Según el legislador opositor, los fondos traspasados a organizaciones no gubernamentales durante el último gobierno de la Concertación no constituye un caso de entrega irregular de financiamiento.
El diputado Jorge Tarud (PPD) acusó este domingo una campaña de desprestigio público, por parte del oficialismo, a la figura de la ex Presidenta Michelle Bachelet, luego de conocerse antecedentes referidos al destino de fondos públicos a ONG’s durante la última administración de la Concertación.
«Estamos frente a una campaña orquestada por parte de la derecha, incluyendo a sus ‘think tank’, como el Instituto Libertad y Desarrollo en donde están empeñados en intentar destruir la imagen de Michelle Bachelet», afirmó el legislador.
Según Tarud los fondos traspasados a organizaciones no gubernamentales durante el último gobierno de la Concertación no constituye un caso de entrega irregular de financiamiento.
«Aquí no hay nada de irregular, son absolutamente legítimos, están conforme a la ley y son transparentes», declaró el legislador.
El parlamentario afirmó que esta «maquinaria comunicacional» se debe a que existe un temor en el oficialismo al no tener una figura presidencial de peso para enfrentar la popularidad de la otrora jefa de Estado, que cuenta con un 68% de aprobación según la última encuesta CERC.
El diario El Mercurio publicó este domingo que entre 2000 y el 10 de marzo de 2010, las subvenciones presidenciales a entidades privadas se empinaron a casi $37.300 millones, de los cuales Bachelet repartió en 4 años el 60% y Lagos, en 6 años, el 40%.
Este desembolso, que no tiene restricciones en cuanto al monto que se reparte a ONG sin fines de lucro, fue mucho más generoso en el segundo gobierno socialista de la Concertación. Incluso asignó entre enero y el 11 de marzo pasado más de lo que dio anualmente Lagos en 5 de sus 6 años de gestión. Para alcanzar esa magnitud ($3.107 millones en dos meses y 10 días), en febrero la ex Presidenta pidió a Hacienda que le suplementara con otros $2.350 millones los $2.593 millones que le asignó para todo 2010 la Ley de Presupuestos.
De ese total final, antes del cambio de gobierno se gastó el 62%. En enero, dos organizaciones recibieron más de mil millones cada una: Un Techo para Mi País, la filial internacional de Un Techo para Chile ($1.300 millones) y el Teatro a Mil (1.000 millones).
Después del terremoto, Bachelet continuó asignando subvenciones en marzo, ninguna vinculada a la catástrofe, sino que premió a organizaciones como Fasic ($146 millones) y a la fundación Pablo Neruda ($120 millones). Cien millones a cada uno les dio a Infocap (también vinculada a los jesuitas) y a la Fundación Facultad de Derecho de la U. de Chile, que tiene un instituto de derechos humanos.
