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Autogestión de hospitales públicos en la cuerda floja

De los 56 recintos que por ley deben ingresar al sistema de autogestión a  partir del 1 de enero del próximo año, 45 no cumplen las condiciones mínimas, lo que podría traer perjuicios a la salud pública. Por ello, el diputado Alberto Robles (PRSD) está impulsando un proyecto de ley que retrase la vigencia de la medida. Esto no es compartido por el subsecretario de Redes Asistenciales, Ricardo Fábrega. [Actualizada]


Una ardua tarea deberá enfrentar el sucesor de Soledad Barría en la cartera de Salud. Como noviciado, al ex intendente Álvaro Erazo le tocará ni más ni menos que enfrentar el ingreso de 56 hospitales al sistema «Establecimiento de Autogestión en Red», a partir del próximo 1 de enero.

Con la salvedad de 11 de estos recintos,  que cumplen los requisitos necesarios y ya han sido clasificados como autogestionados, los restantes 45 empezarán a operar sin las bases de gestión, los niveles de deuda y la coordinación  exigidas para ello.

Pero la ley 19.937 es clara: los establecimientos hospitalarios que deben convertirse en autogestionados, pasarán a serlo en las condiciones en que se encuentren luego de 2009. Según explica el diputado Alberto Robles (PRSD) cuando se aprobó el proyecto a principios de 2004, la idea era «acelerar el tranco».

Y así cumplir con el objetivo de generar una mayor autonomía administrativa y financiera de los hospitales, ya que la dirección del mismo recinto adquiere autonomía del servicio de salud respectivo a la hora de tomar decisiones. Lo que se traduciría en mejoras en la calidad y de rapidez de la atención a los pacientes.

«Pero si no están listos esas decisiones serán malas. Si estos hospitales asumen responsabilidades mayores sin estar preparados es como entregarle un bisturí a un alumno de quinto año para que haga intervenciones de cirugía mayor», explica el parlamentario.

Opinión con la que concuerda el presidente del Colegio Médico, Pablo Rodríguez, quien considera que «si hemos reconocido que la Alta Dirección Pública (ADP) ha fracasado y 50 por ciento de las direcciones de los hospitales están vacantes, sumado a que los directores que están no son los que tienen mayor experiencia, corres un gran riesgo. El daño se podría traducir en un conflicto mayor en los hospitales con el personal y en más inestabilidad del sector».

Fuentes del Minsal señalan como ejemplo el cuestionado funcionamiento del Hospital San José: «Imagínate el lío que hay con la deuda hospitalaria, procesos, recursos humanos… cuando empiece la autogestión esos problemas continuarán allí». Y una vez más quienes terminarán pagando los platos rotos serán los pacientes.

A última hora

 Esta situación era archiconocida en el Ministerio de Salud. Y aunque desde hace años existe la unidad de Autogestión en Red, el enfoque de su trabajo, según explican fuentes del Minsal, apuntaba a temas más macro y administrativos, pero sin trabajar directamente con los hospitales. Eso recién habría empezado a cambiar en Agosto, lo que coincidió con la designación de la doctora Gisela Alarcón a cargo del equipo.

De esta forma, la unidad dependiente de la Subsecretaría de Redes Asistenciales a cuya cabeza está Ricardo Fábrega, inició una planificación que incluye mayor acompañamiento a los centros hospitalarios.

Integrantes de la cartera explican que se han centrado mucho en «recuperar el espíritu» de lo que significa convertirse en autogestionados. Además de capacitaciones a altos directivos y los llamados talleres macro regionales de preparación  de auto competencia, que se iniciaron hace tres meses.

Según explica Fábrega, se ha puesto mayor énfasis en el apoyo conjunto de los directivos, tanto de los hospitales como de los servicios. Por otra parte, se ha trabajado con acompañamiento de pares: los que tienen buenos procesos apadrinan a otros, lo que se suma a algunas consultorías que se hicieron el año pasado a unos 10 hospitales a nivel nacional.

Incluso el 24 de septiembre pasado se hizo un seminario nacional de Hospitales Autogestionados, cuyo objetivo era motivar e informar a las direcciones de servicio.

Y para el 2009 se invertirán recursos especiales de apoyo a la gestión, y se implementará un sistema de monitoreo de recursos y cumplimiento de metas. Fábrega admite que habrá hospitales más complicados que otros y compara el apoyo que se les dará con una bicicleta: «A algunos les vamos a poner rueditas al lado. Luego de los talleres, en noviembre, sabremos cuáles necesitarán más apoyo. Calculamos que unos 10», detalla el DC.

Pero la sensación de muchos es que el asunto se empezó a tomar en serio demasiado tarde. Según fuentes internas, aunque se sabía de la obligatoriedad de la entrada al sistema, nadie  impulsó su desarrollo. «Este tema no tuvo prioridad política. Recién a mediados de año y a raíz de la crisis en que estaba el sector se tomaron medidas concretas para empezar a prepararlos servicios de salud para la titánica tarea».

Y aseguran que «como estas modificaciones organizacionales son muy lentas, no tendremos resultados inmediatos. En dos o tres meses no puedes hacer lo que se debió haber hecho hace 3 o 4 años atrás».

Al respecto, Robles, apunta al subsecretario de Salud. «Yo diría que Fábrega no ha sido lo suficientemente acucioso en este tema. Él debió haberse hecho cargo al menos para coordinar con los directores de servicio que sus hospitales llegaran a niveles de autogestión».

Para andar en bici hay que subirse

En vista de que las condiciones no acompañan a la entrada en marcha de los autogestionados, Robles presentó el martes un proyecto de ley para suprimir el inciso que permite que los hospitales entren en este régimen. «Para que cumplan con el reglamento que el Minsal y Hacienda deben  desarrollar y con las condiciones mínimas para gestionarse en forma eficiente», explica el parlamentario.

Pero el tiempo apremia, por lo que la mañana del miércoles solicitó al Secretario General de la Presidencia (Segpres), José Antonio Viera Gallo,  que le diera el respaldo del ejecutivo y la urgencia necesaria para que la propuesta pueda ser discutida durante noviembre y se convierta en ley en diciembre.

Además la medida cuenta con el apoyo transversal de los miembros de la Comisión de Salud.

Fábrega no es partidario de esta medida: «Por algo hicimos el proyecto de ley sabiendo que un grupo importante de hospitales no iban a cumplir la pauta porque es de perfección hospitalaria. Así que esto no es casual: para andar en bicicleta hay que subirse a la bicicleta», concluye el médico cirujano.

 

 

 

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