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Álvaro Erazo suena fuerte para suceder a Barría en Salud

El actual Intendente Metropolitano cumple con los requisitos clave, ya que fue director de Fonasa y ex subsecretario de Salud. Además, es muy cercano a Camilo Escalona. En todo caso, hay otros nombres sobre la mesa y tampoco se descarta un enroque con otro ministerio en el próximo cambio de gabinete. En ese escenario, la ministra subrogante, Jeanette Vega (PPD), sería la opción. En tanto, desde la Alianza hay visiones enfrentadas sobre la viabilidad de continuar o descartar la Acusación Constitucional contra la ex titular de la cartera.


«La situación es insostenible» comentaban los asistentes a la reunión de la Comisión  Política del Partido Socialista (PS) celebrada el lunes 27 de octubre en la tarde. Los comentarios hacían eco de la decisión de las dos mesas directivas de la Alianza de darle luz verde a la Acusación Constitucional contra la aún ministra de Salud, Soledad Barría, a raíz del escándalo de los portadores de VIH que no fueron notificados en Iquique.

En este escenario, los votos favorables del PRI y de algunos diputados de la propia Concertación hacían prever que el libelo sería aprobado. Y como el costo político de repetirse el plato vivido con la ex titular de Educación, Yasna Provoste, era muy alto, el apoyo a la ministra entre sus correligionarios fue bastante débil.

En medio de este negro escenario, Barría decidió presentar su renuncia a la Presidenta Michelle Bachelet personalmente antes de que la mandataria partiera rumbo a Costa Rica. Para ello, la entonces aún titular de Salud se dirigió a la casa de su amiga, en el barrio El Golf, donde le comunicó su decisión. El martes, Bachelet anunció que había aceptado la renuncia de la Secretaria de Estado.

Luego de esta confirmación, el Secretario General de la Presidencia, José Antonio Viera Gallo, se comunicó con los jefes de bancada oficialistas y empezó a correr el rumor de la salida de Barría. Pero tuvieron que pasar un par de horas antes de que ella lo confirmara en una rueda de prensa junto al subsecretario de Redes Asistenciales, Ricardo Fábrega y la subsecretaria de Salud, Jeanette Vega, quien la sucederá como ministra subrogante.
Durante la conversación con la prensa Barría se mostró muy tranquila y risueña. Quizás esta vez Juan Carvajal, vinculado al monitoreo de las comunicaciones de dicho ministerio desde 1998, le recomendó finalizar su gestión dando una señal de cercanía a los medios.

El sucesor

El paso dado por Barría relaja en parte el complejo escenario político enfrentado por el Gobierno a raíz de las críticas por el caso del Sida, cuyo broche de oro fueron los negativos resultados en las recientes elecciones municipales.

Además, abre la posibilidad de retrasar el recambio de gabinete anunciado para liberar a los actores que planean presentarse como candidatos en las próximas parlamentarias. Entre ellos, el propio Fábrega, que, según fuentes cercanas al Minsal, aspiraría a postularse a diputado por Maipú.

En cuanto al nombre del sucesor de la ex titular de Salud, éste sería resuelto después de que la mandataria retorne al país el próximo sábado. «Estamos buscando equilibrios políticos, por lo que lo lógico es que se mantenga un PS. En todo caso y como viene el cambio de gabinete, puede haber un enroque con otra cartera y que continúe Vega (PPD)», explican fuentes oficialistas.

El nombre que suena más fuerte es el del Intendente Álvaro Erazo, quien  cumple dos requisitos clave. Por una parte posee amplia experiencia en el sector, ya que fue director de Fonasa y luego subsecretario de Salud, cargo en el que la propia Bachelet fue su asesora.

Y por otro lado pertenece a la Nueva Izquierda del PS, y es muy cercano a Camilo Escalona, tal como la mandataria.

También se baraja la opción del director del Servicio Médico Legal (SML), Patricio Bustos, que tendría la mayor sintonía con Bachelet, dada su cercanía en temas de Derechos Humanos. Bustos fue un ex integrante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y vivió directamente torturas en los centros Villa Grimaldi, Cuatro Álamos y Puchuncaví. Además asumió la dirección del SML luego del escándalo por los errores de identificación en los peritajes en el caso del Patio 29.

También se estaría barajando la posibilidad de que el director de Fonasa, Hernán Monasterio sea el que asuma el rol de Barría. Y aunque el socialista también pertenece a la Nueva Izquierda, esta opción no es muy probable, ya que, según señalan desde el Congreso, el trabajo en la repartición que lidera «mira a más largo plazo y no sería buena fórmula sacarlo de ahí».

Otro candidato que habría saltado a la palestra, es el doctor Osvaldo Salgado, antecesor de Fábrega y que actualmente se desempeña en la Oficina de Cooperación y Asuntos Internacionales (OCAI) del Minsal. Pero en este caso no hay mucho convencimiento debido a que, según explica un parlamentario de la Concertación «necesitamos a alguien con más peso político. Con todo lo que viene desde el último año hay que consolidar los temas de salud».

Incluso, habrían voces del freísmo que abogan por el ex ministro del área, Alex Figueroa (DC), como la carta sucesora, ya que «se ve como una buena perspectiva de preparar el desembarco de (Eduardo) Frei como presidenciable», explican fuentes cercanas al Minsal.

El tema Barría «no está cerrado»

Aunque la oposición celebró la renuncia de la ministra Barría, algunos no pudieron evitar especular que más que para impedir que se «enloden» las políticas públicas sanitarias implementadas por el gobierno, la secretaria de Estado lo hizo para esquivar los cinco años de inhabilidad para postular a cargos públicos que hubiera arriesgado. Pese a ello las palabras de buena crianza de los parlamentarios opositores no fueron pocas, sobre todo que tomaron en consideración el que la amiga de la Presidenta haya sido una de las pocas personalidades que asume su responsabilidad política durante los 18 años que lleva la Concertación en La Moneda.

De hecho, la decisión abrió un flanco en la Alianza, ya que para algunos -como es el caso de la diputada Karla Rubilar (RN)- con la renuncia se consiguió lo que su sector esperaba, que era justamente que asumiera la responsabilidad política que le compete en el mal funcionamiento de una cartera que tiene directa relación con la salud de la ciudadanía.

Mientras que otros no descartan de plano que la mentada acusación se concrete, dado que tras la renuncia de un ministro aún restan seis meses para levantar una. Quienes están en esta postura sostienen que «hay elementos jurídicos para construir una acusación constitucional en virtud de la inejecución de la ley». Aunque admiten que la tarea es «establecer la responsabilidad directa de Barría en un ministerio muy descentralizado», lo que hace esta labor más difícil, pero no imposible.

Los que no se resignan a cerrar la vía de la acusación, admiten que con la renuncia de la secretaria de Estado «se ha debilitado» este instrumento desde el punto de vista político y también el respaldo que parlamentarios del PRI e incluso de la Concertación estaban dispuestos a entregarle. Pero destacan que «no vamos a renunciar a establecer todos los mecanismos para aclarar las irregularidades ocurridas en el Ministerio de Salud».

Con esta frase apuntan a instancias tales como la comisión investigadora, presentaciones ante la Contraloría, hacerse parte de los procesos judiciales iniciados por familiares de los pacientes fallecidos de SIDA en Iquique, entre otros. Y de todas maneras que «el tema Barría no es un capítulo cerrado».

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