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Cepal: faltan políticas públicas que eviten empobrecimiento de clase media

De acuerdo a analistas de la entidad, en América Latina este grupo social sigue siendo vulnerable ante las crisis económicas, desigualdad, precariedad laboral, y los servicios públicos ineficientes.


En América Latina se requieren políticas públicas para evitar que la clase media caiga en la pobreza, advierte el artículo: "La nueva pobreza urbana: dinámica global, regional y Argentina en las últimas dos décadas", publicado en la Revista de la CEPAL N° 95.



El texto advierte que en Argentina, Chile, Costa Rica, Cuba, México y Uruguay los sectores medios han vivido situaciones de empobrecimiento en los últimos años, al enfrentarse crisis económicas, concentración de los ingresos, encarecimiento de los servicios privados, pérdida de calidad de los servicios públicos, y/o precariedad laboral.



Los académicos argentinos Gabriel Kessler y María Mercedes Di Virgilio, explican en el artículo las definiciones que se le han dado a la "nueva pobreza" en Europa, Estados Unidos y distintos países de América Latina.



Ellos enfocan su estudio en Argentina y en las causas del proceso de pauperización sufrido por parte de su clase media desde mediados de los años setenta hasta la crisis de 2001. El estudio menciona también las estrategias de la clase media para adaptarse a su nueva realidad, analiza cómo se erosiona su identidad social y entrega una dimensión urbana de este tipo de pauperización.



En la década de los setenta el estrato socioeconómico medio argentino sufrió una contracción salarial dictada por las políticas del gobierno militar, mientras que en los ochenta, la nueva pobreza fue causada en gran medida por el impacto de sucesivos procesos inflacionarios e hiperinflacionarios sobre el ingreso. En los noventa su empobrecimiento se debió a los elevados índices de desempleo. En el cambio de siglo el fenómeno se profundizó en Argentina, y con la crisis de la convertibilidad (2001-2002) la pobreza llegó a afectar a más del 40% de la población del país.



El caso argentino junto a lo que se observa en distintos países de la región, de acuerdo a Kessler y Di Virgilio, plantea grandes desafíos a las políticas públicas. El nuevo contexto exige máxima creatividad en las medidas, ya que ciertos criterios habituales como la focalización territorial en sectores de alta concentración de pobres, no son útiles para una población pobre dispersa en la ciudad.



Según los autores, parte del impresionante deterioro de la situación de los hogares se debió en gran medida a la falta de políticas públicas preventivas. Una serie de acciones -no necesariamente muy costosas- hubiera permitido a los afectados amortiguar los efectos de las crisis y, sobre todo, evitar la acumulación de necesidades que más tarde hicieron eclosión.

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