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Las mil dudas sobre el Royalty

Claudia Rivas Arenas
Por : Claudia Rivas Arenas Periodista de El Mostrador @crivasa
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Como una película repetida, ayer martes ministros y parlamentarios renovaban los esfuerzos para conseguir aunar criterios o, derechamente, los votos para aprobar la propuesta gubernamental. Ni unos ni otros se fueron con la pega hecha. Y pese a que el Presidente Sebastián Piñera rubricó el martes en la mañana la iniciativa, ésta no llegó al Congreso. Algunos dicen que ingresará hoy miércoles, otros evitan ser tan categóricos al respecto.


“El mejor momento para enviar el proyecto de royalty es ahora, porque la Concertación está dividida y no logra llegar a una propuesta común”, es el análisis que hacían en el gobierno el viernes recién pasado, cuando las señales que recibían desde la oposición apuntaban, justamente, a que la tardanza del sector se debía a que, pese a los esfuerzos desplegados por los timoneles, sigue habiendo parlamentarios que se niegan a respaldar cualquier iniciativa que contenga la tan mal vista invariabilidad tributaria. Pero, para sorpresa del oficialismo, luego que el Presidente Sebastián Piñera rubricara el proyecto, éste no ingresó a tramitación debido a que tanto en la propia derecha como entre los independientes existen reparos.

Aunque hasta ahora del contenido de la iniciativa sólo se conoce lo que ha trascendido del discurso del mandatario y lo planteado por los ministros de Hacienda, Felipe Larraín, y del secretarío general de la Presidencia, Cristián Larroulet, el aspecto que generó mayor controversia en el oficialismo, independientes y PRI, son los recursos destinados a las regiones. Si bien en la iniciativa gubernamental se aumentó el monto de 25 a 30 por ciento, en el articulado no se especifica la fórmula a través de la cual este porcentaje será distribuido. Paralelamente, los parlamentarios que representan zonas mineras, también manifestaron sus aprensiones. Éstas dicen relación con el hecho de que estiman que sus regiones deberían acceder a una tajada mayor de la torta distributiva, por cuanto son las que más pierden cuando baja el precio del cobre.

Así lo expresó derechamente la senadora Evelyn Matthei. Desde su punto de vista es necesario concordar ese punto, porque las regiones mineras son las más perjudicadas cuando la recaudación por el precio del cobre disminuye. En esas zonas, dijo, se produce desempleo, quiebra el comercio y se genera mayor pobreza. Por lo que adelantó que se comunicaría con el ministro Larraín para hacerle ver que es necesario mejorar este aspecto de la iniciativa.

Tambalea la mayoría

Si bien este es un tema que complica a la Alianza, sus representantes han intentado no hacer ruido públicamente. La idea es solucionar este “detalle” con la mayor discreción, dado que al frente, en la Concertación, no dan luces aún de llegar a un acuerdo. Los cálculos en el gobierno son que la oposición votaría el proyecto dividida, lo que todavía permitiría al Ejecutivo amarrar una, aunque débil, mayoría. Por lo pronto, uno de los parlamentarios que quedaría en una incómoda situación, si es que la iniciativa gubernamental no recogiera finalmente la postura quienes representan a las regiones mineras, es Carlos Cantero. Al punto, que en la tarde de ayer se suspendió una conferencia de prensa en la que el legislador, junto a otros de sus pares, respaldaría la iniciativa suscrita por Piñera. En la Cámara Alta se especulaba que no se realizó porque Cantero estaba inquieto debido a que zonas, como la que él representa –Antofagasta- no tienen un trato especial en el proyecto original que enviaría La Moneda al Congreso.

[cita] El principal temor que reina en el sector es que la Democracia Cristiana termine cediendo a las presiones del gobierno y a la aprensión respecto de que la opinión pública no entienda que la oposición sea la que se cierre a la aprobación de un alza de impuestos.[/cita]

Por lo mismo, se especula que el ingreso de la tan esperada iniciativa, que se anunciaba para  ayer en la tarde a la Cámara Baja con suma urgencia, se habría postergado para hoy con el fin de hacer los “retoques” que aseguraran al gobierno los votos para su aprobación. Entre otras cosas, porque en el almuerzo que sostuvo ayer mismo el titular de Hacienda con los diputados independientes y PRI, éstos le rayaron inmediatamente la cancha. Los legisladores le aseguraron que no le darán su respaldo a la iniciativa si no se especifica en un artículo del proyecto que el 30 por ciento de los recursos va a las regiones y a través de qué fórmula. De hecho, se planteaba la creación de un Fondo Regional de Desarrollo Minero.

