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El verdadero dueño de la billetera fiscal

El jefe de la Dipres está jugando un rol fundamental en el debate por el gasto público para el Presupuesto 2009. Bautizado como «Maloso» por la Anef, Arenas se ha convertido en el asesor estratégico de Bachelet en estas materias y algunos lo apuntan como el orejero que bajó el reajuste del 7 por ciento a los pensionados en el discurso del 21 de Mayo. De bajo perfil pero con más manejo y olfato político que su jefe Andrés Velasco, pocos saben que su mujer administra cerca del 40 por ciento de los


Por Pablo Basadre G.



En los ministerios ya tienen todo listo para presentar las partidas presupuestarias para el 2009 y discutirlas con el Ministerio de Hacienda. Esa es una de las razones de la frenética agenda política y comunicacional de Andrés Velasco en las últimas semanas. El titular de Hacienda deberá enfrentar las críticas de la derecha y de parte importante de la Concertación en materias de gasto público para cuando comience la tramitación del proyecto de la ley de presupuesto en el Congreso. Velasco sabe que no podrá llevar adelante la difícil obtención de los votos para su aprobación. Dentro de ese tenso ambiente, lo acompañará el director de Presupuesto, Alberto Arenas (PS), un hombre con mucho más llegada en los parlamentarios y olfato político que él.



El poder de Arenas lo conocen todos los ministros, dirigentes del sector público y los municipios. Con 17 años en la Dipres es parte, junto a otros personajes del oficialismo como Julio Valladares (DC), también de la Dipres, Hernán Monasterio (PS), director de Fonasa y el ex seremi de Educación, Alejandro Traverso (PS), de un grupo de militantes de distintos partidos que han hecho carrera en el Estado en puestos de segunda y tercera línea, pero con una alta capacidad de decisión. «Son transversales en la política», afirma un asesor del gobierno.



Arenas no es el único influyente en la Dipres. Su actual pareja, Sara Jacqueline Canales, según un asesor de Hacienda, también lo es por su puesto como jefa de sector social, cargo que ocupa desde antes que asumiera Arenas como Director de Presupuestos. «Ella está a cargo del 40 por ciento del presupuesto nacional que involucra a dos grandes ministerios sectoriales», cuenta. Según el organigrama de la Dipres, Canales no responde directamente a Arenas por su labor, sino que al Subdirector de la institución.




¡Jota Jota!



Arenas recibió la herencia política de su padre, arquitecto y militante del PC en dictadura. Fue así como en la escuela de Economía de la Universidad de Chile, donde estudió ingeniería comercial, se acercó a la militancia. Allá se conectó con economistas que hoy han alcanzado una alta figuración pública, como Dante Contreras, hoy en el PNUD; Harald Beyer, analista del Centro de Estudios Públicos (CEP); Rodrigo Valdés, ex director de estudios del Banco Central, actualmente en Wall Street, y David Bravo, economista de la Universidad de Chile y su amigo, con quien comparte su fascinación por el tema previsional.



Al «Negro Arenas», como le dicen hasta hoy, le gustaban las fiestas y, aunque hacía su mejor esfuerzo, era un regular jugador de fútbol. Sin embargo, la cancha donde mejor se movía era en la política y en los debates. Fue en uno de ellos donde coincidió con Harald Beyer: era 1985 y Álvaro Clarke terminaba su periodo como presidente del Centro de Alumnos. Eran las vísperas para la elección de la nueva directiva.



En esos comicios competían tres listas: una compuesta por independientes y cercanos a la UDI, a la que pertenecía Beyer; otra de la DC y la de Arenas, quien postulaba al cargo de presidente y representaba a las Juventudes Comunistas.
Beyer participó y debatió con Arenas en un acalorado encuentro, pero en los comicios fue derrotado. Arenas, que en un periodo fue vocal en la Fech, se retiraría del PC casi a la par con el diputado Patricio Hales y muchos otros que no creían en la lucha armada para la recuperación de la democracia.



A principio de los ’90 pasó a formar parte de las filas del Partido Socialista. Si bien su rol como militante no es activo, para el partido fue «muy relevante que Arenas ocupara el cargo en la Dirección de Presupuesto. Sobre todo luego de que Mario Marcel, como lo anunciaban todos los pronósticos, no llegara a ser el titular de la cartera de Hacienda», explica un senador PS.



En el PS Arenas asesora a la directiva en materias de su ámbito. «No es de máquinas internas. Camilo le tiene mucho afecto y es uno de los ‘primores’ del líder. No podría asegurar si alguna vez timbró en alguna facción, pero siente un profundo respeto por Escalona», afirma un miembro de la mesa directiva.



