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Cuenta regresiva para el cambio de gabinete

Claudia Rivas Arenas
Por : Claudia Rivas Arenas Periodista de El Mostrador @crivasa
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Mientras en el oficialismo sacan cuentas alegres de la gira del Presidente de la República por Europa, también se empieza a ver más cercano el ajuste ministerial que desde el propio sector se ha venido exigiendo con más o menos fuerza. En la derecha estiman que no habrá otro momento mejor que el actual para corregir aquello que no ha funcionado en el equipo y que se debe aprovechar la alta popularidad de Sebastián Piñera.


Mientras el Presidente Sebastián Piñera se paseaba por Europa triunfante con el famoso papelito y el video del rescate de los mineros bajo el brazo, en Chile, en La Moneda, se comenzaba a hablar con más fuerza del cambio de gabinete. En el gobierno aseguran desconocer cuándo se concretará, pero admiten que ya está “todo el mundo” alerta, sobre todo quienes no han mostrado un desempeño a la altura de lo que se esperaba de ellos.  Casos hay varios en el primer equipo del jefe de Estado. Aunque el más notorio es el de la cartera de Trabajo, liderada por Camila Merino; también está  el de la ministra secretaria general de Gobierno, Ena von Baer. Esta última, una de las damnificadas de la crisis minera, pues según reconocen en Palacio en ese período en que el titular de la cartera, Laurence Golborne, se hacía famoso, ella “no existió”. Y punto.

La vocera es una de las grandes incógnitas ante el eventual ajuste, que algunos no descartan que pudiera producirse esta semana. Ello, porque pese a que no “ha dado el ancho”, según se dice en el gobierno y, con más o menos desazón, reconocen en los partidos oficialistas, lo cierto es que la UDI no está dispuesta a dejarla ir así no más. La disputa en que se trenzó la derecha a raíz de la salida del jefe de la División de Seguridad Pública, Jorge Nazer, es sólo una pequeña muestra de lo que podría suceder si el gremialismo sigue perdiendo el escaso poder que ha logrado acaparar en la administración Piñera. Y von Baer es la única representante de la colectividad, liderada por Juan Antonio Coloma, en La Moneda.

Es por ello que el comportamiento de la vocera, el día en que se instaló la cápsula Fénix II para ser expuesta a la ciudadanía, no pasó desapercibido en Palacio. Algunos inquilinos de La Moneda, incluso, no dudaron en calificarlo de “patético”. Tal parece que para el oficialismo y sus máximas autoridades, Golborne se convirtió en una especie de Rey Midas moderno, que en este caso lo que toca lo convierte en popularidad. Porque desde que arribó a la capital, tras el rescate, ambos ministros han pasado tiempo juntos.

Y ese 19 de octubre, en que se instaló la cápsula Fénix II en la Plaza de la Constitución para que la ciudadanía tenga acceso a conocerla, la titular de Gobierno no se separó de su par de Minería. Al punto que en uno de los escasos momentos en que se distanciaron, Golborne preguntó “dónde está mi ministra”. El día antes había anunciado en su twitter: “Trabajando con Ministra Ena von Baer, Subsec De la fuente y equipo. Decidimos continuar en el café de la esquina. Lo necesitamos a la vena!”. Hechos ambos que han sido interpretados en Palacio como gestos hacia la vocera, con miras al cambio de gabinete. Por lo que se le atribuye maliciosamente que estaría intentando “colgarse” de la popularidad de “Golborne de Atacama”, como se le bautizó popularmente.

Difícil tarea

La situación de la titular de Gobierno es bien especial. En La Moneda admiten que no hay mucho que evaluar de su manejo en el cargo, porque “está claro que no lo ha hecho bien. Le quedó grande”, pero en su defensa también aclaran que “es difícil hacer vocería en un gobierno de Piñera. Y con un ministro del Interior tan potente como Hinzpeter, la cosa no habría sido más fácil para nadie”. Por otro lado, según el análisis que se hace en La Moneda, “la buena evaluación que siempre tiene en las encuestas demuestra que más allá de lo que se pueda decir, la gente la quiere”. Lo que coincide con lo que se conversa en el oficialismo, donde calculan que más allá de su desempeño, “las encuestas son las que la van a salvar” y se especula que lo peor que le podría suceder es que se le busque una “salida honrosa” de la vocería y se la ubique en otra cartera, o sea, que se produzca un “enroque”.

