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Las explicaciones de Canal 13 para bajar el programa financiado por el CNTV

Iba a ser una serie documental en clave humorística sobre las fiestas en Chile y según la sinopsis disponible así es.  Pero resultó «más ácido y potencialmente ofensivo» para los ejecutivos del canal de Amango, Los 80 y las maratones de Los Simpson. Tanto que están dispuestos a perder el dinero invertido antes de ponerlo al aire.


El programa quedó como herencia de la ex directora de programación Carmen Gloria López, quien abandonó el canal en junio del año pasado  para dedicarse a la familia que formó con el ex alcalde de Santiago Raúl Alcaíno. «Chile un país serio» fue recibido con entusiasmo por el área Bicentenario de la estación, dirigida por el periodista Alberto Guesswein. La serie, que explora el temperamento festivo de los chilenos mostrando en ocho documentales distintas formas de celebrar, recibió $60 millones asignados por el Consejo Nacional de Televisión (CNTV) y los cerebros detrás eran de la productora Aplaplac, la misma factoría desde donde surgió «31 Minutos». 

Los chilenos según Vicuña Mackenna

Pero después de estar guardado durante todo 2008 a los ejecutivos del canal no les gustó el resultado. Así de simple: «Lo que se pensó inicialmente como humorístico resultó más ácido y potencialmente ofensivo para algunos grupos de nuestra  audiencia de lo que queremos poner en nuestra pantalla. A pesar de la interlocución durante el desarrollo del proyecto, no se llegó a un producto que Canal 13 sienta representativo», aclaró la estación a través de la subgerencia de Comunicaciones.  Claro, mientras otro proyecto como «Planeta Pérez Prado», ganador en el mismo período -y que el canal exhibe los sábados- destaca  el cuidado al medioambiente, o «Los 80», acreedora del Premio de Excelencia del CNTV ($400 millones) hurguetea en la identidad de la clase media profunda, «Un país serio», dirigida por Juan Pablo Barros y Jorge Iturriaga, muestra a los excesos en una fiesta religiosa, las primeras experiencias de adolescentes con la marihuana en los 70′, gente disfrutando suspendida de ganchos que se meten en la piel o un entrevistado diciendo «encontrar minas borrachas tirando con cualquiera… ese es el carrete ideal». Los capítulos tienen nombres tan ilustrativos como «Vinos y guarisnaques» o «DJ Dios». 

La sinopsis disponible en Internet comienza con un escrito de Benjamín Vicuña Mackenna donde califica a los chilenos como dueños de una «inteligencia vivaz pero no muy eficaz, no emprendedores, no muy amantes del orden y con predisposición algo notable a los vicios». En otras palabras, nada de lo que las nuevas autoridades de Canal 13 encabezadas por Mercedes Ducci, Vasco Moulián y María Ester Roblero, quieran mostrar. Menos si los capítulos no tienen juicios de valor entremedio o como lo definió Pedro Peirano, uno de los fundadores de la productora Aplaplac, si es un programa «amoral» y «poco edificante».

«Perder nuestra inversión»

Pero el contrato a través del cual se  asignan los fondos del CNTV para realizar el programa, obliga a que éste sea transmitido en un plazo de 24 meses desde que los recursos se entregan y de no cumplirse lo estipulado el dinero debe ser devuelto. Por eso, luego de recibir algunas advertencias del CNTV el canal decidió programarlo a la 1:30 am, después de Telenoche. Pero el contrato mandaba que debía ser entre las 14 y las 23 horas. El día elegido entonces fue el domingo a las 15:30 horas. Pero desde el viernes 30, cuando el canal envía su cartelera a los medios, «Un país serio» no aparecía. La decisión ya estaba tomada.

«Después de muchos intentos de solución, hemos decidido que lo más constructivo es conciliar nuestros puntos de vista con los de  la productora. Estamos llanos a perder nuestra inversión y ceder los derechos, de modos que ellos queden en libertad de acción», dicen en la subgerencia de Comunicaciones.

En el CNTV aclaran que el canal financió cuatro de los ocho capítulos. Incluso hay material de archivo perteneciente a la estación como una nota en blanco y negro donde Pablo Honorato participa de un allanamiento a una casa donde un policía identifica a un detenido como alguien que «ejerce su defecto, su tara, la homosexualidad», todo en el tono irónico que patentó Aplaplac en el recordado «Factor Humano».

Al interior del CNTV prefieren no pronunciarse hasta después de la sesión que corresponde realizar el próximo lunes 11 y sugieren remitirse a las bases del concurso mediante el cual se asignan los fondos. Pero esta sería la primera vez que un programa terminado debe restituir el dinero, aunque en la competencia ya se frotan las manos con las ganancias que puede traer este río revuelto. 

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