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La complicada atmósfera con la que Piñera enfrenta el 21 de mayo

Claudia Rivas Arenas
Por : Claudia Rivas Arenas Periodista de El Mostrador @crivasa
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Son múltiples los elementos que han generado una sensación de que el Presidente de la República no llega a la Cuenta Pública de este año en su mejor momento. No sólo su baja aprobación confirma que no ha logrado transmitir, como quisiera, los avances de su administración a la ciudadanía, sino que además hay una serie de movimientos sociales que esperan sacar partido de su engorrosa situación.


El Mensaje del 21 de mayo, en que el Presidente de la República da cuenta pública al país acerca del estado de la nación es considerado, transversalmente tanto en el mundo político como ciudadano, como un acto “republicano”. Este año, el gobierno de Sebastián Piñera no enfrenta esta fecha tan significativa con el mejor clima. En eso coinciden moros y cristianos. Todas las señales indican que la efervescencia social que estalló en las últimas semanas tendrá su clímax durante el discurso del mandatario ante el Congreso Pleno. Un escenario que ningún jefe de Estado se querría en un día emblemático como éste. En cambio, se debería afrontar –explica un experto- en una atmósfera de normalidad, habiendo capitalizado los eventuales logros de la administración de la Coalición por el Cambio.

El listado de situaciones con las que La Moneda ha debido lidiar en las últimas semanas no es menor. Si bien da la sensación de que todo comenzó con la polémica aprobación del proyecto HidroAysén, lo cierto es que a juicio del presidente de la Asociación Chilena de Ciencias Políticas, José Viacava, este contexto se comenzó a fraguar mucho antes. Más o menos a la altura del mes de octubre del año pasado, “cuando la aprobación gubernativa y presidencial comenzó una inexorable tendencia a la baja”, porque según lo ve este experto, cuando eso ocurre los grupos de interés y movimientos sociales “se sienten en el derecho de exigir y colocar sus demandas sobre la mesa”.

Es así como el Presidente Piñera deberá lidiar con:

  1. El efecto que ha generado en la opinión pública no sólo la aprobación de la construcción de la central hidroeléctrica más grande de Chile, que según una encuesta es rechazada por un 73 por ciento de la población
  2. Las demandas de la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech), que ya salió a la calle y que anunció que también irá al Congreso el próximo sábado
  3. El resurgimiento del “caceroleo”, tan típico de los años ’80 en medio de la dictadura de Augusto Pinochet
  4. La unidad de un grupo transversal de parlamentarios en contra de HidroAysén, entre los que se encuentra el RN Antonio Horvath, quien además se unió a la crítica opositora en cuando a la forma irregular en que se habría aprobado el proyecto
  5. El cambio del perfil de los protestantes que ya no sólo se componen de militantes de partidos de izquierda
  6. La convocatoria de múltiples sectores a protestar al Congreso en Valparaíso; y, adicionalmente, el hecho de que la oposición haya endurecido desde abril su postura a raíz de la polémica “letra chica” de algunas iniciativas, dejando al gobierno en una complicada disyuntiva en materias tan sensibles para La Moneda como el post natal y el descuento del 7 por ciento en salud, focalizado y gradual, para los jubilados.

Todos estos elementos, y otros, convergen ad portas del 21 de mayo, contribuyendo a que el clima se haya ido enrareciendo, plantea el cientista político de la Universidad Central, Marco Moreno. Con ello también apunta al complicado escenario que enfrenta el gobierno a partir del debate que lo enfrentó con la Concertación a raíz de la llamada “letra chica” y “por los coletazos del caso Kodama. Porque el “ardid” al que hace mención la Contraloría le causa una herida profunda a la nueva forma de gobernar”.

[cita]Según el experto del Instituto Libertad Patricio Gajardo es tiempo de que Piñera empiece “a jugársela por temas de principios. A demostrar que está dispuesto a plantearse de manera más audaz. Como por ejemplo, en una reforma laboral que apunte a la flexibilidad”.[/cita]

Según Moreno, esto delata a un gobierno “que tiene muchas dificultades para salir adelante, porque como nunca antes está teñido por situaciones que están en el límite de los problemas de gobernabilidad a los que este gobierno siempre le teme”.

“La guinda de la torta es un ministro que se va de vacaciones y que el gobierno intenta justificar. Aún cuando sea como sea, este viaje va a descapitalizar al biministro Laurence Golborne”, concluye el experto.

Efecto de la baja aprobación

Por su parte, Viacava, recuerda que un escenario similar afectó a la ex Presidenta Michelle Bachelet a raíz de la crisis de los “pinguinos” el año 2006 y cuando pasaba por una baja muy significativa de su popularidad, al año siguiente, producto de la implementación del Transantiago. Por lo que Piñera no será el primero ni el último en llegar en mal pié a este evento simbólico y republicano. Pero insiste que en el caso particular del Presidente Piñera el clima de aparente efervescencia social “se ve fortalecido por indicadores que vienen a la baja desde octubre”; a lo que se suma una complicada coyuntura política, en la que la oposición endurece su postura y el gobierno no puede cumplir con su programa.

[cita]“La guinda de la torta es un ministro que se va de vacaciones y que el gobierno intenta justificar. Este viaje va a descapitalizar a Golborne”, dice el cientista político Marco Moreno[/cita]

A juicio de Viacava “va a ser el clima el que va a generar el discurso y va a depender del Presidente hasta dónde va a responder a los requerimientos” de los distintos grupos sociales que presionan. Por su parte, Moreno, estima que la ya más que mencionada “falta de relato” del gobierno “es lo que va a llevar al Presidente a pensar en medidas improvisadas, efectistas, pero que no lograrán el alcance a largo plazo que se debería buscar. Eso por la necesidad del gobierno de demostrar que está haciendo cosas”.

Aún cuando el experto del Instituto Libertad –ligado a RN- Patricio Gajardo admite que existe un clima de efervescencia que, a su juicio, es más bien una sensación que una realidad completa, estima que es ahora cuando el jefe de Estado debe hacer “un punto de inflexión” en su gobierno. Y que si La Moneda se atrevió a dar su apoyo explícito a HidroAysén, bien podría aprovechar este impulso para iniciar una segunda fase: la de “tomar decisiones más difíciles que pueden generar críticas transversales”. Dado que en opinión de Gajardo la decisión sobre HidroAysén demuestra que el gobierno de Piñera “dejó de tomar decisiones por encuestas”.

En el contexto de asumir posturas más controvertidas y menos populares, Gajardo apunta por ejemplo a algo que es esperado en el ámbito aliancista y que tiene que ver con que la autoridad empiece “a jugársela más por temas de principios propios del sector. A demostrar que está dispuesto a plantearse de manera más audaz, sin pensar en las encuestas. Como por ejemplo, en una reforma laboral que apunte a la flexibilidad y reformas más profundas en materia económica de manera que el alto crecimiento se mantenga en el tiempo”.

Si bien el experto del Instituto Libertad está consciente de que lo que plantea “puede significar un costo político importante” para el Presidente, advierte que “más vale que tome la decisión ahora que no estamos en un año electoral”.

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