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JJOO: Argentina gana el duelo a Brasil y va por el oro frente a Nigeria

Cuando el árbitro dio por concluido el partido, Messi, Agüero y Riquelme corrieron a consolar a Ronaldinho casi antes que a festejar su triunfo.



El esperado duelo entre Messi y Ronaldinho, quedó finalmente eclipsado por los goles marcados y el penalti forzado por Agüero, con los que Argentina hizo justicia ante un Brasil muy conservador (3-0).



Ni Messi ni Ronaldinho rubricaron un partido para enmarcar, especialmente el de Porto Alegre, cuya condición física lastró sus intentos por participar en el juego ofensivo de Brasil pese a estar liberado de cualquier tipo de obligación defensiva y al que sólo se le vio en el terreno de juego al botar las faltas y saques de esquina de la «verdeamarella».



Pero Messi, al menos, hizo gala de ese nervio y esa chispa, ese impulso eléctrico que le caracteriza y con el que trató de desbordar sin demasiado éxito y firmar asistencias con más acierto para Agüero y Di María.



El jugador del Atlético de Madrid encarriló el duelo ante una conservadora Brasil con dos goles de oportunismo en apenas seis minutos, el primero, en el 51, tras desviar un tiro de Di María y el segundo, en el 57, tras empujar en boca de gol un servicio de Garay tras una jugada de Messi.



Ronaldinho, del que nada se sabía desde hacía cuarenta minutos, sólo podía aparecer a balón parado, pero lo hizo, y de manera notable, en el minuto 64, con un lanzamiento de libre directo que se estrelló en el palo derecho de Romero.



Las entradas de Alexandre Pato por Sobis y Jí´ por Diego hicieron soñar por un momento con un Ronaldinho más funcional al colocarse centrado y de mediapunta, pero no fue más que eso: una fantasía que la sociedad Messi-Agüero disipó de un plumazo en el minuto 75 con una jugada del primero que ningún defensor brasileño supo cortar y un control del segundo que terminó en un penalti que Riquelme transformó.



Con un Brasil con nueve por las expulsiones de Lucas y Thiago Neves y desquiciado por no sólo por el 3-0, sino por el modo de encajarlo, tras priorizar el plano defensivo en perjuicio del ofensivo, el público se olvidó de Ronaldinho y sólo tuvo ojos para un Messi que lo intentó hasta el final, pero, sobre todo, para un Agüero que acabó eclipsando a los dos astros del balón.



Cuando el árbitro dio por concluido el partido, Messi, Agüero y Riquelme corrieron a consolar a Ronaldinho casi antes que a festejar su triunfo.



El nuevo jugador del Milán se retiró cabizbajo y triste en medio de la gran celebración de los albicelestes, que acarician su segundo oro consecutivo en fútbol.



EFE

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