[cita]Quien también estaba siendo objeto de cuestionamientos antes de la crisis de los mineros era el ministro de Salud, Jaime Mañalich. Sin embargo, en La Moneda afirman que mejoró bastante en las encuestas después de su participación en el rescate y se habría “afirmado”.[/cita]

Otro elemento que aseguraría su permanencia en el gabinete es la presión de la UDI. Y aunque en La Moneda se lamentan de que, con la defensa hecha por el gremialismo a Jorge Nazer, la tienda de Juan Antonio Coloma “echa por tierra el concepto de un gobierno sin cuoteos”, en calle Suecia no se dan por enterados. Es más, no faltan los que sin ningún complejo mencionan a von Baer como una de sus “cartas presidenciales” en el gabinete. Por lo pronto, un parlamentario recuerda que la ministra fue más ovacionada que el propio Joaquín Lavín, titular de Educación, en el último Consejo General de la colectividad. Otro, incluso la compara con la ex Presidenta Michelle Bachelet, evocando que en su momento “muy pocos en la Concertación estimaban que fuera una buena candidata, cuando hablaron las encuestas, muchos le comenzaron a poner atención y miren a donde llegó”.

¿Para la casa?

En una situación mucho más compleja se encuentra la titular de Trabajo, Camila Merino. Luego del traspié sufrido con el ex subsecretario, Marcelo Soto, en su entorno tenían la convicción de que se había afirmado en el cargo. Pero nada más lejos de aquello. Al punto que se da por hecho que es carta segura para un cambio de gabinete. Certeza que no logró revertir la defensa que el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, hizo de la labor de Merino, el viernes pasado. El jefe del gabinete, señaló a radio Infinita que “a los ministros hay que juzgarlos por lo que tienen que hacer y no por una declaración más o menos”, aludiendo a los dichos de la ministra en relación a que “teníamos indicios de problemas de seguridad (en la Mina San José) y deberíamos haber actuado con anticipación”. E instó a que “concedámosle algo de mérito” a Merino por los logros de su cartera.

Para algunos representantes del oficialismo, con sus dichos, la ministra “terminó de firmar su salida del gabinete”. Y si bien reconocen que todo dependerá del mandatario, sostienen que Merino “ha cometido un error tras otro”. En este contexto, sus detractores advierten que el tema laboral “se viene fuerte” y dan por hecho que ella “no está capacitada” para sobrellevar la carga que va a significar “enfrentar a la Concertación, que se está organizando para posicionarse como oposición desde este tema”.

De hecho, ya se especula que podría ser Golborne el elegido para reemplazar a Merino, aún cuando los más escépticos manifiestan sus dudas respecto a que Piñera esté dispuesto a sacar de Minería a su ministro más popular. Otros hablan de Obras Públicas o Vivienda, ministerios más relacionados con las tareas de la reconstrucción. Ello asumiendo que otra candidata que se menciona para dejar el gabinete sería la titular de Vivienda, Magdalena Matte. Esta ministra ha sido objeto de críticas soterradas desde el inicio de su gestión, pues se dice que carece de “manejo político”, lo que habría quedado de manifiesto en algunas polémicas en que se ha cruzado con alcaldes a quienes acusó de que “no hacen su pega”, algo que para sus defensores “no es raro en este gabinete y menos todavía razón para sacarla”.

Reposicionamiento de Mañalich

Quien también estaba siendo objeto de cuestionamientos antes de la crisis de los mineros era el ministro de Salud, Jaime Mañalich. Sin embargo, en La Moneda afirman que mejoró bastante en las encuestas después de su participación en el rescate y se habría “afirmado”, aún cuando desde la oposición aseguran que “mientras se dedicaba a los mineros, haciendo una pega que podría haber hecho cualquier médico, no se ha resuelto ningún problema en Salud”.

Respecto al titular de Salud, en Palacio explican que aunque “nadie puede estar blindado”, Mañalich “se ha posicionado, si bien no se sabe cuánto”. Sostienen que ahora “es más conocido”, pero reconocen que “su problema podría ser la evaluación”, porque su misión era “la gran reforma a la Salud y en eso no ha hecho tanto”. En este sentido, aseguran que la participación del ministro en el famoso rescate tenía por el objeto “fortalecerlo para que pueda realizar su gestión, esto le dio un impulso para cumplir con su mandato”. Porque el tener “un mayor conocimiento en la opinión pública y una mejor evaluación le permitirá hacer más cosas. Ahora tiene más espaldas que antes, asumiendo que deberá lidiar con los gremios del sector, lo que no es fácil”.

Más allá de cualquier especulación, apuesta o simplemente aspiración, todos coinciden en que el cambio de gabinete sólo depende del jefe de Estado y que existen “muchas variables a considerar” para tomar una decisión tan compleja. En lo que también coincide gran parte del oficialismo es en que “este es el mejor momento para hacer los ajustes que se requieren”. Todo, apostando a la alta popularidad con la que cuenta Piñera tras el rescate y su “exitosa gira por Europa”.

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