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El hotel «sin estrellas» que habilitó la ACHS para sus pacientes ambulatorios de regiones

El hospedaje que tiene un convenio con la Asociación Chilena de Seguridad recibe generalmente a personas que han sudrido fracturas y tienen dificultades para caminar. Pese a ello,las instalaciones no cuentan ni siquiera con una rampa para discapacitados. Y lo que es peor: los comedores están en el tercer piso.


No hay enfermeras en el hotel Victoria Simpsom, destino obligado de los afiliados a la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) que deben viajar de regiones para atenderse en el Hospital del Trabajador o realizarse exámenes médicos.

Hasta ese lugar llegan cada año cerca de un millar de trabajadores por los que la ACHS paga $28.000 más IVA por noche, lo que constituye el único ingreso del recinto de propiedad de Verónica Retamal y Leiva y su marido, Carlos Moya León.

Una investigación de Ciper Chile reveló que el hospedaje tiene en realidad patente de “residencial deportiva”, sus instalaciones eléctricas no tienen la certificación reglamentaria de la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC), y sus habitaciones no cuentan con acceso para discapacitados.

Además el lugar carece de vías de escape y ascensores. Los comedores quedan en el tercer piso y muchas de las personas que deben usar las instalaciones son trabajadores accidentados, algunos con lesiones serias que dificultan o impiden su movilidad.

El reportaje titulado “El hotel donde se maltrata a los trabajadores accidentados” recuerda que además el 2006 “en el contexto del polémico escándalo de Chiledeportes, la Contraloría detectó el pago de $16 millones sin respaldo por “cursos fantasma” que la Federación de Lucha organizó precisamente en ese hotel”.

También precisan que tres años después la Contraloría realizó una nueva auditoría al Instituto Nacional de Deportes (IND), cuyo informe objeta que la misma federación entregó siete RUT falsos o inexistentes para justificar gastos que correspondían a los alojamientos de esas siete personas en el Hotel Victoria Simpson.

Ante la serie de inconvenientes que deben enfrentar los trabajadores enviaron una carta denunciando la situación a la Subsecretaría del Trabajo, a la Superintendencia de Seguridad Social, al diputado Carlos Vilches y al gabinete de la primera dama Cecilia Morel.

Esa gestión provocó una respuesta de la Superintendencia de Seguridad Social en la que les comunican que “es el SEREMI de Salud la entidad facultada para inspeccionar las clínicas y el cumplimiento de las exigencias para su autorización y funcionamiento”, acotando además que solicitaron a la ACHS “un informe en el cual se precise qué tipo de pacientes son enviados a dicho hotel, y un informe técnico que incluya fotos del recinto”.

Mediante un comunicado la cuestionada mutual aseguró que “al momento de iniciar el convenio con el hotel Victoria Simpsom -licitado a raíz de su proximidad al Hospital del Trabajador de Santiago- efectuó las evaluaciones e informes técnicos que garantizaran su operatividad para los requerimientos pertinentes, verificándose que cumplía con los estándares solicitados”.

Asegurando que los pacientes que se alojan en el hotel no requieren hospitalización, son “autovalentes y se trasladan por sí solos”, la ACHS informó que pidieron al hotel el reacondicionamiento y una ampliación de sus instalaciones, acotando que de las 610 personas, que según afirman, fueron atendidas en el lugar en el período 2009-2010 “se registraron solo seis sugerencias en el libro de reclamos”.

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