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Jorge Arrate discrepa con declaraciones de Marcelo Schilling

El dirigente socialista y ex ministro Jorge Arrate consideró como «insólitas» las declaraciones hechas por el secretario general del partido Marcelo Schilling a un diario de circulación nacional, en donde critica la postura del PC respecto a la posibilidad de apoyar una candidatura presidencial del senador Alejandro Navarro o del propio Arrate.


El dirigente socialista y ex ministro Jorge Arrate consideró como «insólitas» las declaraciones hechas por el secretario general del partido Marcelo Schilling a un diario de circulación nacional, en donde critica la postura del PC respecto a la posibilidad de apoyar una candidatura presidencial del senador Alejandro Navarro o del propio Arrate.

Schilling comentó en la oportunidad que «si el PC quiere cumplir su objetivo de llegar al Parlamento, a través de un acuerdo con la institucionalidad de la Concertación, no creo que termine apoyando una candidatura presidencial del senador Navarro o de Arrate. Sería ponerse dificultades innecesariamente».

Las declaraciones del dirigente socialista, según Arrate, muestran la total carencia de garantías para los precandidatos presidenciales socialistas que no sean los determinados por «las máquinas partidarias». «La dirección partidaria pretende convertirme en un paria dentro del PS, desconocer todos mis derechos y vetarme públicamente», señaló Arrate.

«Además amenaza descaradamente al Partido Comunista. El término de la exclusión es un compromiso ético-político. Pero, para el secretario socialista y, supongo, la Mesa Partidaria, la exclusión es una ficha más que juegan para obtener beneficios en el juego de los cupos parlamentarios y las definiciones presidenciales», precisa.

Arrate dijo que no concurriría al Tribunal Supremo de la tienda para denunciar a Schilling, ya que es un cuerpo que, más allá de la buena fe de algunos de sus integrantes, está dominado por las corrientes internas. «No existe justicia independiente en el PS», señaló.

El precandidato presidencial del PS concluyó sosteniendo que la postura de la dirección socialista es «una inmoralidad» y que la amenaza al Partido Comunista es «una forma pública de extorsión».

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