Quien fuera secretario general del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, amigo de Miguel Enríquez y cercano a Max Marambio, sería reemplazado por Edison Ortiz, ex concejal socialista. Su salida se venía evaluando hace dos semanas, debido a que en el equipo del candidato independiente analizaron que se requería a alguien con dedicación de tiempo completo.
La decisión se terminó de afinar esta semana, mientras el coordinador general de la campaña, Max Marambio, se hallaba en Europa haciendo contactos para una gira que Marco Enríquez tiene prevista. Marambio, empresario y ex mirista, que tiene una estrecha relación, casi de padre-hijo con el candidato independiente, arribó a Santiago este jueves y ya estaba al tanto de la decisión consensuada con Andrés Pascal Allende, quien desde un principio explicó que no estaba en condiciones de tener dedicación exclusiva al trabajo territorial.
Pascal Allende, hombre de confianza de Marambio que se convirtió en vicerrector y director de Planificación y Desarrollo de la Universidad Arcis cuando el empresario se transformó en «socio estratégico» de la casa de estudios, se integró al comando en mayo pasado, por la misma fecha en que Enríquez presentó su programa económico en el que incluía la propuesta de su asesor Paul Fontaine de privatizar un porcentaje de las empresas públicas, incluida Codelco.
Entonces Pascal se sumó al incipiente comité estratégico liderado por Marambio y por el encargado de estrategia y contenidos, Camilo Feres. Junto a Ximena Duarte, Pascal se dedicó a organizar a la gente que voluntariamente se ofrecía a trabajar en regiones y fue designado encargado territorial, reportando a Cristián Warner, productor que trabajó en Rivas & Rivas, la productora de cine y TV de Enríquez, y al propio Marambio.
Más a la derecha o a la izquierda
El «pacto de accionistas» de la campaña de Enríquez, que originalmente incluía a Rodrigo Danús, socio de Paul Fontaine que ahora se mantiene en un discreto segundo plano de la carrera presidencial del díscolo, ha sido tirante desde el comienzo. Sin embargo, la propuesta de privatizar una porción de Codelco más una serie de declaraciones de Fontaine, mal evaluadas al interior del equipo del candidato, generaron desconfianza entre el ala mirista del comando, representada por Marambio, quien desautorizó a Fontaine en una entrevista radial, debido a una carta que el ingeniero comercial había mandado a El Mercurio preguntando cuántos socios de la CUT ganan el salario mínimo.
Con la llegada de Carlos Ominami esta desconfianza se vio acrecentada en los temas económicos, área que el senador y padre de Enríquez domina. La tensión entre las posiciones que tironean al candidato más a la izquierda o a la derecha, se subsanó hace cerca de un mes en una reunión del comité ejecutivo realizada en la productora Nuevo Espacio, de propiedad del ex mirista Patricio Polanco. En la cita, a la que asistieron Manuel Baquedano, del Partido Ecologista, Andrés Pascal, Álvaro Escobar, Paul Fontaine, Max Marambio, Camilo Feres, Patricio Polanco y el propio Enríquez-Ominami, Marambio y Feres explicaron los lineamientos políticos y de estrategia parlamentaria y se trató el ruido generado por las declaraciones de Fontaine en el tema CUT y el energético, donde el profesional tiene intereses a través del negocio termoeléctrico.
Según testigos, Marambio actuó como «agente pacificador» y habló de «flexibilidad táctica». El empresario y padrino de bodas de Enríquez, aseguran, afirmó que la diversidad de puntos de vista «es parte del activo y el atractivo de la candidatura, dando a entender que las divergencias que puedan surgir las zanja Marco».
El paso al costado de Pascal Allende también se entiende bajo esa lógica de una convivencia a ratos difícil entre posturas contrapuestas. «No es puro amor, pero hay cohesión y pragmatismo ante cualquier tipo de diferencias», dice un personero de la campaña, minimizando las diferencias que pueden aparecer en el camino.
Factor rojinegro
Pese a la estrecha relación de Enríquez-Ominami con Pascal y Marambio, el candidato ha planteado en privado que así como para ciertos grupos de adherentes el vínculo con su asesor económico Paul Fontaine puede generar anticuerpos, la asociación con la veta mirista podría transformarse en un flanco que derive en un tema de campaña. Algo que confirmó cuando leyó las palabras que Marta Lagos dedicó a ese nexo en la encuesta MORI dada a conocer la semana pasada.
En la inusual introducción, Lagos hizo un comentario político de todas las candidaturas. Cuando le tocó a Enríquez, la encuestadora subrayó el supuesto talante rojinegro de la candidatura: «Por una parte Enríquez-Ominami, hijo de mirista, con padre adoptivo ex mirista, forma su entorno de asesores entre ex miristas que pueden haber estado siempre incómodos dentro de algo tan convencional como el Partido Socialista. El auspiciador de la candidatura de Enríquez-Ominami es también un ex mirista, Max Marambio, exitoso y prestigioso empresario».
A la calle
El tema del reemplazo de Pascal Allende en la tarea territorial se abordó el lunes en una reunión horas antes de la inauguración de la sede de comando de Enríquez, un edificio de tres pisos ubicado en Morandé 672, que le facilitó Marambio. En el análisis, afirma un testigo, primaron los desafíos electorales, de relación con la prensa, la estrategia parlamentaria y las relaciones con los nuevos integrantes de la aventura electoral, como los humanistas, los ecologistas y quienes se escinden del PS.
«En esa complejidad necesitamos a una persona dedicada exclusivamente al tema territorial», aseguran en el comando, donde dicen que Pascal «hizo un muy buen levantamiento territorial, limó asperezas con grupos locales y realizó un excelente trabajo».
En el nuevo diseño el candidato a llenar el espacio dejado por Pascal es Edison Ortiz, concejal PS de Rancagua, quien tendrá como misión «mejorar el desempeño en la campaña, que se ha vuelto más beligerante».
