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Larraín se juega los descuentos tras último encontrón con Lily Pérez

Tal como están las cosas en RN, el timonel del partido cometió un error casi insalvable al sostener que su secretaria general no es aliancista, porque su frase profundizó las divisiones con la dirigente y le entregó en bandeja a sus detractores un argumento para sostener que esta directiva no da para más. Si bien a días de los comicios municipales un cambio no sería viable, nada impide que tras las elecciones se produzcan movimientos en la mesa.


Las últimas declaraciones de Carlos Larraín profundizaron la tensión que ya existía en RN a raíz de las cada vez más evidentes diferencias entre él y la secretaria general del partido. La afirmación del timonel acerca de que Lily Pérez no es aliancista echó a andar la maquinaria que desde hace meses viene tomando vuelo y para algunos está claro que la relación entre ambos dirigentes es insostenible, lo que obliga a reevaluar la continuidad de la actual dirección.



Aunque las energías de los dirigentes de RN ahora están puestas en bajarle el perfil a los dichos de Larraín y, por ende, a las conocidas discrepancias entre el timonel y la diputada, lo cierto es que para un grupo sólo se confirma la necesidad de sacar al presidente del partido, porque tal como están las cosas, dicen, "le hace un flaco favor a Piñera".



Para rematar, en esta pasada Larraín está en una posición bastante más debilitada frente a Lily Pérez. La última jugada de la secretaria general, que le permitió asegurar su cargo en el partido y a la vez volver a la Cámara Baja, le permite una relación mucho más fluida con los parlamentarios que, finalmente, son los que más ejercen presión al interior de la tienda. Y son ellos los que perciben que esta difícil relación podría terminar perjudicando a su abanderado.



Esta situación no es para nada nueva. Por el contrario, hace meses que algunos diputados vienen planteando discretamente a veces, y no tanto otras, que su timonel está perjudicando la campaña de Piñera con algunas de sus declaraciones. De hecho, en junio pasado, después de una fuerte discusión entre la secretaria general y el timonel, le pusieron fecha de vencimiento a la gestión de Larraín: el 26 de octubre. Con el argumento de que si al partido le va mal en las municipales será él quien deba pagar los costos "como corresponde en cualquier partido", dice un legislador.



Bueno, el reloj está andando y el proceso municipal está en los descuentos. Y aunque en RN insisten en bajarle el perfil público a la disputa que mantiene enfrentados a Pérez y Larraín, lo cierto es que existe cierta claridad de que es casi imposible que ambos dirigentes lleguen hasta las presidenciales del 2009 en la misma directiva.



Una de las pocas que manifiesta abiertamente su molestia con el timonel es la diputada Karla Rubilar. En su opinión tras los últimos episodios "se perdieron todos los respetos posibles". Pero no está de acuerdo, tampoco lo estuvo cuando se planteó hace algunos meses, que se utilice la excusa del resultado municipal para entregarle el finiquito a Larraín. Por el contrario, también le molesta que en su partido estén institucionalizadas las críticas en sordina. Por eso plantea abiertamente que "una cosa es que el presidente del partido se lleve mal con la secretaria general y otra que le mande mensajes por la prensa".



Es por eso que estima que a estas alturas "todo es evaluable" y, por cierto, "también la permanencia de la mesa". Para ella los dichos de Larraín, en orden a que Lily Pérez "no es aliancista", "marcan un antes y un después, porque esta relación perjudica el trabajo que debe realizar el partido para elegir presidente a Piñera".



Pero ese no es su único argumento. A juicio de la diputada, para llegar con su abanderado a La Moneda se requiere que el partido que le da la plataforma esté cohesionado, por lo que "la primera misión del presidente es defender a su gente y no a Coloma", dijo Rubilar aludiendo derechamente a las declaraciones de Pérez -que motivaron la reacción de Larraín-, en cuanto a que va a competir con el presidente de la UDI por la Séptima Región Norte.



A lo que añadió que Larraín no puede tener una alianza con la UDI "a costa de su gente". En esta línea insistió en que "RN no puede aspirar a nada sin un partido cohesionado y manteniendo el respeto de unos por otros". Es por eso que las declaraciones de su presidente le parecieron "lamentables" y en su opinión "marcan un punto de inflexión" en las relaciones internas hacia delante.



En cambio, otra fuente del partido observa el escenario con más tranquilidad, pues estima que Larraín ha sabido salir de situaciones más complejas, aunque no desconoce que el hecho de que Lily Pérez pueda influir ahora directamente sobre la bancada hará, a lo menos, más difícil la gestión del timonel que tiene la obligación de mantener las buenas relaciones que cultivó con la UDI durante la administración de Hernán Larraín.







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