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EADS se adjudica finalmente licitación para el nuevo satélite chileno

Para llevar a cabo este proyecto, el Ministerio de Defensa desembolsará 75 millones de dólares provenientes de la Ley Reservada del Cobre, cifra que prácticamente dobla la que se había considerado inicialmente. El aparato se usará en 95% para actividades civiles y sólo 5,0% con fines militares. El consorcio europeo ya había sido elegido hace dos años para construirlo, pero la decisión se postergó, abriéndose un proceso de recepción internacional de ofertas en aras de la transparencia.



El Gobierno adjudicó al consorcio European Aeronautic Defence and Speace Company (EADS) la compra del largamente tramitado satélite chileno, por un valor aproximado de 72 millones de dólares.



Esta decisión fue adoptada tras una licitación internacional en la que quedaron como finalistas la europea EADS y la canadiense MacDonald, Dettwiler and Associates.



Fuentes consultadas por la agencia noticiosa EFE indicaron que el 95 por ciento del uso del satélite será para actividades civiles y el 5,0 por ciento restante se destinará a fines militares.



El hecho de que el satélite sea adquirido con cargo al presupuesto de Defensa se debe al hecho de que esta cartera es la que tiene los recursos disponibles de la Ley Reservada del Cobre y que destina un 10 por ciento de las ventas de Codelco a adquisiciones militares.



En la decisión de asignar la compra al consorcio europeo intervinieron no sólo expertos militares, sino también científicos, profesores universitarios y la Comisión Nacional de Investigación en Ciencia y Tecnología (Conicyt).



Hace dos años, el Ejecutivo ya estuvo a punto de comprar un satélite, también a EADS, pero finalmente la operación se paralizó y se anunció una licitación internacional.



El proyecto, que tenía entonces un costo de alrededor de 40 millones de dólares, fue rechazado por parlamentarios de la gobernante Concertación, que habían demandado una mayor transparencia al adquirir el equipo y que éste se destinase a fines civiles exclusivamente.



A raíz de ello, el Ministerio de Defensa anunció la apertura de un proceso de licitación internacional «por la necesidad de evaluar la importancia de esta operación dentro de las prioridades en la materia y el marco del gasto del sector de defensa».



Para la compra definitiva del satélite, el Gobierno contaba ahora con 75 millones de dólares, casi el doble de lo presupuestado inicialmente.



Ello se debe a que el nuevo sistema satelital es más complejo y tiene más prestaciones que el que se proyectaba adquirir en 2006.



El nuevo sistema incluye, además del satélite, el mecanismo de lanzamiento, las antenas de control y recepción de imágenes; el equipamiento para el procesamiento de las mismas, la transferencia tecnológica y la formación de capital humano.



EFE

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