En el gremialismo se niegan a adelantar la contienda presidencial con sus aliados. Pero mientras los dirigentes se enfocan en las elecciones municipales, en los mandos medios del partido, aquellos que se niegan a imaginar al empresario en La Moneda sin entregar nada cambio, no ven con malos ojos el aire de candidata que está tomando la senadora.
Un verdadero dèja vu está comenzando a vivir la derecha. Y aunque la UDI se niega a dar rienda suelta oficialmente a los posibles presidenciables del partido, Evelyn Matthei decidió dar un paso al frente y no hacerse de rogar para convertirse informalmente en el rostro con el que el gremialismo podría enfrentar a Sebastián Piñera. Paradojalmente, la senadora y el empresario ya tienen una larga historia de encuentros y desencuentros. Estos últimos comenzaron justamente como consecuencia de una confrontación presidencial, cuando ambos aspiraban a representar al sector en las elecciones de 1993. Sólo como antecedente hay que recordar que esa historia terminó mal para los dos.
Pese a que los máximos dirigentes de la UDI hacen todo por contener una avalancha de candidaturas al interior del partido e insisten en respetar los plazos autoimpuestos, en la tienda entusiasma el hecho de que hayan comenzado a levantarse nombres. Y la senadora tiene sus fans. Siempre bajo la perspectiva realista de que una candidatura presidencial de la colectividad sólo tendría por objeto una buena negociación con sus socios. Los más temerarios recalcan «buena, no amistosa», aludiendo al episodio conocido como Piñeragate. En un acto que recibió la censura de toda la derecha, el empresario pidió a su amigo Pedro Pablo Díaz, en ese entonces ejecutivo de Coca-Cola, que intercediera ante el periodista Jorge Andrés Richards para que presionara a Matthei en el programa de Mega «A eso de…», dejándola de «tonta» y «cabra chica».
Posteriormente, el dueño del canal, Ricardo Claro, hizo pública una cinta grabada de esta conversación, lo que desató un escándalo de proporciones y terminó con la amistad entre Piñera y Matthei forjada bajo el alero de la «patrulla juvenil», donde compartían espacio con Alberto Espina y Andrés Allamand, en las filas de RN.
Tras esta batahola, la entonces diputada por Las Condes dejó la tienda de Antonio Varas 454 para refugiarse en la UDI, donde continuó una exitosa carrera política.
El secretario general de la UDI, Víctor Pérez, reconoce que la senadora es una «dirigente relevante» para el partido y que en la tienda «vemos con simpatía que ella esté disponible» para ser su abanderada. Pérez insiste en que esa evaluación acerca del presidenciable sólo se hará post comicios municipales «si es que (a esa altura) se mantiene la postura de llevar un candidato propio» a las elecciones del 2009.
Según Pérez, tan concentrado está el partido en el tema municipal que ni siquiera se abordó el asunto presidencial en la Comisión Política del lunes pasado, donde el debate se centró en los comicios del 26 de octubre y en la crisis económica. Pero asegura que le parece bien que Matthei esté recorriendo el país y apoyando a los candidatos que lleva el partido en este proceso electoral, como lo hará hoy en Recoleta, donde hará campaña junto a Sol Letelier.
Aunque cuesta creer esta versión, de ser así lo cierto es que sólo las instancias oficiales de la tienda están evadiendo el tema presidencial, porque informalmente el debate interno ya comenzó.
Y en este contexto la senadora parece llevar ventaja, ya que en estos días ha logrado imponerse sobre otro de los eventuales presidenciables: el ex timonel del partido, Hernán Larraín, lo que algunos a tribuyen a sus muy distintas personalidades. Esto debido a que Pablo Longueira insiste en abstraerse de la disputa interna, luego que un grupo de dirigentes boicoteó su intento de levantar una candidatura presidencial, lo que lo impulsó a bajarse en el Consejo Directivo Ampliado de mayo del 2007.
La sombra de la confrontación
Por increíble que parezca, en la UDI no creen que la criticada gestión de Bachelet pudiera jugarle en contra a otra mujer. De hecho, muchos destacan lo «campañera» que es Matthei y la «buena onda» que genera en la opinión pública; «cómo la quiere la gente» y «cómo se le acercan todo el tiempo a saludarla en la calle». También es un punto adicional a favor de la senadora «su carácter fuerte» y el hecho de que es capaz de enfrentarse de igual a igual con cualquiera del mundo político, «con mayor razón a Piñera», dicen algunos de sus partidarios.
Este es también un aspecto que preocupa a otros, porque «sin ser mal educada, la Evelyn no es lo que se dice políticamente correcta», dice una fuente del partido. Si no, cómo olvidar sus encontrones con Joaquín Lavín. Ella ha sido una de las pocas dirigentes gremialistas que no ha dudado un segundo en salir a «llamarle la atención», dice una fuente que recuerda que la senadora «le dio duro a Lavín y fue una de las principales promotoras de la bajada de Longueira».
Un parlamentario que comparte esta postura, añade que en política no sólo importa el fondo de las cosas, sino «también las formas y Evelyn es muy confrontacional». La misma fuente sostiene que si bien es necesario que la UDI levante un candidato presidencial, lo ideal es que la competencia con Piñera sea conservando las buenas maneras y «lo más probable es que si la candidata del partido es la Evelyn esto no ocurra, por la historia que ellos han tenido».
Y aunque la mayoría reconoce que lo más probable es que si hay una candidatura gremialista a La Moneda, finalmente esta se negocie con RN, un pequeño grupo estima que lo ideal para la Alianza es que los presidenciables de ambos partidos llegaran hasta el final, para asegurarle a uno u otro el triunfo sobre el oficialismo. «Y para eso no se puede ser confrontacional», dice un parlamentario. En tanto, otra fuente plantea que «no tengo claro que todo el mundo se sume» a una candidatura de Evelyn Matthei, pese a que la mayoría del partido le reconoce cualidades como su inteligencia, eficiencia y el ser muy trabajadora.
