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El Gobierno mantiene en vilo el destino del diario La Nación

Claudia Rivas Arenas
Por : Claudia Rivas Arenas Periodista de El Mostrador @crivasa
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El titular del Interior intervino en la sesión especial de la Cámara de Diputados para analizar la situación del matutino, donde los legisladores de la Concertación ahora sí estaban dispuestos a convertir el medio en un diario pluralista. Los parlamentarios de derecha en cambio hicieron hincapié en las pérdidas que el tabloide genera al Estado, cifras en rojo que también fueron resaltadas por la ministra vocera, Ena von Baer, en una presentación que preparó en Power Point.


Con el rechazo de los dos proyectos de acuerdo presentados por la Concertación para garantizar autonomía, pluralismo y objetividad al diario La Nación, de manera de asegurar su continuidad, concluyó este miércoles la sesión especial solicitada para analizar la eventual enajenación de este medio escrito.

Durante dos horas y con la presencia en la sala de los ministros del Interior y de la Secretaría General de Gobierno, Rodrigo Hinzpeter y Ena Von Baer, respectivamente, los diputados expresaron la opinión de la Concertación y la Alianza sobre el tema a través de las distintas intervenciones.

La sesión, en la que destacaron los argumentos políticos y económicos, estos últimos esgrimidos particularmente por los legisladores oficialistas, fue seguida atentamente por un numeroso grupo de trabajadores del matutino desde los estrados, quienes aplaudieron entusiastas la mayoría de las intervenciones de la oposición y se mostraron en desacuerdo con gran parte de los discursos de los diputados de la Coalición por el Cambio.

La instancia legislativa se inició con una presentación en power point de la vocera de La Moneda, quien hizo una especie de reseña histórica del diario y también arrojó cifras respecto de las pérdidas que el mismo genera.

En lo concreto, los representantes de la Concertación pusieron el énfasis en la necesidad de dar a La Nación una estructura similar a la de Televisión Nacional, con el fin de asegurar que el cuestionado medio subsista en manos del Estado y no responda a intereses de los gobiernos de turno. Y se negaron a su cierre, esgrimiendo principalmente el gran número de trabajadores que quedaría cesante.

En cambio, y en la misma línea de las cifras entregadas por la vocera del Ejecutivo, la derecha puso el acento en las enormes pérdidas que anualmente le genera al Estado el diario, mencionando una suma de alrededor de 3.000 millones de pesos anual. Una de las alocuciones más duras del oficialismo corrió por parte del diputado Patricio Melero, quien se dio el tiempo para recordar la a su juicio utilización política que los gobiernos de la Concertación hicieron del diario, trayendo a colación episodios como el caso Spiniak y la acusación constitucional a la ex ministra de Educación Yasna Provoste.

Por su parte, el diputado socialista Marcelo Díaz manifestó que si la Concertación tenía que hacer un mea culpa respecto a la forma como funcionó La Nación, él estaba dispuesto a hacerlo. Pero en la misma línea de los demás legisladores del sector, expresó también la necesidad de que exista un medio como este para asegurar la libre expresión y pluralidad.

La «reflexión» del gobierno

Al finalizar la sesión el ministro Hinzpeter explicó que la decisión acerca de enajenar o no el diario “está en curso de reflexión” y que de buena voluntad el gobierno ha querido analizar las posibilidades de este medio, análisis que no termina, dijo, con esta sesión especial.

En el mismo sentido añadió que cualquier decisión que se tome se hará respetando “todos los derechos involucrados”, manifestando que el gobierno está consciente de los efectos que podría generar el cierre del tabloide para sus trabajadores.

La nota anecdótica la puso el diputado de la UDI Giovanni Calderón, quien durante su intervención preguntó “¿es razonable que La Nación se mantenga a costa de todos los chilenos?” recibiendo un sonoro “sí” desde las graderías donde se encontraban los trabajadores del diario siguiendo la sesión. Segundos más tarde, preguntó nuevamente “¿se justifica que nuestro Estado mantenga un órgano oficial?” tras lo cual el sí espontáneo que surgió fue mucho más sonoro y prolongado, lo que le sacó al menos una sonrisa a los parlamentarios de la Concertación.

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