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Entusiasmo por plan de rescate permite a Wall Street superar oscura sesión

Desde que el martes comenzaron las negociaciones para tratar de convencer al Congreso de que apruebe el plan, los inversionistas han vivido en la incertidumbre sobre si saldrá adelante y si será eficiente. Aún así, y pese a las críticas recibidas y dudas despertadas, la mera posibilidad de que se apruebe ha ayudado a que los mercados capitaneados por la plaza neoyorkina mantengan una referencia en el horizonte y que enfrenten de mejor manera la tormenta que les está cayendo.


El ya famoso plan de rescate del Gobierno de George W. Bush volvió a ser este viernes la luz en el horizonte que dio esperanza suficiente a Wall Street para terminar en positivo un día oscuro y tormentoso en todas las plazas financieras del mundo.



Sin embargo, la subida del 1,1% de hoy no fue suficiente para recuperar todo el terreno perdido en una semana en que Wall Street ha caído el 2,15%, acosada por la crisis, que sigue demoliendo a su paso grandes entidades financieras.



Sin tan siquiera ser una realidad -porque aún debe aprobarse en el Congreso estadounidense-, el plan de rescate planteado por Washington para el sector financiero ha hecho las veces durante toda la semana de luz de faro en medio de la tormenta financiera que zarandea los mercados con especial intensidad desde hace semanas.



Wall Street llevaba cuatro semanas consecutivas de descensos, hasta que en la pasada, a última hora, se supo que Washington preparaba un plan de rescate del sistema financiero con un presupuesto de 700.000 millones de dólares.



Lo desorbitado de la cifra deslumbró a los inversores, que en principio acogieron con agrado que Washington estuviera dispuesto a tomar las riendas y comprar a los bancos la deuda más difícil de cobrar, para liberarlos así de lo que en el último año se ha convertido en un lastre insoportable para muchas entidades.



En 14 de las últimas 20 semanas el Dow Jones ha caído, y en lo que va de año el índice de referencia del principal parqué del mundo ha perdido un 16%, mientras que desde su máximo histórico, registrado el 9 de octubre pasado, el descenso supera el 21%.



Sin embargo, aquel entusiasmo con que se recibió la iniciativa pública se desinfló en seguida al constatar que se trataba de un plan muy etéreo y que contaba con la oposición de múltiples partes, desde políticos de ambos partidos, hasta sindicatos y opinión pública.



Las mayores críticas llegaron de quienes no entendían por qué se tiene que pagar con dinero público la imprudencia de unos cuantos, que durante años han atesorado grandes fortunas a costa de préstamos de alto riesgo y en ocasiones usureros.



Desde que el martes comenzaran las negociaciones para tratar de convencer al Congreso de que apruebe el plan, los inversionistas han vivido en la incertidumbre sobre si saldrá adelante y si será eficiente. Aún así, y pese a las críticas recibidas y dudas despertadas, la mera posibilidad de que se apruebe ayuda a los mercados, capitaneados por Wall Street, a mantener una referencia en el horizonte y capear mejor la tormenta que les está cayendo.



Por ello, Washington ha tratado de mantener viva esa esperanza asegurando constantemente que el rescate es necesario y que por ello se aprobará tarde o temprano.



Al cierre del mercado esa aprobación no había llegado, aunque los analistas confían en que lo hará durante el fin de semana, lo que permitiría a las bolsas comenzar la semana con una señal mucho más nítida en el horizonte.



En el último mes, los fines de semana han sido el momento elegido para cerrar medidas tan trascendentales para el sector como la intervención de los gigantes hipotecarios Fannie Mae y Freddie Mac y la suspensión de pagos de Lehman Brothers.



Lo mismo ocurrió con la venta de Merrill Lynch a Bank of America y la conversión en bancos comerciales de Morgan Stanley y Goldman Sachs.



También se podría saber algo más durante este fin de semana de la noticia apuntada hoy por The New York Times de que Wachovia ha iniciado negociaciones para una posible fusión con Citigroup, después de que también se tambalearan los mercados al conocerse que Washington Mutual (WaMu) será adquirida por JPMorgan Chase.



Según los analistas, Wachovia y WaMu son las entidades de Estados Unidos con mayor cantidad de hipotecas conocidas como «options ARM».



Ese tipo de préstamos tienen el tipo de interés variable y un riesgo de impago mayor de lo habitual porque permite que el cliente deje de pagar parte de las mensualidades y añadir las cantidades no abonadas al monto de la deuda solicitada inicialmente, lo que al final puede disparar los recibos mensuales.



Los inversores esperan desayunar el lunes con un plan de rescate aprobado que les permita cerrar un septiembre que será recordado en los mercados como el mes en que se rediseñó el sector financiero.



EFE

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