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Senadora Allende dice que entierro definitivo de su padre «cierra un ciclo» para la familia

A pesar de este planteamiento la hija del mandatario planteó que “la Justicia tiene que seguir investigando las causas de la muerte y donde están los restos de aquellas personas que todavía no se conocen».


La senadora Isabel Allende, hija del presidente Salvador Allende (1908-1973), consideró que la nueva inhumación de los restos de su padre este domingo «cierra un ciclo» para la familia, pero advirtió que la justicia debe «seguir investigando» las violaciones de los derechos humanos.

Con el regreso de los restos al mausoleo familiar en el Cementerio General de Santiago, de donde fueron sacados en mayo pasado para una investigación, se cierra «una etapa donde se ha establecido certeza sobre la identidad y la forma en que murió Salvador Allende Gossens», dijo la senadora.

«Para la familia se cierra un ciclo, pero esto no significa que se cierre un ciclo para la Justicia. La Justicia tiene que seguir investigando las causas de la muerte y donde están los restos de aquellas personas que todavía no se conocen», señaló Allende en declaraciones a la prensa en compañía de su hermana, Carmen Paz Allende, y de su hija Marcia Tambutti.

El domingo, día en que se cumple el 41 aniversario de la elección de Allende como presidente de Chile, sus restos serán enterrados de nuevo en el mausoleo familiar en el Cementerio General de Santiago, de donde fueron sacados en mayo pasado para la investigación de las causas de su muerte, que confirmó que se debió a un suicidio.

Antes de la inhumación, que se hará en la intimidad familiar, se llevará a cabo un acto público en la Plaza de la Paz, frente al mausoleo, al que Isabel Allende invitó a asistir a todos los que quieran rendirle un homenaje a su padre, presidente de 1970 a 1973, «en un marco de paz y solemnidad».

La senadora aclaró que la ceremonia no es un funeral de Estado, ya que éste se llevó a cabo en 1990, con el retorno de la democracia a Chile, y que, por lo tanto, no se ha invitado con carácter oficial a ninguna autoridad.

De hecho, se trata del tercer entierro del político chileno, ya que antes del funeral de Estado, Allende fue sepultado en un cementerio de Viña del Mar, de noche, sin testigos y en una tumba sin nombre, por orden del régimen encabezado por Augusto Pinochet. Los restos de Allende fueron exhumados el pasado mayo para establecer judicialmente las circunstancias de su muerte durante el golpe de Estado y el ataque al Palacio de La Moneda el 11 de septiembre de 1973.

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