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Accidente en edificio de Las Condes se produjo por la proliferación de subterfugios urbanísticos.

Patricio Herman sostiene que el Minvu ha establecido en las normas urbanísticas de alcance nacional, que los metros cuadrados construidos bajo tierra no se consideran para el cálculo del coeficiente de constructibilidad de cada proyecto.


La Fundación Defendamos la Ciudad denunció que el accidente que se produjo el pasado viernes en donde dos peatones resultaron con graves lesiones luego que cediera una feble baranda, era evitable.

De acuerdo a lo planteado por el organismo de defensa ciudadano, el hecho se produjo en el sector que separa el edificio Territoria  3.000 de la vereda correspondiente a la calle Augusto Leguía Norte en la comuna de Las Condes, donde los ciudadanos cayeron al vacío hacia un socavón de ocho metros de profundidad, “producto del desnivel subterráneo excavado para esa torre de 32 pisos por la Inmobiliaria Territoria, en la cual se ubica  el lujoso hotel W”.

El alcalde de Las Condes presentará este lunes una querella contra quienes resulten responsables, teniéndose en cuenta que los dos heridos continúan graves en la Clínica Alemana.

Patricio Herman señaló que “en el último tiempo se han estado autorizando proyectos en altura que contemplan diversos usos, como los gastronómicos al aire libre, en las superficies bajo tierra situadas entre las líneas oficiales y las líneas de edificación de cada terreno. Las líneas oficiales se sitúan en el deslinde entre el predio y los bienes nacionales de uso público (aceras o veredas, las que, con la calzada, conforman la calle)”.

Y agrega que “por su parte, las líneas de edificación son las que definen la distancia a la cual se debe construir desde las líneas oficiales hacia el interior del terreno. En resumen, la porción del predio entre ambas líneas se llama antejardín, el cual no es edificable, pero para sacarle mayor provecho al terreno disponible, algunos proyectos comerciales, con el propósito de que dispongan de luz solar las oficinas construidas bajo el nivel natural del terreno, excavan el mismo al interior del perímetro fijado por la línea oficial”.

Según Herman, esta práctica se está masificando debido a que el Minvu ha establecido en las normas urbanísticas de alcance nacional, que los metros cuadrados construidos bajo tierra no se consideran para el cálculo del coeficiente de constructibilidad de cada proyecto.

Precisa que si el edificio Territoria 3.000 no hubiera utilizado esta “artificiosa fórmula que permite ganar mayores superficies útiles, los peatones, al apoyarse en la débil y baja baranda situada sobre la línea oficial no se habrían caído al vacío. Por razones obvias, el accidente hubiera sido imposible si la separación entre el terreno privado y el espacio público hubiesen estado al mismo nivel. En consecuencia, el accidente es el resultado directo de los cambios que han existido en las políticas de vivienda y urbanismo para favorecer sólo al sector inmobiliario”.

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