Desde la Concertación tampoco parece haber mejor ánimo para enfrentar el proyecto. Mientras insisten en que aún no han visto la iniciativa y sólo conocen parte de su contenido por trascendidos, afirman que mayoritariamente no hay disposición a aprobarlo. Tal como lo plantea el senador Ricardo Lagos Weber, “lo concreto es que si los antecedentes que tenemos son ciertos, este proyecto básicamente es el mismo que se presentó y se rechazó hace poco tiempo atrás. En consecuencia, creo que va a seguir la misma suerte, porque este proyecto sigue dándole a las grandes mineras en Chile una protección tributaria que nosotros no aceptamos”. Y con más o menos diferencias, su postura es compartida por un número significativo de senadores y diputados de oposición.

Para rematar el complicado escenario que se dibuja, con una iniciativa en la que hasta el lunes el gobierno estaba convencido de que tenía todo para ganar, ayer comenzó a circular el extracto de una entrevista que el entonces candidato presidencial Sebastián Piñera dio a ATV, televisión de Antofagasta. En ella, el mandatario hace una férrea defensa de entregar los recursos del royalty a las zonas mineras.

“Esta es una región que ha aportado mucho a Chile y no de ahora, sino desde hace mucho tiempo y, sin embargo, no ha recibido lo que en justicia le corresponde, ese fue todo el sentido del Royalty. (…) Que parte de la riqueza minera que se genera aquí en Antofagasta quede aquí en Antofagasta para crear las riquezas del futuro, que nunca más nos vuelva a ocurrir lo que nos pasó con el Salitre. El proyecto Fondenor es un proyecto que yo he conversado hace meses con el senador Cantero y es parte de nuestro programa de gobierno. (…) Yo le quiero decir a la gente de regiones, yo voy a ser el Presidente de regiones, voy a terminar con este absurdo de concentrarlo todo en Santiago y dejar a las regiones como si fueran el patio trasero. Dentro de ese proyecto de fortalecer a las regiones  está el Fondo de Desarrollo del Norte”, sentenció el actual jefe de Estado.

La Concertación en ascuas

La Concertación no está mucho mejor parada para enfrentar al gobierno. Hasta el cierre de esta edición no lograban llegar a un acuerdo para sellar una propuesta que se contraponga a la del Ejecutivo. El discurso oficial es que el sector está ordenado, pero no hace falta recorrer mucho para darse cuenta que no están todo lo unidos que se requiere para votar la iniciativa gubernamental. Lo que para muchos está claro es que la iniciativa que ingresaría hoy, no es más que un arreglo cosmético de la que se intentó aprobar durante la tramitación del proyecto de reconstrucción.

Ayer martes se sucedieron múltiples reuniones en que se intentó confluir en una propuesta única, lo que no fructificó. Un elemento central es la invariabilidad tributaria, que implica mantener el sistema impositivo inalterable, por un plazo determinado. Mientras unos están dispuestos a asumir que ésta se mantenga por un tiempo, por un fin mayor que apunta a amarrar un royalty real a partir de la fecha en que termina de regir el actual, o sea del 2017. Y así asegurarle al país, dicen quienes están por esta postura, una mayor tributación futura. Otros se niegan a aprobar ninguna propuesta que lo incluya. Si bien en todos los partidos aseguran que sus parlamentarios están cuadrados con la posición de la colectividad correspondiente, lo cierto es que quienes están en esta posición más radical atraviesan el espectro concertacionista.

Dado este escenario, el principal temor que reina en el sector es que la Democracia Cristiana termine cediendo a las presiones del gobierno y a la aprensión respecto de que la opinión pública no entienda que la oposición sea la que se cierre a la aprobación de un alza de impuestos. Por lo que no son pocos los que observan con recelo cada movimiento de los falangistas y les atribuyen el que aún no se haya logrado un acuerdo al interior de la oposición. Los más pesimistas especulan que la derecha podría alcanzar a reunir los votos para aprobar el proyecto, aún pese al anunciado rechazo del senador del MAS, Alejandro Navarro.

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