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El Paro de la CUT que puede dañar la imagen del movimiento estudiantil

Según analistas, la lógica de la movilización de ayer y hoy es más bien “ochentera”. Imágenes de barricadas, disturbios callejeros y encapuchados podrían ser capitalizados por el oficialismo para afectar la popularidad del movimiento estudiantil si logra que la opinión pública lo meta todo en un mismo saco.


Adelantar el paro nacional convocado por la CUT inicialmente para octubre pintaba como una excelente oportunidad de subirse al carro del exitoso movimiento estudiantil que ha logrado un fuerte respaldo social  y generado un importante contrapunto al Gobierno.

De hecho los partidos de la Concertación también se sumaron a la movilización, marcada por el fin de la huelga de hambre de los estudiantes de Buin y el criticado almuerzo que el Presidente Sebastián Piñera mantuvo con twitteros influyentes en La Moneda. Pero el primer día de la convocatoria no logró una adhesión masiva, al menos no en el sector privado, ni transmitió la sensación de un país paralizado. De hecho, el Trending Topic por gran parte del día en Twitter fue el hashtag #quepenatuparo.

Para el cientista político de la Universidad Central, Marco Moreno, la percepción del paro, que fue calificado por el gobierno “como un gran fracaso”, fue “de un día domingo con poco movimiento de gente. Lo que se siente y percibe más allá de la movilización es que hay cierto sentimiento de descontento, la gente estaba más simbólicamente con el paro que con una expresión concreta de paralizar. Tampoco podemos hablar de normalidad del país. La gente busca una forma distinta de adherir por este descontento que se siente, como irse más temprano a la casa, pero sin el formato tradicional de paro, básicamente porque aparte de los sectores públicos es muy difícil para una trabajador no ir a trabajar”.

Según Moreno, desde un comienzo fue una apuesta muy arriesgada llamar a un paro de dos días, ya que asegura que hoy las condiciones no son adecuadas para un movimiento tan largo y “además bastante inusitado. Creo que se hizo una apuesta en términos de vincular la situación con el ascendiente del movimiento estudiantil. Las encuestas de opinión reflejan que la gente mira de buena manera  estas demandas y se quiso empatar con otro tipo de reivindicaciones, pero no alcanzaron a alinearse totalmente. La gente hizo una distinción”.

Además, plantea, “este paro se llama con bastante nostalgia, con acciones como quemar fogatas, poner miguelitos, una cosa bastante ochentera en espacios muy reducidos, pero que no alcanza a desestabilizar para generar una anormalidad total”.

En tanto, el cientista político del Instituto Libertad, Patricio Gajardo, señala que la decisión de adelantar el paro “es claramente una decisión oportunista de aprovechar la circunstancia y  subirse al carro del movimiento estudiantil”. En cuanto a la suma de la Concertación, plantea que al hacerlo “implícitamente está haciendo una autocrítica profunda de lo que fueron sus 20 años en el gobierno. Si lo que se cuestiona es la distribución del ingreso, la enorme desigualdad, entonces lo que se había considerado la coalición de gobierno más exitosa no lo es tanto”.

[cita]“Lo peor que puede pasar es que la opinión pública crea que el movimiento estudiantil también es parte de este clima de ingobernabilidad que se comienza a instalar. Por eso del Gobierno buscará empatar esas dos líneas: el clima de desorden y disturbio con el movimiento estudiantil, para presentarlo como lo mismo y con eso erosionar su legitimidad”, señala Marco Moreno.[/cita]

Por otra parte, Gajardo también sostiene que, dependiendo de los niveles de violencia que se generen estos días, la decisión de la Concertación podría ser un arma de doble filo, ya que  “lo que hace al darle respaldo específico a la CUT y a organizaciones sindicales en un momento de alto crecimiento donde no existe una percepción de angustia económica hace asumir responsabilidades en los resultados. Por eso hubo preocupación de la DC principalmente -que se sumó a última hora- ya que en forma implícita al sumarse pasan a ser también responsable de los hechos de violencia y ya no pueden culpar sólo al Gobierno”.

La oportunidad del gobierno

El inicio del paro, marcado durante el día por incidentes focalizados como barricadas y enfrentamientos de encapuchados con carabineros y varios detenidos y heridos, podría ser una excelente oportunidad para el Gobierno. Así lo sostiene Moreno, que asegura que “lo que está buscando es desgastar al movimiento estudiantil y si los incidentes terminan en situaciones de violencia va a querer dañar la imagen al afectar su popularidad”.

Y asegura que “lo peor que puede pasar es que la opinión pública crea que el movimiento estudiantil también es parte de este clima de ingobernabilidad que se comienza a instalar. Por eso del Gobierno buscará empatar esas dos líneas: el clima de desorden y disturbio con el movimiento estudiantil, para presentarlo como lo mismo y con eso erosionar su legitimidad”.

Por eso, asegura, “este paro es una marcha atrás, más allá de los resultados de personas que adhieren, como los trabajadores tradicionales del sector público -que según la Anef llegó a 80% versus el 5,3% que dice el oficialismo- porque el Gobierno  tratará de explotar los aspectos negativos de la movilización: disturbios, incidentes seguramente aislados pero que tratará de manejar comunicacionalmente como grandes desórdenes. Entonces el negocio no fue muy bueno, porque el principal activo del movimiento podría verse erosionado”.

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