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Fiscal investiga envío de información reservada a Socovesa

Perseguidor de la zona oriente Gonzalo de la Cerda, reconoció que el ex jefe de informática de Simonetti, Juan Carvallo, confesó la entrega de datos secretos a la empresa Tecsa, la que negó cualquier responsabilidad en los hechos. En Socovesa, en tanto, se llevó a cabo una investigación interna para determinar si el «encargado de plaza» de la Novena Región, Raúl Molina había participado en estos hechos, pero éste lo negó. Lea aquí en exclusiva parte de la confesión de Carvallo ante la fiscalía.


nuevo episodio en el caso de espionaje empresarial a la inmobiliaria Simonetti comienza a escribirse. Y es que el ex jefe de informática de este última, Juan Carvallo, quien confesó el envío de información reservada de su empleadora a la firma Tecsa, declaró ante el fiscal oriente Gonzalo de la Cerda, quien también interrogó al «encargado de plaza» de Socovesa de la novena región, Raúl Molina.  Según Carvallo, sólo se trató de un favor para enviarle herramientas de gestión, aunque aseguró no haber recibido dinero por ello.

El detalle agrega un nuevo ingrediente a la historia -que reveló ayer El Mostrador.cl– e instaló una novedosa forma de cometer un delito en el ámbito de los negocios hasta ahora desconocido en el  sector. La pista de Socovesa es una nueva arista con la que el perseguidor intentará llegar a la verdad.

Nada, por ahora

Fuentes de Socovesa explicaron ayer a este diario que una vez conocidos los hechos hace algunas semanas, se inició una investigación interna y se le consultó a Molina por la declaración que prestó Carvallo, pero el ejecutivo negó cualquier contacto con él.

La fuente explicó que se le revisó la computadora de la empresa y nada se habría encontrado. Se indicó que existe preocupación en la firma por los dichos de Carvallo, aunque no descartan que en el peritaje al correo de este último pudieran aparecer algunas «sorpresas». Por lo tanto, hasta ahora, prefieren confiar en su empleado.

En tanto, ayer Tecsa reaccionó ante la información publicada por este medio e indicó a través de un comunicado que prestaron toda su colaboración a Simonetti para aclarar los hechos.

Y es que dentro de la querella presentada por esta última ante el Cuarto Juzgado de Garantía, se señala que al revisar el servidor se halló una conexión clandestina con la IP 200.73.31.9, que pertenece a Tecsa, lo que fue corroborado por la Brigada del Cibercrimen de Investigaciones.

Este diario intentó ayer conseguir una entrevista con algún miembro del directorio de Tecsa, pero a través de una asesora se indicó que no habrían declaraciones al respecto, salvo un comunicado que se envió a los medios.

Sándwich de palta

 El fiscal Gonzalo de la Cerda confirmó ayer que posee la confesión de Carvallo, en la que aseguró haber entregado información a ambas empresas de la competencia.

El siguiente es el relato completo que Carvallo hizo al perseguidor sobre la entrega de información secreta a cambio de dinero y al que tuvo acceso este medio:

«Respecto del envío de la información secreta de mi ex empleadora (Simonetti) a la competencia, debo declarar que sí lo hice. Envié proyectos en formato project, que es el formato que usa la compañía con información en una Carta Gantt, en un formato que usa Simonetti para hacer seguimientos a los proyectos… es una herramienta de gestión que desarrolló internamente Simonetti, una planilla que se llena con datos y que yo remití en blanco y la envié a Raúl Molina. Fue un favor, no me pagó por esto», le dijo Carvallo al fiscal. Además envié un procedimiento de la ISO 9000 de la División de Propiedades Usadas que da cuenta de la forma de trabajo original y especialmente diseñada por Simonetti».

«Era en formato word o pdf y contenía el procedimiento especial de gestión de ese tipo de propiedades. Esta información se le envié a Stephanie de la Mare (ex analista de Simonetti). Lo hice por correo electrónico. No sé si lo hice por el correo personal o por el de la oficina. No me pagaron nada por esa información, fue un favor. Esta información de los procesos de la empresa son confidenciales».

«Finalmente, a Tecsa Inmobiliaria, a Pilar Cretton (una empleada de la firma) le envié por medio de Álvaro Daneri, ex gerente general de Simonetti (y ahora de Tecsa) y les entregué una clave de acceso para ingresar a un software que está en internet llamado gecomer, que es de gestión comercial del servicio al cliente y posventa y creada íntegramente por Simonetti. Ellos tuvieron esa clave por tres semanas. No se pueden ver los proyectos de Simonetti. Sí se podía ver el sistema y cómo funcionaba. Está alojado en el sitio www.informáticaymas.cl. A cambio de eso me iban a pagar un ingreso mensual para mantener el sitio, que estuviera en línea y que yo los asistiera técnicamente. Me iban a pagar 3 UF mensuales ($ 60 mil), tanto para entregar la clave como para llenar los datos, por mantener operativo para esa empresa el sistema».

«Yo en www.informáticaymás.cl traté con Candelario Balmaceda para que el modificara la página que mantenía para Simonetti para que estuviera a disposición también de Tecsa y el recibiría 24 UF mensuales que también pagaría Tecsa. Ellos sabían que el programa era de Simonetti y que esto era algo oculto que no podía saber Simonetti».

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