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La previa para la disputa por La Moneda

Gabriel Angulo Cáceres
Por : Gabriel Angulo Cáceres Periodista El Mostrador
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Si bien esta noche todos los sectores políticos encontrarán la forma de darse por ganadores, lo cierto es que si la Concertación baja ostensiblemente su votación en concejales respecto de 2004, las posibilidades de mantenerse en el poder sufrirán un importante traspié. Al otro lado, Piñera verá mermada su opción de desalojar al oficialismo si la Alianza permanece bajo la barrera sicológica del 40 por ciento. En el conglomerado de gobierno, además, las cifras permitirán clarificar la disputa en torno al abanderado presidencial, sobre todo a partir de lo que ocurra en la DC.


Con el resultado del proceso eleccionario de hoy, lo mismo que en las municipales del 2004, las diferentes fuerzas políticas no sólo buscan medirse al interior de las respectivas coaliciones, sino también marcar la ruta que cada conglomerado determinará en función de los comicios presidenciales de diciembre del 2009. Las variables en las que los partidos pondrán el acento para el análisis final son cuatro: a) Votos de concejales, b) votos de alcaldes, c) número de concejales y d) número de alcaldes. En este escenario las lecturas pueden ser diversas y no sería nada de raro que todos los actores de la contienda se sientan ganadores tras el último cómputo, pero lo cierto es que si la derecha no logra pasar la barrera sicológica del 40 por ciento, sin duda la presidencial se le hará cuesta arriba.

La variable en la que la clase política hace particular hincapié es en el porcentaje de votos de concejales. Ello porque en esta votación es donde cada tienda se puede medir respecto de sus aliados. Y es, por tanto, la que define finalmente a la fuerza más grande tanto a nivel nacional, como dentro de cada pacto. El 2004 las cifras le dieron una ventaja de diez puntos a la Concertación sobre la Alianza -47,89 por ciento contra 37,68 por ciento, respectivamente-, lo que convirtió, además, a la DC en la primera fuerza política a nivel municipal con un 20,30 por ciento, seguida por la UDI con un 18,81 por ciento. Estos dígitos convirtieron, además, a la DC y la UDI en los líderes de sus conglomerados. Más atrás se ubicaron RN (15,09); el PS (10,90); el PPD (9,97) y el PRSD (4,60).

En lo que respecta a la cantidad de concejales, obviamente la Concertación resultó ser la ganadora con un total de 1.126 contra los 886 de la oposición. Este número sólo refleja la realidad concreta que deriva de los diferentes porcentajes.

Si de alcaldes se trata, la cantidad cobra más fuerza que en materia de concejales. Ello porque la cifra acredita dónde está el poder político. En las pasadas municipales la Concertación obtuvo el doble de lo que alcanzó la derecha, aunque la brecha en porcentaje es más corta entre ambos pactos que en materia de concejales. Mientras el oficialismo obtuvo 203, la oposición sólo llegó a los 104, de las 345 comunas en disputa. El poderío en alcaldes es el que, además, genera un ambiente de triunfo que se transfiere al estado de ánimo con que las diferentes fuerzas políticas enfrentarán las elecciones presidenciales.

Los porcentajes se acercan en este plano y aunque el oficialismo mantiene su preeminencia, la brecha se acorta a casi seis puntos. Mientras la Concertación llega al 44,81 por ciento de la votación, la oposición obtuvo un 38,72. En la Alianza aseguran que la ley que separó la votación de alcaldes y concejales perjudicó al sector, que el 2000 había obtenido un 40,09 por ciento, e incluso adelantan que aún para el proceso eleccionario de este año podría manifestarse un resabio del polémico cambio al que dos parlamentarios de RN, en esa época, Carlos Cantero y Mario Ríos, contribuyeron a aprobar.

Las proyecciones

A pesar del discurso optimista de la Concertación, en la derecha tienen la convicción de que un voto menos, un alcalde o un concejal menos de lo que el oficialismo obtuvo el 2004, será una clara señal de que el conglomerado va en caída libre. Y eso facilitará el trayecto a las presidenciales del 2009 para Sebastián Piñera, como el candidato opositor con más posibilidades de triunfo. Eso si la Alianza logra cumplir con el desafío de traspasar la barrera del 40 por ciento. Aún cuando no faltan los que desde el gobierno insisten en ver la mitad del vaso lleno y hacen la lectura de que si la oposición cruza este obstáculo, todavía existe un 60 por ciento que no está dispuesto a votar por ella.

