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El lapsus de Piñera con el aborto terapéutico

Aprovecharse de un ambiente caldeado para echarle más leña a la hoguera, puede resultar contraproducente. El presidenciable de la derecha no se contuvo a la hora de criticar a Frei Ruiz-Tagle por el sólo hecho de plantear el debate sobre un tema de por sí controvertido, pues no recordó que durante su presidencia en RN el tema era respaldado por los legisladores más liberales de la tienda. Uno de ellos continúa en el Congreso.


A veces cuesta entender como actúan los políticos. El problema se hace más notorio en época electoral, donde el debate adopta ribetes de espectacularidad. Nada es término medio, todo es bueno o malo. Y frases que en un año normal no hubieran durado hasta el fin del día, en el marco de elecciones presidenciales son portada de algún diario. Por eso no resulta extraña la fuerza con que Renovación Nacional, candidato presidencial incluido, salió a desacreditar a Eduardo Frei Ruiz-Tagle por plantear la necesidad de debatir sobre el aborto terapéutico. Sobre todo cuando la derecha no está tan ordenada respecto al tema, como las declaraciones de sus líderes aparentan.

Para redundar en el debate generado es importante recordar que los temas valóricos siempre han sido tabú para la derecha. Por eso los evitan como el agua al aceite. Pero también, como puede resultar obvio, porque generan divisiones en el sector. No sólo entre RN y la UDI, sino también al interior de cada colectividad. El aborto terapéutico es un caso emblemático.

De muestra un botón. El planteamiento que tanta controversia provocó ahora y que escandalizó no sólo a los sectores más conservadores de la derecha chilena, sino también a Sebastián Piñera, de tendencia «más liberal», pasó inadvertido para el candidato el año 2003, cuando era presidente de RN. No se puede decir que no se enteró de que tres de sus diputados patrocinaron el proyecto sobre aborto terapéutico que aún se tramita en el Congreso. Aunque sólo uno de ellos continúa en la Cámara Baja, el doctor Osvaldo Palma, quien seguramente tiene más argumentos que sus colegas de la época, Carmen Ibáñez y Arturo Longton, para entregar su respaldo a la tramitación de la iniciativa.

«El proyecto de ley que modifica el artículo 119 del Código Sanitario en lo relativo al aborto terapéutico» ingresó, como moción, a la Cámara de Diputados el 23 de enero del año 2003 y se encuentra, después de seis años, en su primer trámite constitucional. Y además de los tres legisladores de RN que entonces lo patrocinaron, también lo hicieron los PPD Adriana Muñoz, Guido Girardi, Enrique Accorsi y María Antonieta Saa; los PS Isabel Allende y Fulvio Rossi; y el radical social demócrata Carlos Abel Jarpa.

Después de su ingreso, la iniciativa no siguió avanzando por lo cual a través del oficio 365-2008 la Comisión de Salud de la Cámara, presidida por el UDI Juan Lobos, solicitó que se archivara, el 14 de octubre del año pasado. El 28 del mismo mes fue negada oficialmente tal posibilidad. De haber sido aceptada hubiera corrido igual suerte que el primer proyecto que se presentó sobre el tema, el 17 de septiembre de 1991, y que terminó archivándose el año 2007. Este se había presentado patrocinado sólo por diputados del bloque PPD-PS, entre los que también figuraba Adriana Muñoz. Quienes no han patrocinado ninguna de las iniciativas en esta línea en la Cámara Baja son los parlamentarios de la UDI.

La iniciativa que duerme en la Cámara de Diputados tiene un solo artículo que establece que al actual artículo 119 del Código Sanitario se le agregue un inciso segundo en el siguiente tenor: «Sólo con fines terapéuticos se podrá interrumpir un embarazo.  Para proceder a esta intervención se requerirá la opinión documentada de dos médicos cirujanos».

Después de estos antecedentes resulta extraño, por decir lo menos, tanta batahola. Sobre todo de Piñera, quien advirtió que en un gobierno de la derecha «siempre voy a defender la vida de un ser indefenso e inocente, de un niño que está por nacer, y jamás vamos a transar nuestros principios por razones políticas o electorales». Año electoral tenía que ser.

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