El actual oficialismo siempre fue estricto en materia de irregularidades en la actuación de las distintas autoridades de los gobiernos de la Concertación. Esta vez ha sido muchísimo más cauto. Muy pocos se mostraron dispuestos a analizar la situación de Francisco Estrada Vásquez y menos los que optaron por aplicar “la misma vara” que a casos sucedidos en administraciones anteriores.
Un complicado futuro se augura para el director nacional del Sename, Francisco Estrada Vásquez, al quedar al descubierto irregularidades en el uso del vehículo fiscal a su cargo. Si bien en el oficialismo no existe tanto entusiasmo para enfrentar el tema, como durante los gobiernos de la Concertación, sí hubo algunos dispuestos a intentar marca la diferencia. Diputados fiscalizadores de la UDI y RN rechazaron de plano que autoridades de la actual administración estén incurriendo en situaciones que hasta hace muy poco fueron criticadas con dureza por la Alianza por Chile.
Ese es el caso del diputado gremialista Gustavo Hasbún, quien al conocer el caso de la autoridad del Sename fue categórico en afirmar que “no se puede medir con varas distintas un mismo hecho”. Por lo mismo, planteó derechamente que el afectado debería presentar la renuncia al cargo. Aunque, según el legislador, el debate acerca del uso de los vehículos fiscales “es un tema sensible, porque no está normado si es que está destinado sólo a las funciones específicas del cargo”; sin embargo, aclaró que su postura personal frente al polémico tema es que “los vehículos fiscales son para uso fiscal, es decir, del cargo estrictamente”.
Pero insiste en que lo mejor es normar al respecto, ya que a su juicio la Contraloría “es muy ambigua, a veces, en sus dictámenes”. La necesidad de generar una normativa pasa por el hecho, aclara el diputado, de que cuando se incurre en estos hechos también existe de por medio “la utilización de fondos públicos para fines particulares”. Es por ello que recalcó que se tienen que tomar “medidas ejemplificadoras” para que casos como éste no se repitan en la administración pública, porque “este gobierno tiene que ser implacable en materia de corrupción cualquiera sea”.
Hasbún recordó uno de los episodios más bullados en el último gobierno de la Concertación, el de la subsecretaria que utilizaba el vehículo fiscal para repartir frambuesas, y tal como en ese caso –dijo- el director del Sename “debe poner su cargo a disposición y asumir las consecuencias de lo que hizo”.
Un tono muy similar al de su aliado de coalición utilizó el legislador de Renovación Nacional Frank Sauerbaum. El parlamentario es implacable en la crítica y en que Estrada Vásquez debe dejar su cargo a la brevedad. Junto con recordar que su sector criticó hechos como éste en innumerables ocasiones, destacó que “esta situación es inaceptable”. En su opinión el resultado de su accionar es “que se vaya”, que presente su renuncia, pues en la coalición “no tenemos ningún problema con sacar a la gente que no está cumpliendo con el perfil necesario para los distintos cargos”.
Notoriamente molesto por lo sucedido, Sauerbaum afirmó que “el gobierno de Sebastián Piñera es un concepto, es una actitud de vida al servicio público y los que no están dispuestos a sacrificarse se tiene que ir”. Tras lo cual advirtió que “no voy a aceptar que nadie lo proteja. Porque nosotros (el gobierno) le hicimos una promesa al país, de que íbamos a gobernar mejor que la Concertación, y la tenemos que cumplir”.
El legislador oficialista insistió en que la vara que se exigía fuera aplicada a las autoridades de gobiernos anteriores, también debe ser empleada en la actual administración. Porque “necesitamos que la gente vuelva a confiar en los políticos, así es que el que no está dispuesto a hacer las cosas bien y al sacrificio que se vaya para su casa”, sentenció.
Si bien estos parlamentarios aceptaron dar la cara ante un hecho que fue ampliamente criticado desde la derecha cuando era oposición, la generalidad no fue ésta. No todos los dirigentes y parlamentarios estuvieron dispuestos a analizar el tema. Y desde luego en la generalidad no hubo el ímpetu para la fiscalización a que nos tenía acostumbrados el oficialismo, cuando era oposición.
