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Piden reponer plan de Gobierno surgido en la campaña del No

Un grupo de actores políticos de la Concertación y de sectores extraparlamentarios dieron a conocer este sábado una carta en la que instan a reponer, con actuales ajustes, el plan de gobierno que impulsó la campaña del NO en 1989.


La idea es combatir las actuales graves desigualdades económicas, la insostenible exclusión política y un modelo económico que despoja de las riquezas a la ciudadanía chilena.





«Es hora de hacer un giro, reponer los objetivos no logrados propuestos en el Programa de Gobierno de 1989 y agregar los desafíos surgidos en los últimos veinte años», dice la declaración firmada por diputados, ex ministros, dirigentes políticos y sindicalistas.



Agregan que «ya es tiempo de reconocer que si bien ciertos consensos al comienzo de la transición tuvieron una justificación política (ya), no la tienen». De igual forma critican directamente al «Oficialismo» cuestionando que «quiere un quinto gobierno sin saber ni decir claramente para qué, salvo para continuar con el consenso explícito o implícito en estos 20 años con la derecha».



Firman el documento, los ex ministros Jorge Arrate, Roberto Pizarro, y Aníbal Palma; los diputados Enríquez-Ominami, Alinco, Jiménez, Farias, Escobar y Aguilo; los sindicalistas,
Cristián Cuevas, Néstor Jorquera y Roberto Aravena, entre otros. También firma la periodista Faride Zeran, el secretario de la FECH, Álvaro Isla, y el ecologista Eduardo Giesen, entre otras personalidades.



El documento cuestiona también la forma como están manejando la política social y económica que ha generado un «tratamiento distinto que se brinda a la población chilena en educación, salud y previsión, así como la dramática precarización de los consumidores, según diferencias de ingresos»



Esta situación, dice la declaración, «es éticamente cuestionable, políticamente insostenible y genera tensiones sociales peligrosas». Esta misma forma «en el manejo de la política económica es la que ha provocado la reciente crisis financiera en los Estados Unidos».



La carta reconoce que «es cierto que el crecimiento económico y los mayores recursos destinados a los programas sociales disminuyeron la pobreza. Pero la vigencia inmoderada de la acción empresarial en salud, educación y previsión, con su lógica de acumulación de ganancias como criterio supremo, ha generado una brecha social de envergadura».



Asimismo, critican al gobierno porque «no ha sido capaz de enfrentar este balance con altura de miras, sentido autocrítico y espíritu consecuente con las raíces sociales del movimiento ciudadano que le dio origen. Se ha refugiado en el poder del Estado, que mantiene asociados a sus cuatro partidos, y en una permanente autoalabanza que genera falta de credibilidad. Más grave aún, no es capaz de abrir nuevas perspectivas».



También exponen la preocupante relación entre política y poder económico. «Se ha abierto paso, de este modo, una situación de indeseable promiscuidad público-privada, para beneficio de unos pocos y la exasperante frustración de las mayorías postergadas o excluidas».

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