Ian Mackinnon era un alumno de altas calificaciones en su promoción, pero no se pudo graduar. Su curriculum presentaba un detalle en el que nadie reparó: era sobrino del José Luis Nilo Valledor, el subdirector de Protocolo. Los controles fallaron pues Mackinnon no incluyó su parentesco en la solicitud de ingreso a la Acade. El hecho fue descubierto por el director de la Academia Diplomática, Alberto Yoacham.
Nadie podía creerlo en el gabinete del ministro de Relaciones Exteriores (Minrel), Alejandro Foxley, ni en la oficina de Alberto Van Klaveren ni en la Academia Diplomática (Acade). El error de que se enteraron hace algunos días era -aunque de proporciones acotadas- con un componente humano de aquellos donde la ley impone su fría ceguera. Y es que un alumno de esa escuela donde se forman los futuros miembros del servicio exterior -luego de 18 meses de estudio y ganando un bajo sueldo- debía ser exonerado, por una falta a la Ley de Probidad Administrativa, a sólo días de graduarse.
El caso afecta a Ian Mackinnon, un alumno de altas calificaciones y con un destino que se veía altamente promisorio, pero que presentaba un detalle en el que nadie reparó: era sobrino del José Luis Nilo Valledor, el subdirector de Protocolo. Los controles fallaron y Mackinnon no incluyó su parentesco en la solicitud de ingreso a la Acade.
Fuentes del Minrel confidenciaron a El Mostrador.cl que el problema fue descubierto por el actual jefe de la repartición, Alberto Yoacham, a sólo días que se «recibiera» la nueva generación de 8 jóvenes en el edificio de Teatinos 180, hecho ocurrido el pasado viernes.
Yoacham tenía perfecta claridad de que se trataba de un error fuera de su responsabilidad, ya que Mackinnon ingresó bajo otra administración, por lo que informó al gabinete de Van Klaveren. Este último, como manda la lógica en situaciones, encargó un análisis jurídico a distintos abogados y a la Dirección General Administrativa (DGA). Lo que recibió de vuelta era categórico: Mackinnon no podía ser pasado a la planta de la Cancillería. Todas las actuaciones internas eran sencillamente nulas.
Organigrama
Mackinnon es hijo del coronel del mismo nombre y actual jefe del Estado Mayor Conjunto de la Fuerza de Paz Binacional «Cruz del Sur» Chile-Argentina, que funciona actualmente en el edificio Diego Portales. Por cierto un hombre de confianza del gobierno, del Ministerio de Defensa y el Ejército para asumir un cargo de este tipo, y cuenta con una carrera «impecable», según señalan fuentes militares.
El cuñado del oficial Mackinnon es José Luis Nilo, un hombre muy cercano al círculo de hierro de la Presidenta Bachelet, quien últimamente ha trabajado en Protocolo, repartición dirigida por el embajador Fernando Ayala, quien en los últimos meses le ha quitado protagonismo al Canciller Foxley.
Se comenta que al ministerio de Relaciones Exteriores (Minrel) habrían llamado incluso María Angélica Álvarez, asesora de confianza de la Presidenta, así como su madre, Ángela Jeria, tratando de mediar y recibir alguna explicación al respecto. Pero nada. La decisión era irrevocable.
De hecho, en la graduación de los futuros diplomáticos, Yoacham, al pronunciar su discurso -que implica el rito de paso para los estudiantes- lanzó una frase que develó su desazón por el hecho que afectó a Mackinnon: «Quiero lamentar que no todos estén», dijo.
Y como si la revelación de este hecho hubiera estado marcada por el azar, la generación de nuevos diplomáticos, como es tradición, adoptó el nombre de un personaje ilustre. En esta oportunidad eligieron el del cronista ç Joaquín Edwards Bello.
Reclamos funcionarios
El pasado viernes Foxley recibió un reclamo respecto a este episodio de parte de la Asociación de Diplomáticos de Carrera (Adica), en el marco de una ceremonia donde se premió a distintos funcionarios de la Cancillería, pues en diciembre el Minrel cumple años.
En la oportunidad el jefe de la Adica, Marcos Aguayo, aprovechó su discurso para criticar la ley que impide que se produzcan situaciones de este tipo. El secretario de Estado intentó defender lo indefendible, e indicó que debería ser un tema para el Tribunal Constitucional (TC).
Sin embargo, esta última institución que resuelve la viabilidad de las leyes y las contradicciones de algunos cuerpos legales con la Carta Fundamental, ha sentado distintos precedentes sobre el tema, por lo que es altamente probable que el criterio se mantenga, afectando así los intereses de Mackinnon.
El más reciente es de agosto pasado, donde el TC, en un dictamen de 22 páginas estableció que las reglas de la administración del Estado son claras en señalar que, como medida de aplicación de la «ética» y la «probidad», no podrán trabajar aquellos familiares sanguíneos hasta en un tercer grado, cuando el pariente tenga sobre ellos algún grado de injerencia.
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