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El crecimiento explosivo de la UDI empuja interés de modificar el binominal

Claudia Rivas Arenas
Por : Claudia Rivas Arenas Periodista de El Mostrador @crivasa
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Para nadie pasó inadvertido que fuera el ex timonel gremialista Pablo Longueira quien se abocara a la tarea de elaborar una propuesta para modificar el actual sistema electoral. Pero para sus socios, este paso no tiene mucho que ver con un cambio ideológico o doctrinario en las filas gremialistas. Sino sólo la necesidad pragmática de buscar la fórmula para darle “tiraje a la chimenea”, debido al gran desarrollo de la tienda en la última década.


Todo indica que tras el agotador proceso de sacar adelante la Ley de Presupuesto para el año 2011, finalmente el gobierno determinó cuál será su próxima batalla: las no menos polémicas reformas políticas, junto a la anunciada reforma educacional.

Al punto que La Moneda enviaría al Congreso una iniciativa a fines de este mes, para concretar el antiguo anhelo de la inscripción automática, voto voluntario y el sufragio de los chilenos en el extranjero. Pero sin dejar de ser importante esta normativa, la que más ansiedad genera en los parlamentarios son las permanentemente postergadas modificaciones al sistema binominal. Aún no hay una propuesta concreta a este respecto, aunque los partidos políticos, particularmente en el oficialismo, ya trabajan en la elaboración de distintos esquemas que no buscan cambiar el actual sistema electoral, sino “perfeccionar” el que ya existe. Lo que se estrella con las aspiraciones de cambio real por las que aboga gran parte de la oposición.

Durante los últimos 20 años fue imposible que las dos principales coaliciones políticas llegaran a un acuerdo en este sentido, porque principalmente la UDI se oponía de plano a modificar el mecanismo electoral que, sostienen, le ha dado estabilidad a Chile. Pero el Presidente Sebastián Piñera, desde RN, sustentó gran parte de su campaña del 2005 –para diferenciarse de Joaquín Lavín y llegar al centro político- y, aunque con menos fuerza, también la del 2009, en la necesidad de efectuar una serie de reformas políticas, entre ellas la del sistema binominal. Aunque, para ser rigurosos, es indefectible aclarar que nunca fue tan lejos como para hablar de cambiarlo de plano, sino que se mantuvo siempre en el límite aceptable, para los menos liberales de su sector, de la “modificación” o “perfeccionamiento”.

De allí que la apertura del gremialismo a esta posibilidad haya sorprendido a todo el espectro político. Es el senador Pablo Longueira quien se dio a la tarea de elaborar una fórmula capaz de aunar criterios, al menos al interior del oficialismo. Para luego abocarse a la búsqueda de acuerdos con la oposición. Sin embargo, por extraño que parezca este debate no es totalmente ajeno para la UDI. Ello, porque desde hace varios años que los máximos dirigentes de la tienda han ido tomando conciencia del problema que se les viene por delante: que “hay que darle tiraje a la chimenea” y que con la actual conformación electoral ese proceso es cada vez más difícil. Ser el partido más grande del país tiene ventajas, pero también genera algunas complicaciones, admite un parlamentario gremialista.

Uno de los problemas más evidentes es que muchos de sus diputados, de los cuales un número significativo lleva entre 16 y 24 años en la Cámara Baja, aspiran “como es lógico” a ascender al Senado. Proceso complicado si se considera que según nuestro sistema electoral existen sólo 19 circunscripciones, con dos senadores cada una, que cubren todo el país. Por lo que tanto en RN como en la UDI se estudian propuestas que contemplan aumentar de 38 a 50 el número de senadores, abriendo algunas de las circunscripciones más grandes, como la Metropolitana, Quinta, Sexta y Octava regiones, a las que se sumaría la recientemente creada de Arica y Parinacota.

Las dudas del gato…

En Renovación también están trabajando en el tema, tarea que está a cargo del actual primer vicepresidente de la Cámara, diputado Germán Becker. Pero a juicio de un parlamentario de este partido, “mirando la situación con pragmatismo, la UDI necesita más que nosotros un Congreso más grande. Porque siempre tienen más candidatos y no hallan dónde ponerlos”. Otro parlamentario de la Alianza hace hincapié en una situación que no es menor, sobre todo ahora que la clase política está cada vez más desprestigiada. Plantea que “no es para nada popular proponerle a la gente la necesidad de aumentar el número de parlamentarios. Menos cuando en todas las encuestas somos los peor evaluados por la ciudadanía”.

[cita]Uno de los problemas más evidentes es que muchos de sus diputados, de los cuales un número significativo lleva entre 16 y 24 años en la Cámara Baja, aspiran “como es lógico” a ascender al Senado.[/cita]

En este sentido, estima que no va a ser fácil explicar la lógica de modificar el sistema binominal, aumentando los cupos de ambas cámaras. “No es una propuesta para nada popular”, sentencia con un dejo de sincera preocupación. Es por ello, que en RN al menos intentan ser cautos a la hora de hablar de aumentar los cupos. Si bien parece haber un cierto grado de consenso en abrir circunscripciones para llegar a 50 senadores, en lo relativo a los diputados no es tan así. La idea en Renovación, según fuentes del partido, “es aumentar los menos diputados posibles, lo justo y necesario hasta llegar a un máximo de 20 adicionales a los que existen actualmente.

En la tienda de Carlos Larraín tampoco quieren prestarse para que la UDI, dicen, pueda “sacar las castañas del fuego, con la mano del gato”, aludiendo con ello a que de producirse alguna modificación al binominal en la línea de aumentar los cupos, sus socios “van a ser, sin duda, los más beneficiados. Son el partido más grande, la bancada más grande, tienen más candidatos y más semillero”, admite un parlamentario.

Por otro lado, en RN, tanto como en la UDI, no pretenden cambiar el mecanismo electoral por otro. Entre otras cosas, porque según se ha estudiado en la tienda el escenario parlamentario no sería muy distinto al actual en un sistema proporcional. Pero entienden que “tiene un problema de legitimidad de origen, debido a que viene del gobierno militar con la autoría de Jaime Guzmán”, por lo que “hay que arreglarlo y hacerle algunos ajustes para que desaparezca ese problema”, plantean en la tienda de Antonio Varas, donde aclaran, eso sí, que “en ningún caso cambiarlo”. Incluso algunos defienden el mecanismo, asegurando que el binominal “no es antidemocrático, es un sistema más entre muchos”.

De allí que otro elemento al que se buscaría echar mano, desde el oficialismo, es “sacar al pizarrón a la Concertación”, forzando al conglomerado opositor a que presente propuestas tendientes a modificar el actual sistema. De tal manera que el costo político de esta reforma no se lo lleve sólo el gobierno. Y es que en la derecha tienen la convicción de que la coalición opositora también se ha visto beneficiada con el binominal y no existiría consenso para cambiarlo.

Mientras tanto, en la Concertación no ha pasado inadvertido el problema que enfrenta la UDI y su necesidad de aumentar los cupos para aminorar problemas internos. Uno de los vicepresidentes de la Democracia Cristiana, el diputado Fuad Chahin, plantea que “ampliar circunscripciones es más binominal y lo que nosotros queremos es modificarlo. No estamos disponibles para resolver el problema político de la UDI. El Presidente (Sebastián Piñera) tiene un compromiso, entonces hagámoslo”.

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