Publicidad

Familiares de mineros atrapados: «Es el mes del Bicentenario pero el país está triste»

Claudia, hermana de Víctor Segovia Rojas, 48 años, uno de los trabajadores que está bajo tierra, un experto perforador, es coincidente con otras personas en que «no hay ánimo para fiestas».


«Es el mes del Bicentenario, el mes en que celebramos las fiestas patrias, pero el país está triste, el destino nos ha golpeado fuerte», dijo este viernes uno de los familiares de los 33 mineros atrapados en el yacimiento San José, a 700 metros de profundidad.

Claudia, hermana de Víctor Segovia Rojas, 48 años, uno de los trabajadores que está bajo tierra, un experto perforador, es coincidente con otras personas en que «no hay ánimo para fiestas».

«Por primera vez en muchos años, en Copiapó ha llovido como nunca, en una zona donde no es habitual», señaló la mujer que ha estado en la zona del yacimiento siniestrado, prácticamente desde el primer día que sucedió el accidente, el pasado 5 de agosto.

«Hoy incluso nevó fuerte arriba en la cordillera, mandaron a decir los mineros que trabajan más arriba», señaló Pedro una persona que acerca palos a una fogata que tiende a apagarse por la fuerte llovizna que cae en los alrededores de la veta.

Durante la jornada del jueves y hasta las primeras horas del viernes ha llovido con fuerza en la ciudad de Copiapó, lo que despertó la curiosidad de los periodistas que siguen llegando a la zona, para ver de cerca las labores de rescate.

Jaime Aguilar, que acompañó al yacimiento San José y es un gran conocedor de la zona, hijo de mujer atacameña y padre chilote afirmó que «nunca había visto un país tan triste como el Chile de ahora».

«Primero fue el terremoto, el tsunami, después las lluvias y la nieve en el sur, y ahora nuestros amigos enterrados en esa mina. Chile no está para fiestas», apostilló.

Si bien es cierto, los «copiapinos», tratan de mantener su ritmo habitual de trabajo, en una ciudad que surge fuerte en los últimos años gracias a los grandes proyectos mineros y el cultivo de frutas de exportación, su gente no deja de preocuparse por «sus viejos» como le dicen cariñosamente a los mineros atrapados en San José.

Aunque evitan a toda costa «ser pájaros de mal agûero», son más aterrizados que los enviados de prensa de Santiago y otros lugares del mundo, y están conscientes que en el yacimiento San José podría ocurrir aún «algo más grave».

«Aquí en la zona tratamos de no decirlo, pero estamos muy preocupados de nuestros viejos. No sabemos qué va a pasar en dos o tres meses con ellos, a 700 metros de profundidad. Imagínese una desgracia más en la mina, eso no lo podríamos soportar los copiapinos», dice Kenna Riveros que trabaja en un medio de comunicación.

«Desde la tragedia, esta ciudad no es la misma, el país no es el mismo. En Copiapó nunca más se ha llenado un salón de fiesta, los restaurantes están vacíos, las banderas que uno ve en las calles son en homenaje a los mineros, ni por el bicentenario ni por las fiestas patrias. Sólo nos preocupan nuestros hermanos», subrayó.

En tanto, Patricio Bordones, un apellido que se repite constantemente en la zona, funcionario de la Municipalidad de Tierra Amarilla, dijo que las familias después de saber que sus seres queridos están bien se han ido turnando para estar aquí arriba».

Bordones, que nos promete «un viernes bien trabajado», se queja al igual que todos los que están en el lugar, del frío polar que cae por las noches, no sólo en el lugar sino que en toda la zona.

«Nunca habíamos tenido tanta lluvia en Atacama, es coincidencia, o los cielos lloran nuestros hombres», añadió el profesional que se emociona con sus propias palabras.

Una horas antes de subir al lugar, Nury Bordones, maestra de cocina de un hotel de la zona había señalado «la pena que se vive en Copiapó. Nos acostamos y nuestra primera oración es para ellos», afirmó, quién agregó que «nadie en este pueblo se ha olvidado de sus hombres».

«La tristeza embarga el corazón, hay que ser de la zona para sentir lo que uno siente. Sólo pedimos a Dios que salgan con vida», añadió la mujer de rasgos atacameños.

Coincide con los demás en el sentido de que el país está triste y de que el gobierno «haga lo que haga» para las fiestas patrias, seguirá estando triste «hasta que no rescaten a nuestros hombres».

Publicidad

Tendencias