En la propuesta enviada por el Ejecutivo ofrece que «la agenda de trabajo legislativo sea manejada en cuanto a sus urgencias y ritmos de tramitación, de manera de permitir que los acuerdos que se alcancen puedan ser incorporados en los respectivos proyectos de ley».
El Gobierno entregó una nueva propuesta a los estudiantes universitarios en la que flexibiliza su postura para poder entablar un diálogo con los jóvenes, movilizados desde hace cuatro meses en demanda de una mejor educación y que este jueves celebrarán nuevas marchas.
El ministro de Educación, Felipe Bulnes, envió por correo electrónico esa propuesta a los líderes estudiantiles poco antes de la asamblea que celebraron este sábado en Coquimbo, reveló hoy la prensa local.
En esa reunión, los estudiantes iban a decidir si regresaban o no a clases después de cuatro meses en paro, aunque sin deponer las movilizaciones, pero el apagón de luz que afectó al centro del país obligó a suspender la asamblea, que se retomará el próximo martes en Santiago.
Además, los universitarios tenían que discutir la última propuesta del Gobierno para retomar el diálogo, que llevaba varias semanas en punto muerto después de que los estudiantes pusieran cuatro condiciones para sentarse a conversar, y el Ejecutivo aceptara solo dos.
Entre las exigencias rechazadas figura la paralización de los proyectos de ley sobre educación enviados al Congreso.
En la propuesta enviada ayer, el Gobierno ofrece que «la agenda de trabajo legislativo sea manejada en cuanto a sus urgencias y ritmos de tramitación, de manera de permitir que los acuerdos que se alcancen puedan ser incorporados en los respectivos proyectos de ley».
Sin embargo, el diputado Pedro Browne, de la oficialista Renovación Nacional, advirtió hoy que los parlamentarios afines al Gobierno no tienen por qué respetar en su totalidad esos acuerdos.
«Los estudiantes tienen que tener claro que más allá de los posibles acuerdos a los que ellos puedan llegar con el Gobierno, eso no asegura que en el Congreso se vayan a aprobar de la misma manera. Los parlamentarios tenemos la libertad de votar según nuestras propias convicciones», recalcó.
Por otra parte, el Gobierno también se había negado a modificar el calendario para aplazar el cierre del primer semestre académico en las universidades, fijado para el 7 de octubre.
Pero en su última oferta, y «en función del retorno oportuno a clases de los estudiantes», el Ministerio de Educación se ofrece a emplear «los mejores esfuerzos y adoptar las medidas posibles para reprogramar los calendarios escolares de todos los establecimientos afectados por las tomas».
También subraya, en alusión a otra de las demandas de los estudiantes, que «los debates de las mesas de diálogo serán transparentes» y se levantarán actas públicas «para que la ciudadanía pueda conocer los temas tratados y las posiciones de los participantes».
Por otra parte, el Colegio de Profesores, junto a otras organizaciones sociales, lanzó hoy una consulta nacional por la educación para los días 7 y 8 de octubre en la que invitó a participar a todos los mayores de 14 años.
En tanto, un grupo de cincuenta estudiantes secundarios iniciaron este domingo una marcha de unos 500 kilómetros entre la ciudad sureña de Concepción y Santiago, donde esperan llegar dentro de ocho días para hacer patentes sus demandas.
En Santiago, el estatal Servicio Nacional de Menores (Sename) emitió un requerimiento, a raíz de un recurso de protección presentado por el Ministerio de Salud, para hospitalizar a una estudiante de secundaria de 15 años que se encuentra en huelga de hambre desde hace 35 días.
«Es una estrategia política, quieren sacarnos de la calle», criticó la joven, llamada Carla Fernández, que esta semana estuvo internada durante varios días tras sufrir una descompensación.
