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Chile/mineros: un «plan B» para el rescate

Entre las posibilidades que está estudiando la autoridad es la ensanchar el orificio que ya se hizo con las máquinas de sondaje el jueves pasado, el cual es actualmente la tercera vía de conexión con el refugio en donde se encuentran los trabajadores. Este hoyo será ampliado al doble de su diámetro actual, hasta los 30 centímetros. En una segunda instancia podría aumentarse a 70, si se decide realizar el salvataje por esa vía.


Los técnicos encargados del rescate de los 33 mineros chilenos están evaluando un «plan B», que podría acortar los plazos del operativo y traer a los hombres de regreso a la superficie antes de lo previsto.

Para ello, estudian ensanchar el último ducto excavado por las máquinas de sondaje, que se completó el jueves pasado y hoy es la tercera vía de conexión con el refugio subterráneo.

«Podemos ensanchar el orificio que ya está hecho con una máquina de mayor diámetro y última generación», declaró Walter Herrera, gerente de calidad de Geotec, empresa que participa en la labor de emergencia en la mina San José.

El plazo es estimativo, pero según el experto podría ser de dos meses. La propuesta está siendo evaluada por las autoridades, aunque el ministro de Minería, Laurence Golborne, prefirió mostrarse cauto.

«Obviamente estamos mirando otras opciones… Si es posible acelerarlo, bienvenido sea. Pero vamos a ir mirando paso a paso, día a día», declaró el funcionario.

Ensanche progresivo

Esta tercera entrada se planeó originalmente para enviar un flujo de oxigenación seco y fresco con el que mejorar las condiciones del refugio, que tiene temperaturas elevadas y mucha humedad, lo que permitirá además minimizar del desarrollo de enfermedades respiratorias y cutáneas.

«Dijimos inicialmente que ese pozo nos podría ayudar con ventilación, pero podría ser una medida alternativa de rescate. Es parte del plan B, aunque también buscaremos plan C y plan D. Estamos evaluando», informó el ingeniero André Sougarret, a cargo de la misión, bautizada Operación San Lorenzo por el santo patrono de los mineros.

El tercer hueco será en principio ensanchado al doble de su diámetro actual, hasta los 30 centímetros. En una segunda instancia podría aumentarse a 70, si se decide realizar el salvataje por esa vía.

«El ensanche va a permitir dos cosas: primero, poder llevar productos o bienes de mayor tamaño, pero también nos dará una experiencia de escariado que nos podrá dar información para eventuales posibilidades de un rescate, si eso funcionara bien», agregó Golborne ante BBC Mundo.

De todos modos, la máquina necesaria para la ampliación tardará de tres a cinco días en llegar desde la mina Inés de Collahuasi, que está en el altiplano del extremo norte de Chile, cerca de Iquique. Se usa regularmente para perforar pozos de agua y tiene la capacidad de horadar hasta los 700 metros, la profundidad a la que se encuentra la guarida de los obreros tras el derrumbe del 5 de agosto.

En tanto, continúa a toda marcha el ensamblaje de la perforadora de alta tecnología, que comenzará a excavar «desde cero» en la madrugada del lunes, para abrir la vía de salida a 90 grados, justo sobre el refugio minero. Por allí se espera traer a los hombres hacia la superficie, en el término de tres a cuatro meses.

Según pudo saber BBC Mundo, la intención es mantener los dos procesos en simultáneo, para tener respaldo ante cualquier imprevisto. Una de las cuestiones que más preocupa a los especialistas es una posible «inestabilidad del cerro en la zona alta, donde se hará el pozo mayor, porque no sabemos qué nos podemos encontrar».

Topo gigante

La perforación del hoyo mayor está a cargo de una máquina de alta tecnología, la Raise Borer Strata 950, que fue trasladada por partes hasta el socavón, 830 kilómetros al norte de Santiago.

El viernes, la última pieza del «topo» gigante hizo su entrada triunfal por el campamento Esperanza, en un recibimiento con aplausos de los familiares apostados aquí desde hace más de tres semanas.

Con algunos inconvenientes, incluido un atasco en los caminos arenosos de Atacama, fue llevada montaña arriba por dos topadoras, bajo la custodia de policías en moto y a caballo.

La Strata, de 30 toneladas de peso, se montó sobre una losa de cemento especialmente construida, fijada con pernos de más de dos metros. Sobre la plataforma también se colocarán los motores.

«La máquina no es autónoma como otras, necesita de provisión de energía y es bastante compleja, para lo que son este tipo de equipos», dijo a BBC Mundo Emilio Durán, uno de los electromecánicos que realiza las labores en la cima del cerro.

El topo mecánico cavará un pozo de 66 centímetros de diámetro, por el que deberían salir los mineros, uno a uno y acurrucados en canastas.

«No se hace más ancho porque, cuanto más ancho, más se demora. Es lo mínimo para que puedan salir», señala Durán.

Antes, la máquina hará un primer agujero «piloto» más estrecho, de unos 38 centímetros, que probará que es posible llegar hasta el fondo del yacimiento, tal como indican los relevamientos topográficos.

Por el conducto estrecho se enviará la cabeza de perforación del equipo, para que los obreros trabajen en su propia salvación: ellos armarán la pieza para que el taladro opere de abajo hacia arriba.

La misión tomará su tiempo, ya que la máquina tiene capacidad de avanzar entre 10 y 15 metros diarios.

Vías de comunicación

Entre las tres sondas que ya están operativas se divide el envío de suministros básicos. Una para oxígeno, las otras dos para alimentos, medicinas, objetos de aseo, elementos para realizar pruebas médicas y mudas de ropa limpia, entre otros bienes muy esperados por los mineros encerrados.

Y el agua sigue siendo prioridad. Según dijo este sábado el ministro de Salud, Jaime Mañalich, los mineros superaron el consumo de 5 litros diarios que las autoridades habían fijado como meta.

Mientras tanto, la línea de comunicación punto a punto, que se había establecido al principio, permanece interrumpida, para darle prioridad al despacho de líquidos. Sólo se conecta dos horas por la tarde para charlar con los mineros y realizar evaluaciones médicas y psicológicas o darle instrucciones técnicas.

«Ellos han sido informados de los plazos del rescate, saben que se tardará al menos dos meses y, cuando se lo dijimos, era lo que ellos habían estimado», detalló Mañalich.

Según el ministro, también han disminuido los signos de depresión entre los cinco hombres en observación, lo que le permitió –según dijo- «darlos de alta».

El viernes, todos ellos fueron entrevistados por el equipo de psicólogos, y los cinco que no habían querido aparecer en el primer video enviado a las familias lo hicieron en un segundo, que ya llegó a la superficie.

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