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Disidente canjeado por Corvalán dice éste siempre fue fiel a ideas comunistas

«Corvalán siempre fue un estalinista convencido, un ‘tovarisch’ fiel a sus ideas, y así se murió. Hasta el fin de sus días escribió artículos en la prensa de su partido en los que afirmaba que el futuro pertenece al comunismo», puntualizó Bukovsky


El fallecido histórico dirigente comunista Luis Corvalán permaneció fiel a sus ideas hasta el fin de sus días, afirmó hoy el ex disidente soviético y escritor Vladímir Bukovsky, canjeado en 1976 por el político chileno.

Bukovsky, de 67 años y residente en Londres, explicó al diario ruso «Kommersant» que nunca conoció personalmente a Corvalán, pero que siguió atentamente su vida desde lejos, inclusive en los últimos años, cuando éste vivía apartado de la política.

«Corvalán siempre fue un estalinista convencido, un ‘tovarisch’ fiel a sus ideas, y así se murió. Hasta el fin de sus días escribió artículos en la prensa de su partido en los que afirmaba que el futuro pertenece al comunismo», puntualizó Bukovsky

El nombre de Corvalán, casi olvidado en la Rusia de hoy, aunque en la URSS fue símbolo del «movimiento comunista internacional», volvió a sonar el mes pasado a raíz de un canje de espías entre Rusia y EEUU, por primera vez desde la Guerra Fría.

La prensa recordó así otro sonado canje entre Moscú y Washington, cuando en 1976 Corvalán, preso de la dictadura de Augusto Pinochet, fue intercambiado en Zúrich por Bukovsky, escritor que pasó doce años en prisión y clínicas psiquiátricas soviéticas.

Bukovsky consideró «superficial» esta comparación, al señalar que en aquellos tiempos de antagonismo ideológico Corvalán y él eran, de hecho, «prisioneros de guerra», mientras que el último canje fue fruto de la actual mejora de las relaciones entre Rusia y EEUU.

«Kommersant» recordó que Corvalán, durante su exilio en la URSS, expresó reiteradamente su deseo de volver como fuera a Chile y en 1983 obtuvo el visto bueno del Politburó comunista soviético para regresar de forma ilegal a su patria.

Según el diario, el líder comunista chileno fue sometido a tres operaciones plásticas para cambiar su apariencia física, tras lo cual viajó con pasaporte falso a nombre de un profesor colombiano de Hungría a Argentina, y de allí entró ilegalmente en Chile.

En su patria, Corvalán vivió en la clandestinidad durante seis años, hasta la caída del régimen de Pinochet, aunque en 1985 volvió a hacer un viaje secreto a Moscú para someterse a tratamiento.

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