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Cultura árabe llega a Chile a través de una institución española

Los objetivos de la iniciativa son dar a conocer la creación artística actual en los países árabes para desterrar la idea de que esas sociedades permanecen en decadencia tras la época de esplendor intelectual que vivieron hasta el siglo XV.



El cine, la política y la sociedad en el mundo árabe llegarán a Chile a través de la Casa Árabe, una institución española que pretende servir de puente entre la civilización que habitó la Península Ibérica durante ocho siglos y el continente que después conquistaron sus descendientes.



La directora general de Casa Árabe, la española Gema Martín, presentó el ciclo «Cine, política y sociedad en el mundo árabe», que se celebrará desde hoy y hasta el 13 de octubre con tres mesas redondas, un ciclo de cine y un taller de análisis sobre los documentales árabes contemporáneos.



«El componente árabe está muy presente en todo el continente americano», aseguró Martín, quien destacó que Latinoamérica conforma «una alianza de civilizaciones absolutamente lograda», en referencia al proyecto propuesto por el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, en el marco de las Naciones Unidas.



En las tres mesas redondas que se celebran esta semana se tratará sobre la identidad, las mujeres y los refugiados, mientras que el «Panorama de cine documental árabe contemporáneo», comisariado por el director egipcio Basel Ramsis, reunirá trece trabajos audiovisuales de siete países.



Basel también presentará entre el 6 y el 10 de octubre el taller sobre «Lenguaje cinematográfico del documental árabe», que contribuirá a «fortalecer el conocimiento de diversas zonas geográficas que son particularmente importantes para España», según Martín.



Para la directora, los principales objetivos de esta iniciativa son dar a conocer la creación artística actual en los países árabes para desterrar la idea de que esas sociedades permanecen en decadencia tras la época de esplendor intelectual que vivieron hasta el siglo XV.



Asimismo, propone «abrir caminos de encuentro, crítica y reflexión» centrados en el individuo, en este caso el cineasta, que es el fruto de sus propias circunstancias y no el representante de toda una cultura, para acabar así con el estereotipo que presenta iguales a todas las sociedades árabes, del Atlántico al Pacífico.



EFE

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