La dirigenta vecinal del Barrio Yungay, Rosario Carvajal, criticó en el programa SDA Entrevistas de El Mostrador.tv la ausencia de políticas gubernamentales para las zonas patrimoniales del país, sobre todo, luego del terremoto de este año.
A un año que la Agrupación de Vecinos en Defensa del Barrio Yungay lograra que el sector fuera declarado Zona Típica por el Consejo de Monumentos Nacionales, el 27 de febrero pasado el tradicional barrio del centro de Santiago tuvo que enfrentar la destrucción y el deterioro que sufrieron sus inmuebles producto del terremoto que afectó a la zona central del país.
En el programa SDA Entrevistas de El Mostrador.tv, la dirigenta de la agrupación, Rosario Carvajal, criticó la falta de una “política pública en el ámbito de la protección y desarrollo patrimonial” lo que se ha traducido en la falta de preocupación gubernamental por restaurar la zona.
Carvajal fue enfática en señalar que “se necesita generar un cambio de institucionalidad”, pues la ley de monumentos data de 1925 “y es muy buena para 1925, no para los desafíos del siglo XXI, donde no se ha generado participación ciudadana, donde ya no se habla de monumentos sino de patrimonio cultural”, indicó.
Cansados de esperar el plan de reconstrucción que prometió el Gobierno, los vecinos decidieron emprender el proyecto de restauración con sus propias manos y para ello implementaron el taller de artes y oficios “Fermín Vivaceta en el Museo de Arte Contemporáneo de Quinta Normal.
“Es una iniciativa ciudadana que tiene como objetivo capacitar mano de obra para la restauración de nuestras casas dañadas por el terremoto con sistemas tradicionales de construcción, carpintería, yesería, electricidad, gasfitería y energía sustentable”, señaló la dirigenta vecinal.
Con el objetivo de defender el patrimonio histórico, urbano y cultural de la amenaza inmobiliaria que significaba para el sector el plan de reconversión urbana de Santiago, nació la Agrupación de Vecinos por la Defensa del Barrio Yungay, zona que se concentra en el límite de las calles Matucana, Alameda, Brasil y San Pablo desde hace 171 años.
“La propuesta de desarrollo del municipio para el barrio era permitir edificaciones de diez pisos de altura y ahí fue cuando se genera esta organización, pues para edificar había que demoler un sector histórico que tiene un valor patrimonial incalculable”, indicó Rosario Carvajal.
Luego de cinco años de trabajo, varios proyectos en curso y más de cuarenta centro culturales, sociales y deportivos asociados, la dirigenta destacó el trabajo de la organización “muy a contrapelo de las políticas municipales y ministeriales, donde se cree que el desarrollo y el progreso es demoler e instalar estas grandes moles que nos quitan la vista a la cordillera, la luz del sol y además van cortando los lazos alrededor de los barrios”, finalizó.
