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La Moneda se repliega de la campaña y Pérez Yoma se dispara en el pie

El ordenamiento del gabinete de Bachelet evidencia una definición estratégica: en el círculo presidencial están más preocupados de terminar bien este último año antes que entrar en la campaña sucia que se vislumbra para el 2009. En el comando de Frei aseguran que ese rol que desempeñaba Vidal atacando a Piñera debería ser responsabilidad de los presidentes de partido, tal como lo hizo Escalona cuando asumió Novoa en el Senado. Pero el punto negro de la movida lo puso Pérez Yoma al adjudicarse la autoría de la operación que sacó al ex vocero de Palacio, con lo que instala la imagen de una Presidenta pauteada por un subalterno.


«No vamos a arriesgar el capital de la Presidenta por frases poco felices». Esa fue una de las conclusiones a las que se llegó en Palacio cuando Bachelet tomó la decisión de sacar a Vidal de la vocería de gobierno.

Así las cosas, cuidar el «capital político» de la Presidenta se convertirá en una consigna para este último año en el gobierno, con las encuestas a su favor. Lo que implícitamente significará no involucrarse en la contienda presidencial.

En el comando de Frei aseguran que para esas tareas, a diferencia de la elección anterior donde Vidal tuvo un rol protagónico, los escuderos de Frei que confrontarán al candidato de la Alianza, Sebastián Piñera, serán los presidentes de partido y los parlamentarios. En particular Camilo Escalona, quien en el episodio de Jovino Novoa y la presidencia del Senado dio muestras de que será uno de sus más fieros perseguidores.

Respecto al vacío que algunos creen quedó luego del traslado de Vidal a Defensa -un ministerio que lo deja completamente fuera de la batalla y cuya visibilidad será sólo protocolar- fuentes del comando de Frei apuntan a que el eje central de la estrategia comunicacional del senador no será confrontar al presidenciable de la derecha. «Lo que no significa resaltar los conflictos de intereses que tiene para asumir cualquier cargo público y en especial el de la presidencia de la república», explica un cercano al candidato oficialista.

Belisario Velasco, su jefe político, dice que nunca han pensado en que la vocería de gobierno deba salir al paso de Piñera y en defensa de Frei. En caso de hacerlo, las acciones no pasarán por el gobierno. «Cuando lo hagamos, será en términos políticos y con críticas constructivas. Tal como lo hemos hecho hasta ahora, con la verdad», dice el ex ministro del Interior. Y agrega: «En un mundo de tanta mentira, decirla parece un acto revolucionario».

Las señales de distanciamiento de Bachelet

Los indicios que ha dado la propia Presidenta respecto a su distanciamiento de la contienda presidencial han sido varios. La línea del llamado a la unidad nacional para enfrentar la crisis económica ha sido refrendada en cada uno de sus actos, y su freno a la idea del PS para impulsar la agenda laboral fue quizás la señal más potente. De hecho, la consolidación de la hoja de ruta conocida como «Los Guindos», como se conoce el cronograma donde se selló la alianza de Pérez Yoma con el titular de Hacienda Andrés Velasco, puede incluso dejar fuera de la agenda el proyecto de negociación colectiva.  

Ese guión será potenciado por la nueva vocera, Carolina Tohá, quien no es precisamente blanda en la contienda política, sin embargo, no debería caer en los «descarrilamientos» de Vidal. Sus cercanos aseguran que su función será «modulada» al momento de enfrentar el día a día y con un estilo que está lejos de la marca registrada que dejó el ex vocero.

En La Moneda existe la convicción de que es más importante terminar el año con un buen gobierno y no con odiosidades a la orden del día. «Parece una frase cliché, pero este gobierno quedará y no podemos olvidar que las elecciones pasan», dicen en el Ejecutivo, marcando una diferencia con todos los gobiernos anteriores, que se han jugado a fondo por el candidato oficialista de turno.  

Para profundizar en esta idea, en el gobierno se cree que la crisis económica ofrece una oportunidad y una condición: «Una oportunidad por instalar el tema de la protección social como bandera y una condición que es la responsabilidad fiscal que ha atravesado toda la administración Bachelet», según explican en Palacio.

En Palacio tienen una lectura positiva de la consolidación de las definiciones adoptadas en Los Guindos, no sólo porque se anticiparon a la agenda para enfrentar el escenario de crisis económica, sino también porque a Pérez Yoma le significó marcar mayor presencia, y armar un diseño más coherente con su percepción del resultado electoral de diciembre,  que según sus cercanos lo tiene instalado en «software de la derrota».

Sin embargo, sus últimos dichos sobre Vidal han provocado críticas al interior de Palacio y en el oficialismo que pueden debilitarlo.

Aleuy, el consiglieri

El «auto empoderamiento» de Pérez en la última semana, donde públicamente se ha adjudicado el cambio de gabinete, ha molestado al círculo presidencial. Sobre todo porque es una de las cosas que más le irritan a Bachelet: «Nunca ha permitido aparecer digitada por terceros y probablemente se lo representará», comentan en el Ejecutivo.

En el PPD, tienda de Vidal, consideran que esas declaraciones han sido una «torpeza y una pasada de cuenta. Lo que dijo podría haber sido declarado por los presidentes de partido, no era necesario que se convirtiera en un ministro comentarista. Se le olvida que está hablando de un colega», explican.

Es cierto que el camino de Vidal, según comentan en su partido, lo  construyó el mismo. Cuando en diciembre parecía confirmado en su puesto, no tomó nota y fue incapaz de reconvertirse. «Hizo una caricatura de sí mismo», comenta una fuente de la mesa PPD.

Según señalan en Palacio, una de las cosas que más le molestaba de Vidal a Bachelet era «autoerigirse» como jefe de gabinete. De hecho, fue Escalona quien le envió ese recado en una entrevista, cuando le dijo que no era el primer ministro del gobierno.

«A mi no me gustaba el rol de Vidal, como a muchos, pero la idea de Pérez de sobre interpretar una decisión de la Presidenta, que la tomó con la misma seguridad que lo ha hecho siempre, no parece prudente», comentan en el PS y agregan que se agrava aún más, pues si existe alguien a quien Bachelet sí escuchó para esta decisión es al Subsecretario de Desarrollo Regional, Mahmud Aleuy. Tanto en el PPD como en el PS, sostienen que la relación de Pérez con la Presidenta está intacta, es decir, de poco diálogo y «no con el poder con que se le ha dibujado en los medios de comunicación», señalan.

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