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Proponen mayor fiscalización a camiones para bajar contaminación

"Hay quienes erradamente sostienen que no se puede paralizar actividades productivas, intentando justificar la ‘manga ancha’ con el transporte de cargas, pero la realidad, si es analizada desde el punto de vista de la racionalización, demuestra lo contrario", sostiene Carlos De Ferrari.


Una estricta regulación al desplazamiento de los camiones por la capital pueden ser una parte muy importante de la solución al problema de la contaminación en la Región Metropolitana, según señaló un estudio realizado por la Fundación Defendamos La Ciudad.



Carlos De Ferrari, de la entidad ciudadana señala, que "para que ello sea posible, es necesario analizar la situación que hoy vive Santiago con los actuales sistemas de distribución, donde los establecimientos comerciales reciben a distintos vehículos de carga que los abastecen de mercaderías diversas, procedentes de distintos puntos".



A su juicio esta realidad es posible transformarla mediante el uso de la infraestructura que permite la racionalización del transporte de cargas al interior de la ciudad. "Los países desarrollados cuentan con centros logísticos alejados del casco urbano, que sirven de freno para el ingreso de grandes camiones a las vías de circulación de automóviles. En estos recintos, las cargas son traspasadas a vehículos más pequeños, con tecnología no contaminante, que son los que acceden a las zonas pobladas para realizar la distribución a sus respectivos destinos, llevando toda la mercadería que un negocio de barrio necesita para sus ventas", señala de Ferrari.



Asimismo sostiene que la racionalización del transporte para grandes tiendas, supermercados y faenas propias de la construcción se puede aplicar mediante una ordenanza que establezca horarios nocturnos para esas tareas, lo que les permitiría usar las vías de circulación y estacionamientos cuando el flujo vehicular es mínimo.



Igualmente Carlos De Ferrari indica que el impulso que la autoridad debe dar para el uso de esta infraestructura disponible, e incentivar la construcción de nuevos centros logísticos, es una tarea pendiente.



Además señala que cerca de un millón y medio de vehículos circulan diariamente por las calles de Santiago por lo que "es posible que cada vez que la ciudad enfrenta episodios críticos de contaminación, las informaciones se concentren en la cantidad de automóviles que no podrán circular al día siguiente, ya que las medidas que adopta la autoridad en tal sentido, afectan individualmente a millones de personas".



Según los resultados del último inventario de contaminación en la Región Metropolitana,
Los camiones de carretera emiten anualmente el 16,3% de Material Particulado respirable (PM10), contra un 11% de los automóviles, mientras que el "aporte" de Material Particulado fino (PM2,5), que es la fuente primaria de impacto en la salud, es de 18,7% para los camiones, contra 6,9 por ciento de los vehículos livianos.



A pesar de estos datos «duros», se enfatiza como solución, mayores restricciones a los vehículos livianos con convertidor catalítico, mientras que para el caso de los vehículos de carga, las medidas que entrarían vigencia en el mediano y largo plazo.



Para Carlos De Ferrari es necesario recordar que la segunda auditoría internacional hecha al PPDA, planteaba en 2006 que "La actual inspección aleatoria de emisiones realizada a los buses en la vía pública, debería extenderse a los camiones".



Igualmente manifiesta que en el subconsciente colectivo, los camiones parecieran no existir. "Resulta curioso, pero existe la tendencia a aceptar como algo normal e inevitable, el hecho de que un gigantesco camión paralice el tránsito para maniobrar en calles congestionadas o que permanezca por horas estacionado en bienes de uso público para descargar mercaderías", puntualiza.



A su juicio "irregularidades de esa naturaleza son evitables, si a estas fuentes móviles de contaminación se les aplicara las normas que para ellos rigen, con la misma estrictez que se impone para el resto".



Además indica que "hay quienes erradamente sostienen que no se puede paralizar actividades productivas, intentando justificar la ‘manga ancha’ con el transporte de cargas, pero la realidad, si es analizada desde el punto de vista de la racionalización, demuestra lo contrario".

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