Publicidad

El sorpresivo cambio de switch del alcalde de Vitacura

Aunque terminó validando la consulta ciudadana impulsada por un grupo de vecinos, al principio Raúl Torrealba fue su más férreo opositor. Sólo después de que la Contraloría definiera que el plebiscito era válido, cambió el discurso al respecto y aceptó su ejecución. Para Rodolfo Terrazas, líder de Salvemos Vitacura, el proceso en realidad marcó un divorcio entre el edil y la ciudadanía. Y también constituye un referente para replicar la experiencia en otras comunas que viven una situación similar.


No se compara con el plebiscito que definió el destino del país en 1988. Pero sí se puede decir que el referendo comunal vinculante de Vitacura, celebrado el domingo pasado, marcó un hito importante y único en cuanto a participación ciudadana nacional.

Sin ir más lejos, la consulta impulsada por el movimiento Salvemos Vitacura, liderado por el ex candidato a alcalde Rodolfo Terrazas, se constituyó en un golazo de los movimientos ciudadanos. Porque luego de cuatro años, la agrupación, que rechazaba las modificaciones del plan regulador comunal, logró su objetivo a través de una herramienta que los chilenos sólo recuerdan haber usado para terminar con el Régimen Militar.

Al otro lado de la moneda, y según Terrazas, la alta participación -63 por ciento del total de inscritos en la comuna- sumado al rechazo de 75 por ciento a la propuesta para modificar el plan regulador en Kennedy, Alonso de Córdova y Escrivá de Balaguer, reflejó un «divorcio» entre el edil, Raúl Torrealba (RN), y la comunidad.

Esto, «porque siempre se opuso a llevar adelante el plebiscito convocado por la ciudadanía, aduciendo razones sin  fundamento de orden legal, lo que quedó ratificado cuando Contraloría le ordenó hacerlo». Postura que el abogado señala no entender, ya que «no hay acto más democrático que consultar a la ciudadanía, sobre todo cuando esta lo exige».

Al respecto, Torrealba asegura que su oposición al tema se debió a que tenía «algunas dudas previas sobre si estaba bien convocado. Pero el tema quedó zanjado en la Contraloría que decretó la legalidad del asunto».

Pero los hechos dicen lo contrario: el decreto municipal Nº 4/244 mediante el cual Torrealba rechazó la solicitud del 20 de diciembre de 2006 de los vecinos para convocar al plebiscito no apelaba a dudas de ningún tipo, ya que simplemente no autorizaba la iniciativa.

Y si se hubiese acatado el decreto y los vecinos liderados por Terrazas no hubieran concurrido al órgano fiscalizador, simplemente no se habría realizado la consulta ciudadana.

A pesar de esto, el edil manifiesta estar contento con lo ocurrido, ya que considera que «fue un plebiscito impecable, con dos tercios de la población con una postura clara. Lo que valoro enormemente porque termina con un problema que la comuna arrastraba hace muchos años».

Las casitas del barrio alto

 Los vecinos que no sacaron cuentas tan alegres con el resultado de la votación, fueron los que veían en este cambio al plano regulador una excelente oportunidad de agregar plusvalía a sus viviendas.

Las juntas de vecinos que apoyaban la opción «Sí» eran justamente las de Alonso de Córdoba, Kennedy y Escrivá de Balaguer. Según Patricio Hermann, de Defendamos la Ciudad, «si se hubiera aprobado la modificación al plan regulador, se habrían generado plusvalías enormes para las viviendas de los vecinos de las zonas que se cambiarían. En cambio, los vecinos de las zonas adyacentes obtendrían una minusvalía patrimonial».

Hermann agrega que de acuerdo a la información que obtuvieron, en Escrivá de Balaguer «ya habían compromisos de compraventa dependiendo de los resultados del sábado».

En todo caso, no tiene claro qué inmobiliarias serían las que pretendían hincar el diente a la modificación urbana. Información que en el municipio también dicen desconocer.

Salvamos Vitacura

La jugada de Vitacura podría marcar un referente para otras comunas. A diferencia de lo ocurrido en Ñuñoa el año pasado, cuando no se estuvo ni cerca de alcanzar las 12 mil firmas necesarias para convocar a un plebiscito comunal que buscaba abrir un proceso democrático para la elaboración del plan regulador de esa localidad.

Al respecto, Terrazas asegura que ahora tienen dos desafíos por delante. El primero, capitalizar el ejercicio realizado y darlo a conocer a otros municipios que los han contactado por problemas similares. Aunque admite que «no hemos tenido mucho tiempo de preocuparnos de otras comunas, además que dar a conocer la experiencia no es fácil y esto es un voluntariado».

Paralelamente, planean estudiar los aspectos técnicos urbanísticos para «proponerle al alcalde trabajar en conjunto para crear un plan regulador que refleje los intereses de los vecinos para preservar Vitacura».

Propuesta que el edil no descarta, ya que aseguró que están abiertos a trabajar al respecto con todos los actores.

Más allá de los planes futuros, Terrazas siente que puede definir esta pequeña batalla de cuatro años como misión cumplida y asegura que Salvemos Vitacura continuará trabajando, pero quizás ahora se llamen «Salvamos Vitacura».

 

 

Publicidad

Tendencias