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Bachelet y Piñera llegaron a dar último adiós a Renato Poblete

La jefa de Estado destacó que el ex capellán del Hogar de Cristo es un ejemplo a seguir para que el país sigua avanzando en solidaridad, mientras que el mandatario electo recordó que el religioso lo conminó a presidir el país poniendo como prioridad a los más desposeídos.


Este viernes se efectuaron los funerales del sacerdote jesuita y ex capellán del Hogar de Cristo, Renato Poblete, quien falleció el jueves último a los 85 años de edad a causa de un ataque cardiaco fulminante.

Durante todo el día numerosos fieles católicos llegaron hasta la iglesia San Ignacio de Alonso Ovalle para despedir al religioso. También concurrieron importantes autoridades de distintos sectores del quehacer nacional, entre ellas la Presidenta Michelle Bachelet, quien permaneció varios minutos junto al féretro.

«He querido venir en representación de todos los chilenos y chilenas, a presentar mis respetos en memoria del querido padre Renato Poblete. Siempre me pareció que él era un ejemplo vivo de los valores que San Alberto Hurtado había vivido, esta convicción de que los pobres no pueden esperar» dijo la jefa de Estado.

Y destacó que Poblete tuvo durante su vida «la convicción de que la solidaridad tiene que ser un valor central en la sociedad chilena. Esta convicción de que tenemos que seguir avanzando cada día más en justicia, en humanidad, en solidaridad, en igualdad de oportunidades para todos».

Luego de la misa fúnebre oficiada por el cardenal arzobispo de Santiago, Francisco Javier Errázuriz, los restos de Renato Poblete fueron puestos en la camioneta verde del Padre Hurtado, hasta donde fue llevado primero al Santuario del santo católico en General Velásquez y luego hasta el Cementerio del Centro de Espiritualidad Loyola de la comuna Padre Hurtado, ubicado en el camino antiguo a Valparaíso.

Hasta allí llegó esta noche el presidente electo Sebastián Piñera, quien pronunció un discurso en el que destacó la amistad que lo unía al sacerdote y recordó uno de los últimos encuentros que tuvo con él, oportunidad en la que, según relató, “me tomó la mano y me dijo: sé un presidente de unidad, sé un presidente que respete, escuche y dialogue con todos y ten siempre cerca de tu corazón a los más pobres, a los más humildes y a los más desposeídos”.

“¿Desea donar parte de su vuelto?”

Renato Poblete falleció pasadas las 9:00 de la mañana del jueves, cuando participaba en una reunión con sus compañeros de credo  en el mismo lugar al que había llegado 46 años atrás para ingresar como novicio de la Compañía de Jesús y que actualmente funciona como casa de retiro.

Su arribo al Hogar de Cristo se produjo en 1981. En esa época había siete filiales, 162 funcionarios, 85 voluntarios y 350 personas eran asistidos por días. Cuando lo dejó, en el 2000, las filiales eran 22, los funcionarios 2.000, los voluntarios 3.500 y se daba asistencia a 22.000 personas diariamente.

¿Cómo lo consiguió? Poniendo en marcha una completa estrategia de recolección de dinero, como la Cena de Pan y Vino, campañas para sumar socios a la institución de beneficencia y la donación de vueltos en las cajas de supermercados, práctica que imitaron con el tiempo otras instituciones y que  más de alguna vez despertó suspicacias y motivó denuncias de parlamentarios e investigaciones del Servicio de Impuestos Internos.

Entre ricos y pobres

Una de las virtudes que reconocen de Poblete quienes fueron sus cercanos, era su capacidad de acercar a personas en posiciones irreconciliables o que pertenecían a los polos opuestos de la sociedad. Es que el sacerdote no tenía problemas en codearse con gente de los sectores más acomodados del país y también con los más desposeídos.

El abogado Jorge Carey, quien integra el directorio del Hogar de Cristo, recordó las actividades que organizaba el fallecido ex capellán para promover la solidaridad entre los más importantes empresarios.

“Lo que hicimos con el Padre Renato fue llevar a importantes empresarios a enfrentarse con la pobreza más dura, a poblaciones donde las casas eran de tablitas, los asientos eran piedras y en los que la gente que nos acogía tenía para darnos solo una tasa de té”, dijo.

“Lo que logró el Padre Poblete fue demostrar que los que teníamos más podíamos cambiar las cosas, sin odios, sin sentido de culpa. Al contrario, siempre alegre, simpático y sencillo”, agregó, señalando que entre los asistentes a estas reuniones, que se iniciaban en una casa de retiro, participaron personajes de renombre, como Roberto Angelini, Ramón Aboitiz, Fernando Lens, y Pedro Pablo Díaz, entre otros.

Negociador político y con secuestradores

Pero el trabajo de Poblete no se redujo sólo al ámbito de la solidaridad. También desempeñó un papel político cuando a fines de 1984 participó en la comisión que produciría al “Acuerdo Nacional para la Transición a la Plena Democracia”.

El trabajo le fue encargado por el cardenal Juan Francisco Fresno. La comisión la integró Fernando Léniz C., José Savala de la Fuente y Sergio Molina. Al cabo de medio año, habían logrado el consenso de casi la mayoría de los movimientos políticos de la época.

Poblete organizó en la casa jesuita de Calera de Tango una reunión en la que se firmaría el acuerdo. El 22 julio de 1985, en el Salón Verde, se juntaron Patricio Aylwin, Gabriel Valdés, Andrés Allamand, Francisco Bulnes S. –padre del designado ministro de Justicia-, Patricio Phillips, Enrique Silva Cima, Sergio Navarrete, y Luis Maira, entre otros.

Otro ejemplo del diálogo que era capaz de producir el sacerdote fue su participación como intermediario en el secuestro de Cristián Edwards, hijo Agustín Edwards Eastman.

Según una investigación de Ciper, Poblete hizo de nexo directo entre los secuestradores y el comité que organizó Edwards padre para enfrentar la situación.

La labor, que partió a fines de septiembre de 1991, culminó el 31 de enero de 1992 cuando el sacerdote entregó el millón de dólares que se pagó por el rescate. Cuentan que cuando Poblete entregó el dinero a un integrante del FPMR, le dijo en tono de humor: “Bueno, ahora que tienen el millón, ¡dejen algo de platita para el Hogar de Cristo!”.

Un octogenario en plena actividad

Renato Poblete había hecho noticia hace tan sólo cinco meses, cuando la Presidenta Michelle Bachelet le entregó el 4 de septiembre pasado el Premio Bicentenario 2009, galardón que hasta este año se le entregará a una personalidad destacada en el servicio público, cuya trayectoria haya significado un aporte para el país.

Su nombre formará parte de un decálogo “de hombres y mujeres notables”, que culminará con la conmemoración del Bicentenario y que está integrado también  por el empresario Eugenio Heiremanns (2000), el ex Senador Gabriel Valdés (2001), el antipoeta Nicanor Parra (2002), el sacerdote Gabriel Guarda OSB (2003), el musicólogo Luís Merino (2004), el doctor Fernando Monckeberg (2005), el historiador Mateo Martinic (2006), la experta en educación Patricia Matte (2007), y el arquitecto Fernando Castillo Velasco (2008).

Y el Presidente electo, Sebastián Piñera, dijo tras conocer su deceso que tenía considerado nombrarlo como el capellán de La Moneda una vez que asuma el mando el próximo 11 de marzo.

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