Técnico… pero político



Cercanos a Arenas lo describen como un técnico hábil con un fino olfato político. Administra el poder y lo hace notar. Doctorado en Pittsburgh, fue junto al ex director de Presupuestos, Mario Marcel, uno de los encargados de convencer a Bachelet en la campaña presidencial sobre la viabilidad política y económica de la Reforma Previsional. En una reunión en el comando de la calle General del Canto le dijeron a la entonces candidata que la reforma no sólo era un «buen deseo» -en ese tiempo un proyecto lejano-, sino que factible de realizar.



De carácter fuerte, Arenas demuestra cada vez que puede su poder y una de las mayores virtudes que le reconocen en la Concertación: su capacidad de ejecución del gasto público. Según altas fuentes oficialistas consultadas por El Mostrador, Arenas fue uno de los que «empujó» la polémica decisión de Bachelet de eliminar del discurso del 21 de mayo pasado el descuento del 7 por ciento de salud para los pensionados, que significó un conflicto político con los partidos de la coalición, quienes centraron sus críticas en el ministro Andrés Velasco.



Otra de las escenas que se cuentan, donde hizo gala de la confianza con que actúa en su puesto, fue en Puerto Montt, en un encuentro con el ex presidente de la Asociación de Municipalidades y alcalde, el socialista Rabindranath Quinteros. En la reunión le manifestaron a Arenas lo complicado que era a nivel regional realizar buenas inversiones. Pero Arenas devolvió la pelota y preguntó: «¿Cuál es el argumento para que me digan eso?» A la vez que hacía gestos con su cara moviendo las cejas. Quinteros fue quien tomó la palabra y le comentó que en su puesto de presidente de la asociación, recibía muchos reclamos de todos los municipios del país. Pero antes de que terminara la frase, Arenas lo desafió: «Hay mucha plata que todavía no la han invertido. Si tú como presidente me demuestras que existen municipios con proyectos para inversión, que van a gastar eficientemente, hago de inmediato el giro para que tengas la plata. Dame la lista de las cuentas corrientes».



Malito y Maloso



En la Dipres, Arenas y Julio Valladares -un DC chascón, profesor y «abogado frustrado» según comenta a sus cercanos-, han formado dupla en las negociaciones con la mesa del sector público desde el gobierno del ex presidente Lagos.



Los dirigentes de la Asociación Nacional de Empleados fiscales, Anef, liderada por Raúl de la Puente (PS), los llaman «Malito y Maloso». Maloso es el apodo de Arenas y Malito, el de Valladares, quien actualmente ocupa el cargo de Subdirector de Racionalización y Función Pública, último puesto de Arenas en la Dipres antes de ser nombrado Director.



Con la Anef el trato es cordial, pero en el último tiempo Arenas «ya no devuelve los llamados», dicen en la asociación. De Arenas comentan que «es duro al momento de negociar y muy inteligente, pero cuesta comprometerlo. Es más escurridizo que Marcel y siempre dice, con la cara llena de risa, que ‘este Ejecutivo’ no está de acuerdo, refiriéndose a la postura del gobierno», comenta un dirigente.



Durante años, según cuentan en la ANEF, la dupla hizo el «trabajo duro y sucio del gobierno». Para las negociaciones existe un rito que «Malito y Maloso» manejan a la perfección: lo primero es erosionar las expectativas de los negociantes. Luego ablandan a la contraparte para llegar a una fase de acercamiento. Y, por último, cuando han logrado bajar las expectativas, entran a la fase técnica. «Es en ese momento de la negociación cuando se acaban los avances de los trabajadores», explica un dirigente.



Para la ANEF nunca ha resultado fácil una negociación con Arenas y Valladares. Tienen un extremado control y deciden cuando se abre y se cierra la manguera del oxígeno. «Para lograr un 0,001 por ciento de cualquier cosa son horas de discusión», comentan.



Valladares, por su antiguo rol de dirigente del Colegio de Profesores en dictadura, conoce todas las fortalezas y debilidades del sector. También porque ha ocupado los cargos de Subsecretario de Educación, Trabajo y director del Sence.



A pesar de que los conocen también como los «Panzer» de la Dipres, tienen notables diferencias, tanto académicas como de capacidad de trabajo. Arenas es de los que cree que las negociaciones, tal como están los tiempos políticos, deben cerrarse lo más pronto posible. Valladares, en cambio, conserva el estilo antiguo. «Él es de negociaciones largas y abiertas que hoy son inviables. Su estilo aumenta la presión y deja muchos flancos abiertos», comenta un asesor de la Dipres.



Otra de las diferencias es el trato directo con el ministro de Hacienda, que en este caso lo tiene Arenas. «El Negro sabe que es su jefe. En eso no se pierde, aunque tiene profundas diferencias», dice un cercano. Se trata de una relación de «utilidad»: «Velasco lo necesita y le reconoce autoridad en los temas que maneja. Andrés sabe de su falta de manejo en las negociaciones. Por eso, muchas veces el ministro llega solamente a los cierres», explica un asesor de la Dipres.



