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Pérez Yoma con patente de corso

Miguel Paz
Por : Miguel Paz Subdirector de El Mostrador
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El rumor de que busca un cupo senatorial en la Primera Región fue tema de conversación en Palacio. A pesar de que el propio ministro ya lo habría descartado e incluso se lo habría comunicado a su círculo poco después de que saliera en la prensa, la pieza jugada por el ex personero de Defensa lo deja con el camino abierto para salir en un próximo cambio de gabinete. Pérez Yoma está en un momento de definiciones. Instalado en el “software de la derrota concertacionista” en el tema presidencial, deberá buscar un nicho para continuar activo en política. Sobre todo ahora que ya es un hecho que su carta, la senadora Alvear, no despegó como él se lo había propuesto.


En medio de las medidas que adoptó el gobierno para enfrentar la crisis económica mundial, el ministro del Interior, Edmundo Pérez Yoma, sostuvo una franca conversación con Bachelet. Pérez le dijo que así como por su importancia, en las guerras los militares no eran quienes tomaban las decisiones, en las crisis económicas tampoco les correspondía hacerlo a los economistas. Su crítica iba dirigida al protagonismo del Ministro de Hacienda, Andrés Velasco, y a la ausencia de él en una discusión que creía debía ser principalmente política.

Si bien nunca ha tenido una relación fluida y de confianza con la mandataria, sus cercanos comentan que cuando conversan el trato es de mucho respeto y franqueza. Sin embargo, hoy ese vínculo está en un momento delicado. Desde el glamour de su llegada al gabinete, lentamente los asuntos en Palacio para Pérez han desencadenado en una situación similar a la de los ex ministros Andrés Zaldívar y Belisario Velasco. Aunque con algunos matices en el trato de parte de la propia Bachelet y de sus asesores, pues tienen muy claro que el gobierno no resistiría un cuarto Ministro del Interior en un mandato de cuatro años.

Para algunos en La Moneda, la simbólica jineta de capitán que le regaló la presidenta de la DC Soledad Alvear, cuando asumió como ministro, con el tiempo se convirtió en un mero souvenir que aún conserva sobre su escritorio.

En Palacio existe conciencia que para el último año de gobierno Bachelet necesita un equipo cohesionado y con sintonía para llevar adelante las tareas que faltan. Lo que podría ser leído –aunque improbable aún- como una posible salida del jefe del equipo político. En el Ejecutivo saben bien que la continuidad de Pérez pasa por darle amplias facultades para desarrollar sus funciones, pues “no está dispuesto al bochorno por el que pasaron sus antecesores. Él es parte del grupo controlador de la Concertación y la Presidenta lo sabe”, comentan en la DC.

En el círculo de Pérez cuentan que hace poco le habría comunicado a su equipo su decisión de no realizar ningún esfuerzo por lograr un cupo senatorial por la Primera Región. “No está en sus características ni en sus cualidades personales ser candidato”, comenta un amigo.

Con patente de Corsario

Una de las mayores criticas que le hacen a Pérez al interior del gobierno es la soltura con que actúa, pues lo hace con “patente de corsario” frente a Bachelet y con la certeza de que no será removido de su cargo. Para el aniversario del triunfo del “NO”, realizado hace pocas semanas en el Court Central del Estadio Nacional, algunos de sus colegas observaron con mucha extrañeza el malestar público que mostró por el retraso de Bachelet –alrededor de 15 minutos- al acto. Diversos testigos de la queja pública del titular de Interior, consultados por El Mostrador.cl, confirman la escena. Sin embargo, un cercano asegura que ese día Pérez estaba “agripado” y la música del grupo Chancho en Piedra lo dejó exhausto, desestimando lo anterior.

En la DC no ven lejana la posibilidad de que el ex Cónsul de Chile en Bolivia deje Interior antes de tiempo. De hecho, quienes lo conocen saben que ya cumplió con una de sus mayores pretensiones: ser vicepresidente de la República como su padre.

Por eso, en el gobierno observaron con extrañeza la noticia de la pretensión senatorial de Pérez, principalmente porque al llegar al gabinete, según miembros de su partido, sus aspiraciones políticas eran nulas. Y aunque ya lo habría descartado, sus intenciones de llegar al Congreso no son del todo inéditas. “Un partido siempre va a tener presente sus principales cartas para llegar al Congreso”, afirma un amigo.

La primera vez que Pérez lo intentó, a mediados de los 90, fue para optar a un cupo de senador por la Tercera Región, pero en esa oportunidad la Junta Nacional optó por el militante Erick Villegas.

Luego su partido le pidió probar en la Primera Región, pero no quiso avanzar en las negociaciones cuando se enteró de que las mismas intenciones tenía entonces el actual candidato a alcalde de Santiago, Jaime Ravinet.

Como Ministro de Defensa y Cónsul visitó muchas veces Iquique y Arica. Militantes de la DC de la zona recuerdan que era valorado, sobre todo por su carácter “campechano” y porque resaltaba su expertise en temas limítrofes. “Esta es una zona de muchos militares y él transmitía mando y orden, algo que acá gusta mucho”, comentan en la DC de Iquique. 

“Edmundo es un político que se mueve en función de cómo le llegan las cosas, es decir, si surge la posibilidad la va a considerar seriamente. Pero si ve que se trata de un tiro al aire, lo va a desestimar. No va a operar en falso. Lo va a hacer más aplomadamente”, comenta una alta fuente de la falange.

Su distancia con Frei

Pérez Yoma es práctico. Esa fue una de las características que quedó demostrada con su distanciamiento con Frei, de quien era amigo y consuegro. Pero el despegue del senador y el estancamiento de Alvear también ha sido uno de los asuntos que ha comentado y por el cariño que le tiene, mira con buenos ojos el ascenso que ha experimentado el senador.

Pero para recomponer las relaciones el trabajo será tan duro como el de ministro. Cercanos al ex mandatario comentan que cuando éste necesita comunicarse con Palacio lo hace a través de Vidal o directamente con Bachelet. Si bien es apegado a las formalidades y a la institucionalidad, esta es una de las pocas veces que el senador olvida el protocolo.

La imagen que mejor retrata la fría distancia que hay entre ambos sucedió en la casa de Frei en el invierno pasado. El ex presidente entró a su casa vistiendo una chaqueta marinera de color azul y blanco. Martita Larraechea, su esposa, lo miró y le dijo: “Te queda muy bien esa chaqueta Eduardo”. Y Frei respondió: “Si, me siento cómodo con ella”. Luego de unos segundos, la ex primera dama fijó la vista y remató su comentario: “Es una lástima que te la haya regalado Edmundo”. 

La escena refleja lo difícil que ha sido para los Frei Larraechea olvidar el episodio de 2004 cuando su círculo de hierro, compuesto por los ex ministros Carlos Figueroa, Genaro Arriagada, Raúl Troncoso y el actual secretario de Estado, Edmundo Pérez Yoma, lo criticaron públicamente por sus intenciones de una nueva candidatura presidencial.

En el freísmo comentan que le costó recuperarse de lo que consideró una “traición” y que para todas las familias involucradas fue un duro golpe. El recuerdo no pierde vigencia, pues en caso de que Frei sea el ungido para competir con Piñera, es probable que nuevamente tenga que verse las caras con todos. Y quizás Pérez será uno de los que no tendrá problemas, pues según cuenta un amigo, cuando le han preguntado por Frei, el práctico ministro responde que él no está enojado.

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