El titular de Transportes y Telecomunicaciones desestimó las versiones que aseguraban que había solicitado sacarlo del Legislativo. Lo que sí afirmó es que se requiere más tiempo para “precisar mejor qué es lo que vamos a hacer» con la iniciativa que se encuentra estancada en la comisión del ramo en la Cámara de Diputados. En la oposición ya se levantan voces que se oponen a posibles cambios, ya que -aseguran- todo lo avanzado en la administración anterior se logró con el consenso de la Concertación y la derecha.
El ministro de Transportes y Telecomunicaciones, Felipe Morandé, debió este martes aclarar sus propias declaraciones en las que dejó en suspenso el futuro del proyecto de ley de televisión digital que se tramita en el Congreso Nacional y que permanece prácticamente estancado en la comisión del ramo de la Cámara.
El secretario de Estado, según una nota publicada en la página web de la Corporación, pidió al presidente de la instancia legislativa “más tiempo” para “precisar mejor qué es lo que vamos a hacer con ese proyecto, pero por ahora sólo señalar que estamos preocupados del tema”.
Sus dichos no pasaron inadvertidos en la oposición. De hecho el diputado del PPD Ramón Farías que hacerle cambios a la iniciativa constituiría una “falta de respeto al parlamento”, considerando que su elaboración ha demandado el trabajo de representantes de todos los sectores.
“Lo que tiene que tener conciencia este gobierno y este ministro en particular es que este tema fue discutido en la comisión, donde había gente de derecha y de la Concertación, y que discutimos arduamente el proyecto. Tuvimos enfrentamientos de ideas y fuimos tomando posiciones de consenso hasta que logramos acuerdos y fuimos votando. Entonces a mí me parecería un despropósito, un bofetón contra el propio Parlamento, si es que quieren cambiar todo”, señaló el legislador.
Este martes, sin embargo, Morandé explicó que en ningún caso el gobierno pretende introducir cambios al proyecto ni menos retirarlo de su tramitación.
“No se ha retirado el proyecto, sigue su curso en el Parlamento”, sostuvo durante la presente jornada en una reunión de la comisión de Transportes del Senado, donde el tema central fue el finanaciamiento del Transantiago, agregando que “lo vamos a ver, pero hasta ahora o hemos hecho ninguna modificación”.
Chile rezagado
De acuerdo a la nota que fue publicada en el portal de la Cámara y que Morandé debió precisar, el secretario de Estado no ocultó su preocupación por el problema económico que acarrea la adopción del nuevo modelo de televisión.
Indicó que la digitalización de la televisión, al menos en el corto plazo, no aumentará los ingresos publicitarios de la industria (hoy de aproximadamente US$ 450 millones anuales). En dicha perspectiva, planteó que no existe la capacidad financiera para asumir la inversión (más de US$ 300 millones) a menos que accedan a una mayor flexibilidad de modelo de negocios.
Pese a lo anterior y al retraso que implicaría una modificación al texto acordado en la Comisión de Ciencia y Tecnología, instancia que estudió la materia por poco más de un año, el secretario de Estado dijo que es preciso contar pronto con esta ley.
“Hay un decreto supremo que establece que los que son hoy día proveedores de servicios de televisión abierta tienen un permiso transitorio para implementar señales experimentales de TV digital y ese permiso expira el 8 de octubre. Después de eso, las emisiones experimentales no pueden tener contenido comercial, por tanto, hay un sentido de urgencia para resolver el problema de cómo sigue la TV digital después del 8 de octubre”, detalló.
A lo anterior se suma, según recalcó el ministro, que Chile se encuentra rezagado en la introducción de esta tecnología, no sólo respecto de los países más desarrollados sino también en comparación con nuestros vecinos: Brasil la incorporó en 2007, Colombia en 2009, Perú en 2010 y Argentina en 2010.
Finalmente, Felipe Morandé aseguró que no será modificada la decisión de la anterior administración de acoger en Chile la norma japonesa, aunque recalcó que hoy en día las diferencias entre las distintas tecnologías son mínimas y que claramente tienden a converger.