De ahí su preocupación por cultivar una relación estrecha con Bachelet, que le ha significado ganarle el «quien vive» a Velasco. Según altas fuentes de la CUT, fue Arenas quien logró ahorrar un conflicto con los trabajadores y el gobierno para la negociación de salario mínimo de este año. Hizo una oferta y tuvo mayor flexibilidad.



En el gobierno, afirman, Bachelet se tranquiliza cuando sabe que Arenas está presente en las decisiones. «Ha tenido un gran talento para convertirse en asesor estratégico de la Presidenta. Para ella, la voz autorizada en el gasto público es Arenas y no Velasco. Él se encarga de habilitar las conversaciones con los distintos sectores», comenta un asesor de Palacio.



Sus lazos con la derecha



Arenas tiene un círculo reducido de asesores. En el se encuentra Andrea Palma, su actual jefa de gabinete, a quien conoció en las juventudes comunistas y que ha desarrollado, al igual que su jefe, una larga carrera en el servicio público: fue jefa de gabinete de Marigen Hornkohl en la Subsecretaría de Previsión Social y luego en el Mineduc. También destaca Enrique «Poli» Paris, ex jefe de gabinete de Lagos, que lo asesora en materias comunicacionales; Fidel Miranda, ex PC, asesor directo y actual miembro del directorio de EFE, como lo informa la web del Sistema de Empresas (SEP). Un cargo que Arenas también ocupó, paralelo a la Dipres, entre 2000 y 2003.



En la oposición ha generado lazos con la senadora Evelyn Matthei. En la UDI, aseguran, es con quien mejor se entiende. La senadora tiene una alta valoración por su trabajo. «La relación es bastante fluida y franca. Como buen Director de Presupuestos tiene las cifras siempre en la cabeza y nunca lo hemos podido pillar en los temas de ejecución de gasto fiscal», cuenta un senador de la Alianza.



A pesar de las buenas relaciones, la mayor queja del mundo parlamentario es el proceso para la negociación del Presupuesto. Son muchos los honorables que critican la falta de información para cuando votan. «Arenas es un gallo de la escuela Marcel: esconde la pelota, les cuenta medias verdades a los parlamentarios y los abruma con números», comenta un asesor del parlamento.



Las desavenencias con Arenas en el gobierno, según numerosos asesores de ministerios consultados por El Mostrador, a petición de anonimato, es que «se mete más de los que debe en todos los proyectos. Sabemos que funciona como un poder fáctico, por eso cuesta hablar, sobre todo ahora que se produce la discusión presupuestaria y existe la sensación que todos le debemos un favor. La Dipres es como los bancos: uno los odia, pero no puede vivir sin ellos», dice uno de los asesores consultados.



Sin embargo, un senador socialista explica que esto se debe a que "en los ministerios está lleno de filósofos, que demoran en ejecutar el gasto. Por eso la Dipres tiene que estar en todo".



El BID y el PSOE



La red internacional de Arenas está fundamentalmente centrada en el Banco Interamericano del Desarrollo, BID. Donde su ex colega en la Dipres, Mario Marcel, es hoy Gerente del Sector de Capacidad Institucional y Finanzas. Para el BID Arenas ha realizado consultorías en diversos temas, pero sobre todo en su especialidad: las pensiones, como lo consigna la página web de la institución financiera.



Arenas ha trabajado con prominentes hombres de la Seguridad Social Española, especialmente del PSOE, como Constantino «Tino» Méndez, que participó en los ’80 en los cambios previsionales en España y Fernando Grafe. Con ambos tiene una relación de amistad, de apoyo técnico y reciprocidad hace años.



Dentro de los programas que ha desarrollado el BID en Chile también ha formado parte uno de sus colaboradores, Fidel Miranda que fue Subcoordinador de Administración y Control Financiero del proyecto Chile Joven, financiado a mediados de los ’90. Un programa que fue ejecutado en tiempos en que Julio Valladares era Director del Sence.



«Arenas se ha paseado por el mundo hablando sobre el sistema de pensiones en Chile. Seguramente cuando se termine el gobierno, continuará su periplo contando sobre cómo se gestó la reforma previsional», comenta un personero del PS. Y agrega: «Tiene un sentido de país, pero con una alta dosis de futuro personal».



Arenas ha dedicado parte de su trabajo como consultor de países subdesarrollados. «La reforma previsional ha sido su mayor logro, lo reviste técnicamente como difusor oficial. Los otros actores técnicos estarán en segundo lugar al momento de realizar consultorías», explica un asesor. Sin embargo, un cercano a Arenas comenta que «pena y muere» por la Dipres, y que ha dicho muchas veces que «me voy a morir aquí». Eso, hasta que el BID o el próximo gobierno digan lo contrario.


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