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Solari enjuicia la falta de vocación de cooperación de las nuevas generaciones

A pesar de ser partidario del cambio de dirigentes por rostros nuevos, el capítulo vivido entre el matrimonio formado por políticos del PS y del PPD, catalogado por algunos como el “escándalo de la semana”, haciendo un parangón con un programa de farándula en la televisión, dejó de manifiesto que la renovación debió haberse efectuado de un modo distinto.


El ex vicepresidente del PS, Ricardo Solari, señala que el episodio entre Fulvio Rossi y Carolina Tohá demuestra que los recambios generacionales dentro de los partidos presentan personalismos fuertes y que entre las falencias que poseen está el de no valorar la cooperación en los proyectos colectivos y supeditar las voluntades personales a esos procesos.

En entrevista en el diario El Mercurio, el dirigente socialista sostiene que la teleserie protagonizada por el senador PS y por su esposa requiere una evaluación pausada. “Tengo la sensación de que no está cerrado el capítulo, y habrá que ver qué nos deparan los siguientes sucesos. En todo caso, es evidente que desde el punto de vista de la renovación de dirigentes, esto debía haber ocurrido de un modo distinto».

Asimismo, admite haber apoyado el proceso para renovar las generaciones partidistas, porque “creo imprescindible hacer tres movimientos: avanzar a mecanismos más abiertos de designación de dirigentes, abrir un debate sobre nuestro rol opositor, y renovar a nuestros líderes. Pero estos requisitos requerían una vocación colectiva y una firme decisión de cooperación entre las figuras que emergían. Desafortunadamente, esto ha estado ausente, y es un déficit del proceso».

Sin embargo, admite que el episodio Rossi-Toha evidenció falencias de las nuevas generaciones como es «valorar la cooperación en los proyectos colectivos y supeditar las voluntades personales a esos procesos. Éstas son transiciones complejas, y se tiene que generar empatía, y lo que hemos visto complica una situación que por definición es compleja, más aún para una fuerza que ahora es oposición».

«No soy un desencantado, pero esa generación tiene que entender que la vocación de cooperación y de supeditar sus esfuerzos individuales es la única condición de éxito», sostiene.

Solari admite que esta generación presenta dos virtudes que son la legitimidad democrática, porque muchos son alcaldes o parlamentarios, y porque tienen una importante formación académica.

“Pero han vivido condiciones distintas de otras generaciones, y la cooperación no resulta tan obvia como para aquellos que tuvieron que formarse en un período muy difícil. Por algunos incidentes uno no se puede cambiar de caballo, pero sí tiene que hacer notar juicios cuando observa que un proceso que pudo haber sido tan exitoso aparece tan empañado», precisa.

Además, enjuicia que les falta mucha deliberación y vocación de cooperación, ya que “en mis tiempos, las lealtades eran cuestión de supervivencia. Tienen que entender que aquí no hay ninguna posibilidad de personalizar la solución de problemas colectivos. Chile no es un país en el que los proyectos políticos emerjan a partir de figuras singulares, caudillos o líderes mesiánicos. Aquí, la opción colectiva es por definición la clave».

Respecto a las críticas hechas por Rossi al momento de bajarse de su postulación a la presidencia del PS y de las acusaciones contra dirigentes del PPD de estar haciendo una operación en su contra, el ex vicepresidente del socialismo sostiene que fue evidente que hubo comentarios de varios militantes de otras colectividades sobre un proceso interno del PS, y “se ha ido lejos en materia de intervención en asuntos que son de otro partido».

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