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Fonasa inaugura programa piloto inédito en Chile para tratamientos de infgertilidad de baja complejidad

“Todas las parejas que tienen problemas de ovulación, endometriosis leve, infertilidad de causa desconocida y factor masculino leve a moderado tendrán la oportunidad de embarazarse con una hiperestimulación ovárica controlada e inseminación intrauterina, que consiste en ‘acortar el camino’ que recorren los espermios para encontrarse con el ovulo en la trompa y lograr la fecundación de forma natural”, explica la doctora Verónica Chamy, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valparaíso.


Con la presencia del mnistro de Salud, Jaime Mañalich, el director de Fonasa, Mikel Uriarte, autoridades regionales de salud, parlamentarios de todas las bancadas, facultativos de la Universidad de Valparaíso y miembros de la Agrupación “Queremos Ser Padres”, se dará inicio este sábado al “Primer Programa Piloto en Chile para Tratamientos de Infertilidad de baja complejidad”.

El proyecto, beneficiará a 40 parejas que se atienden en el Hospital Carlos Van Buren y estará a cargo de la Unidad de Reproducción Humana de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valparaíso, bajo la dirección de la doctora Verónica Chamy. El programa es inédito en Chile, ya que es la primera vez que el sistema de salud pública, financia tratamientos de baja complejidad que van desde la estimulación ovárica, hasta la inseminación intrauterina, procesos que resuelven el 50% de los casos de infertilidad.

La infertilidad aún no es reconocida en Chile como enfermedad, pese a que la Organización Mundial de la Salud así lo decretó en el 2009. En esta c liberación de globos rosados y celestes, para crear conciencia en la autoridad y en la opinión pública acerca de esta problemática, queremonia, la “Agrupación Queremos Ser Padres” dirigida por su vocera Patricia Ramírez, realizará una acto simbólico con lae afecta aproximadamente a 250.000 parejas en Chile y cuyos tratamientos son de altísimo costo (van desde los $300 mil hasta los 6 millones de pesos) por intento de embarazo.

La unidad de investigaciones médicas de la Universidad de Valparaíso, implementó toda un área de medicina reproductiva, donde se habilitaron salas especiales para la evaluación clínica, y para toma de espermiograma. En otra área, se encuentra el ecógrafo de última generación, con el cual se realizan todos los seguimientos foliculares para evaluar el desarrollo folicular y establecer el momento probable de la ovulación para la inseminación intrauterina. Por último, está el laboratorio de andrología, donde se encuentran todos los adelantos técnicos (microscopios, campanas de flujos laminales, centrifugas, programas computacionales para manejar la información de cada paciente, etcétera) para realizar las separaciones espermáticas.

“Todas las parejas que tienen problemas de ovulación, endometriosis leve, infertilidad de causa desconocida y factor masculino leve a moderado (alteración de calidad, cantidad, motilidad de espermios) tendrán la oportunidad de embarazarse con una hiperestimulación ovárica controlada e inseminación intrauterina, que consiste en ‘acortar el camino’ que recorren los espermios para encontrarse con el ovulo en la trompa y lograr la fecundación de forma natural”, explica la doctora Chamy.

Este tratamiento tiene una tasa de efectividad del 15%, lo que a simple vista parece poco, pero si pensamos que la tasa de fertilidad humana de una pareja normal es del 20% por ciclo de exposición, resulta una cifra efectiva que resuelve estadísticamente el 50% de los problemas de las parejas con estas causas de infertilidad. Se realizan hasta tres intentos por pareja, que consiste en estimulación de la ovulación, seguimiento folicular y preparación espermática para inseminación intrauterina programada en el momento de la ovulación.

Los requisitos para ingresar al programa son:

– Pertenecer al Servicio de Salud Valparaíso- San Antonio

– Edad de la mujer entre 18 a 40 años

– Trompas de Falopio normales

– Reserva ovárica adecuada

– Espermiograma normal o levemente alterado según criterio OMS 2010.

– Ambos tienen que cotizar en Fonasa, mínimo 18 meses.

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