estado y simplificar en términos éticos a los privados es solo una ideología, porque si hay un funcionario público corrupto es porque hay un privado dispuesto a corromperlo", dice Saffirio y aclara que las multas no le sorprenden mucho porque es algo "que en el mercado financiero se viene haciendo hace rato".



No es difícil mirar este caso en base a la dicotomía blanco-negro, empresarios a un lado y administración pública al otro, probablemente porque no se conocía una operación tan controversial desde el caso Chispas (1997) en que un grupo de accionistas encabezados por José Yurasczeck selló la venta de Enersis a Endesa España perjudicando a cientos de accionistas minoritarios. "En Chile los delitos de cuello y corbata se olvidan rápidamente sino mira donde está Yurasczeck ahora", dice un conocido analista político.



"En todas partes ‘se cuecen habas’, siempre hay delitos y los tribunales tienen que estar atentos. La tentación es más grave en las platas públicas porque son de todos los chilenos. En ambos casos las culpas son individuales y no se puede generalizar apuntando a todo un gremio", comenta dice el diputado UDI Julio Dittborn, quién prefiere no dar una opinión definitiva sobre si se cometió el delito de uso de información privilegiada. Su opinión y la de otros parlamentarios (Evelyn Mathei y Eduardo Frei se excusaron de hablar por estar ocupados en actividades con el electorado), refleja la perplejidad que existe en el mundo político y la esfera bursátil, donde varios actores acostumbrados a opinar con largueza guardaron silencio tras esta sanción.



"Estos asuntos mueren rápido, aparecen muy por encima y centrados en aspectos técnicos. Es normal que alguna gente de la Alianza no acuse recibo salvo que fuera un proyecto de Chiledeportes por 2 millones de pesos", dice el diputado Carlos Montes, aclarando que "existe una parte del empresariado muy respetuosa de las normas, pero hay otra que efectivamente se siente superior, porque ni siquiera conocemos todos los balances de todas las sociedades anónimas". El parlamentario menciona a la cadena de retail donde participa Hans Eben como un ejemplo "impresionante" de elusión de normas en materia laboral, materia refrendada por un informe reciente de la Cámara de Diputados.



Teniendo en cuenta la posición de honor que ocupan Falabella y D&S en el cuadro de la Asociación Nacional de Avisadores, es posible que Montes tenga razón y los medios acostumbrados a presentar los escándalos en el Fisco con suficiente amplificación, esta vez lo reduzcan a una insípida pauta informativa en la sección de economía "que es donde tiene que salir, estas cosas pasan todos los días en Estados Unidos, lo importante es que el superintendente cumpla con su deber y demuestre que en Chile las instituciones funcionan", dice el columnista Patricio Navia.

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