El famoso 40 por ciento se ha convertido en una cifra emblemática y la derecha está convencida de que la alcanzará, porque la estimación es que aumentará su votación en concejales entre un dos y un tres por ciento. Junto con ello, calculan que obtendrán al menos 20 nuevas comunas, manteniendo las que tendrán que defender. Lo que incluye Santiago, donde según coinciden todos los analistas se producirá la madre de todas las batallas, igual que en años anteriores.

Para la Concertación el escenario está difícil. Las dos listas de candidatos a concejales pueden resultar un éxito o un rotundo fracaso para el oficialismo. De ocurrir lo último, la primera cabeza que rodará será, sin duda, la del autor de la idea, el presidente del PPD, Pepe Auth. Aunque según los análisis que se hacen en la derecha, esta fórmula le permitirá a la coalición gobernante aumentar el porcentaje en concejales, pero disminuirá el número de ediles electos, en un sector del oficialismo estiman que podrían llegar a obtener entre un 46,5 y un 47,5 por ciento, lo que implicaría prácticamente mantenerse en la cifra del 2004. Otros cálculos menos auspiciosos del conglomerado lo ubican en un 45 por ciento.

En cuanto a los pronósticos alcaldicios, la Concertación admite que sufrirá una importante merma, ya que auguran entre unos 175 -el más bajo- y 200 -el más alto-. Un elemento crucial para el eventual aumento en la votación de la derecha y una caída en el oficialismo será el ingreso a las municipales de este año de fuerzas escindidas del conglomerado de gobierno, como el Partido Regionalista Independiente o ChilePrimero, que le restarán fuerza a la DC y PPD, respectivamente. Aún cuando sus resultados no sean significativos.

Camino a La Moneda

Si bien durante toda la campaña municipal el debate se centró en si presidencializar o no estos comicios, lo cierto es que en todos los sectores terminaron coincidiendo en que inevitablemente esto ocurriría, en un escenario similar al del 2004. Ese año la caída de la derecha en las municipales significó el principio del fin de las aspiraciones de Joaquín Lavín para llegar a La Moneda, e incluso permitió la irrupción de Piñera en la carrera presidencial del 2005. El 14 de mayo de ese año es recordado en la UDI como el sábado negro para las pretensiones presidenciales del ex alcalde de Santiago.

Y una de las alcaldías que incide de manera significativa en el estado de ánimo psicológico de los conglomerados, con miras a las presidenciales, es Santiago. Para los dos principales conglomerados, la foto del candidato que logre hacerse del triunfo en esta comuna se convertirá en un verdadero ícono político. Y el pacto ungido por el electorado podrá respirar más tranquilo. Esto corre sobre todo para el oficialismo que aspira a recuperar el municipio con el mismo candidato que fue su último alcalde, antes que la derecha se lo arrebatara con Lavín, el DC Jaime Ravinet. Si esto ocurre, la derecha sufrirá una de sus más importantes derrotas.

Pero en la Región Metropolitana se producirán otras batallas reveladoras. Ello porque en comunas como Carro Navia, actualmente de la Concertación; La Florida, Estación Central y Recoleta, de la Alianza, están defendiendo voto a voto a permanencia de estas comunas en manos de sus actuales dueños y si eso se modifica, implicaría un serio revés para el pacto afectado dada su calidad de emblemáticas.

Las capitales regionales también están en la mira de los conglomerados, pues la Alianza estima que si gana algunas de ellas habrá un importante cambio en el eje del poder municipal y político, lo mismo que comunas como Viña del Mar, donde la derecha calcula que obtendrá la primera mayoría nacional.

Triunfos o derrotas importantes como los mencionados son los que cimentarán el camino a La Moneda. Y el resultado municipal no sólo despejará la ruta para Piñera en la derecha, sino que también  le permitirán a la Concertación definir a la figura con la que intentará mantener el gobierno por un nuevo periodo. Y los eventuales acuerdos con los sectores más pequeños como el PRI y ChilePrimero, según los resultados que obtengan en este proceso, podrían convertirse en la manija para asegurarse el poder.

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