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El desprecio global

Esta película es la primera prueba de la incipiente sociedad entre los estudios de Hollywood y Bollywood, la factoría de películas de la india, que vemos en las salas locales. En un escenario de pobreza extrema torturas y crueldad se esconde la discriminación, los  prejuicios y la desigualdad que infecta a todos los países del mundo, igual que el programa que sirve de hilo conductor para la historia.


Aunque Slumdog Millionaire irritó a los indios  por  su título  (en chileno sería como «el flaite millonario») y por   sus crudas secuencias de niños andrajosos corriendo por un basural -como no se ven ni en el mejor comercial chileno para erradicar campamentos-, la película de Danny Boyle (Trainspotting) puede ser el primer gran paso de un matrimonio por conveniencia entre Bollywood, como se conoce a la factoría de películas indias,  y los grandes estudios con base en Los Ángeles. La industria cinematográfica emplazada básicamente en la megápolis de  Bombay produce en ganancias unos 2,2 billones de dólares al año gracias a los 3,6 millones de espectadores que repletaron las salas sólo en 2007.

Por último, el sexto hombre más rico del mundo, Anil Ambani, puso en la mesa de los estudios Dreamworks de Steven Spielberg unos US$ 600 millones, cuyo primer resultado es la película Kites,  la producción más cara de la india que incluye actores  locales, estadounidenses y mexicanos como Bárbara Mori, que actuó junto a Beto Cuevas en La mujer de mi hermano y en Pretendiendo, la película del director chileno Claudio Dabed.  

Dickens en Bombay

El proyecto de esta película viene desde 2006 cuando el guionista Simon Beaufoy comenzó a adaptar la novela Q&A basada en hechos reales sobre el programa ¿Quién Quiere ser Millonario? El escritor, responsable de Full Monty (1997) junto a las dos compañías responsables de la producción Film4 y Celador pensaron en Doyle para dirigir y buscaron un distribuidor norteamericano para alivianar los costos. Finalmente se quedó Fox Searchligt, la división de películas «independientes» de los estudios Fox y responsable de otros aciertos anteriores en la  categoría como Juno (Oscar 2007 al mejor guión original) o Little Miss Sunshine (Oscar 2006 al mejor guión original y al mejor actor de reparto).

Slumdog Millionaire es una película a la moda, es decir, cosmopolita y llena de guiños a la globalización. Partiendo por el programa ¿Quién Quiere Ser Millonario, que se ve en 55 países y fue engendrado por la productora británica Celador, que participa en la película. Hasta por la elogiada banda sonora, que incluye a M.I.A, una estrella pop  hija de un guerrillero Tamil nacida en Sri Lanka pero residente en Londres, donde usó los blogs antes que los canales para promocionar sus discos.

Pero lo más «globalizado» no es ni siquiera  la historia de amor dickensiano que protagonizan Jamal (Dev Patel) y la bella Latika (Freida Pinto) ni los largos trozos de película hablados en hindi, el idioma oficial de la india, los medios y las películas, que son comúnmente dobladas a las 16 lenguas que se hablan en el país. Lejos lo más universal de esta cinta es la historia de discriminación y desigualdad que Boyle disfraza muy bien ambientando la historia en el país más pobre del mundo. Con grandes planos de los barrios marginales, historias de mafiosos, montaje pop, persecuciones a ritmo acelerado con banda de sonido electrónica detrás y el protagonista en un baño sucio en medio una situación límite, que lo hicieron célebre desde Trainspotting.

La universidad de la vida

Jamal es el junior que sirve el té en un call center. Desde la primera secuencia, cuando los policías lo torturan hasta ponerle corriente, queda claro que nadie le cree que él, un casi analfabeto, sea quién esté a punto de ganar 20 millones de rupias en el concurso de conocimientos. A lo más pudo haber sido un niño que se escapó de ser ciego a manos de unos gángsters que reclutan pobres para convertirlos en mendigos a su servicio. Pero millonario no. De esa posibilidad se ríe cruelmente el público y sin decoro el conductor.

Aquí surge otra pregunta que la historia resuelve ¿se puede aprender algo, so riesgo de sonar cursi, «en la universidad de la vida»? Bueno, si en Bombay antes de los siete años hay que escapar de un grupo religioso que le parte el cráneo a tu madre e incendia tu casa, claramente sí.  Jamal sabe las respuestas gracias a los episodios más potentes de su vida y Danny Boyle no se ahorra minutos para dejar claro que esto no es Gandhi ni La Ciudad de la Alegría. Mostrar desde la crueldad humana más gruesa hasta la que parece más sutil -y casi una broma-,  pero que está más enquistada todavía. Aquí la televisión no es alienante sino un modo de escape y de dar vuelta el destino que ya está escrito desde el nacimiento. Algo que seguramente molestó a la sociedad india, pero que funciona también como prueba de la mezcla de visiones que puede traer este noviazgo por conveniencia entre  las dos industrias. La película de Boyle también incluye una graciosa coreografía masiva al estilo occidental donde participan todos los actores, algo muy clásico en las cintas hechas en Bollywood

Arrasa con los premios

El conductor de la versión india del programa, Amitabh Bachchanan, es una estrella de Bollywood, con más de 50 películas y hace un cameo en esta producción. Además fue uno de los primeros en reclamar por la visión demasiado «realista» que se empeña en mostrar la película, ganadora de 7 Bafta otorgados por la academia cinematográfica británica y 4 Globos de Oro, lo que le augura un buen futuro en la ceremonia de los Oscar este domingo 22 de Febrero, donde postula a ganar en 10 categorías.

Al menos algo de ese oro ha llegado hasta las poblaciones miserables de Bombay desde donde salieron los niños de la película. Los productores se comprometieron a pagarles su educación hasta los 18 años y luego entregarles una «sustanciosa» suma de dinero.  

Ver además:

Slumdog Millionaire- Trailer

 

 

 

 

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