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Los tres grandes quieren más

Gabriel Angulo Cáceres
Por : Gabriel Angulo Cáceres Periodista El Mostrador
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El Canal del Fútbol tiene 640 millones de pesos para repartir por concepto de excedentes entre los 32 clubes del fútbol profesional. Pero los grandes quieren el 50% sólo para ellos y no están dispuestos a ceder. Gabriel Ruiz Tagle, Presidente de Colo Colo dice tener argumentos legales  para revertir la postura a su favor.


«Me parece un error conceptual, porque Colo Colo, la U y la UC, son los que más contribuyen al desarrollo de la industria», contestaba un escéptico Gabriel Ruiz-Tagle cuando en una entrevista, le afirmaban que el resto de los clubes del fútbol profesional creía que los «grandes» velaban por sus propios intereses, y no por los del fútbol chileno en general. «Tenemos los argumentos legales para pedir que se aplique la fórmula de distribución que pedimos», continuaba.

El escenario es el siguiente. El pozo a repartir son 640 millones de pesos que el Canal del Fútbol (CDF) generó como excedente. En febrero del presente año, luego de una reunión en Chillán, los 32 clubes pactaron repartir el dinero igualitariamente, lo que se traduce en 20 millones de pesos para cada uno. Para entonces, los «grandes» ya manifestaban molestia al respecto, las condiciones que exigían era un 50% para ellos y 50% para los otros 29 clubes. Todo lo anterior, bajo el argumento de que la mayoría de los abonados al CDF lo hacen para ver a Universidad Católica, Colo Colo y la Universidad de Chile.

 Pero si los dirigentes siempre profesan el bienestar del fútbol chileno ¿Por qué se oponen a repartir el dinero en partes iguales? Porque hay 86 millones y 600 mil pesos de diferencia entre una postura y la otra, y nadie está dispuesto a ceder del todo.     

Si entre U. Católica, Colo Colo y la U de Chile, se repartieran el 50%, o sea, 320 millones, a cada uno le entrarían por concepto de derechos televisivos 106,6 millones de pesos. Pero de efectuarse tal movimiento, los otros 29 clubes, recibirían 11 millones de pesos, en desmedro de los 20 que se acordaron previamente.

Nadie niega que 106 millones de pesos es una suma muy importante, pero la gran diferencia está, en que los clubes de mayor popularidad, tienen ingresos por cantidades mucho más abultadas y por distintos conceptos entre los que destacan los auspicios, la venta de jugadores, la recaudación del fin de semana, el merchandising de los distintos productos oficiales del club, los socios, etc. También es cierto que los costos son mayores, pero no tienen comparación en lo que a rentabilidad concierne. Con 20 millones se puede pagar gran parte de la planilla mensual de un club menos popular de primera división o la totalidad de uno de Primera B. En los clubes más pequeños, los auspiciadores no pagan cantidades que permitan al club trabajar tranquilo para el resto del año. La venta de jugadores tiene una probabilidad mucho menor de concretarse porque tienen menos vitrina y los precios de venta son abismalmente diferentes. De los otros 29 equipos ¿Cuál lleva más de 5 mil personas si es que el rival no es uno de los «grandes»? Ninguno. Así también, las ventas de productos relacionados con el club son mucho menores y por consiguiente, los socios y sus tarifas también.  

Aquí pasó lo mismo que en el Parlamento. Los dirigentes de los clubes más importantes de nuestro fútbol ante las cámaras y micrófonos, siempre han promulgado el bienestar de la disciplina. Pero cuando les tocó sacrificar unos cuantos millones para repartirlos a todos por igual, empezaron a indagar en la legalidad del proceso y luego, la frase insigne: «Nosotros estamos dispuestos a sentarnos a negociar».

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