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Premio Nacional de Medicina llama a enfrentar «deuda social» que existe en sistema hospitalario

“Políticamente pueden ser opciones enfrentar o ignorar esta deuda social, pero moralmente no hay opción porque es una obligación moral corregir la situación actual que es socialmente injusta, anacrónica y agravante de una inequidad intolerable”, sostuvo.


Haciendo una fuerte crítica al lucro en la salud, el presidente de la Academia Chilena de Medicina y actual Premio Nacional de Medicina, Rodolfo Armas, instó a las autoridades en el día del hospital a que se reconozcan y corrijan las ineficiencias del sistema hospitalario chileno.

“Políticamente pueden ser opciones enfrentar o ignorar esta deuda social, pero moralmente no hay opción porque es una obligación moral corregir la situación actual que es socialmente injusta, anacrónica y agravante de una inequidad intolerable”, sostuvo.

A juicio, «el país puede estar orgulloso de las condiciones sanitarias de su gente. Los indicadores sanitarios son notables si se los compara con los de otros de ingresos equivalentes. No obstante, indica, estas cifras están relacionadas con políticas de salud pública como alimentación de la población, protección a embarazadas y recién nacidos, vacunaciones, disponibilidad de agua potable y alcantarillas, educación en general y otras variables, pero no con la medicina curativa que se ofrece a las personas enfermas».

“Cada día vivimos más y mejor, lo que se logra gracias a recursos diagnósticos a los que los médicos recurrimos frecuentemente para trabajar con certezas y al creciente empleo de recursos terapéuticos complejos. Sin embargo, los costos que esto significa recaen sobre los presupuestos de los hospitales los que si no se financian adecuadamente, como está ocurriendo actualmente, se generan una serie de insuficiencias en recursos humanos, pabellones quirúrgicos, insumos para diagnóstico y tratamientos, deudas con proveedores, listas de espera, frustración de pacientes y personal”, señaló.

Listas irreales de espera

Como un “infrecuente engaño” calificó Rodolfo Armas a las listas de espera para practicar ciertos exámenes o determinadas cirugías, “pues al paciente se le dice que se le llamará para una cita que no ocurrirá”.

Porque lo cierto es los servicios de urgencia a menudo son sobrepasados por la demanda y saturan la capacidad de recibir pacientes que tienen los hospitales a los que están adosados.

“Actualmente, si cabe tener orgullo por los indicadores sanitarios, es imposible tenerlo por la atención médica que se ofrece a quienes se enferman”, denunció Armas

“Se habla que las listas de espera se tendrán que resolver con la ayuda de los establecimientos privados y ¿Quién pagará eso? ¿el mismo hospital al que se le critica la deuda que ya tiene y que ahora deberá pagar por el servicio que no pudo brindar?. Es de toda lógica que las instituciones privadas no trabajarán sin costos ni beneficios económicos pues eso no les corresponde”, apuntó.

Lucro de  la salud

El timonel de la Academia Chilena de Medicina indicó que en parte el problema radica en el desmedido costo de los gastos médicos. “En Chile se ha olvidado que la medicina es un servicio al que todos tenemos derecho y se ha ido aceptando que es una buena oportunidad para hacer negocios. Pretender hacer negocio con la salud es privilegiar el beneficio propio por encima del derecho de las personas”, sostiene.

En ese contexto criticó el negocio de las cadenas farmacéuticas a las que no les ha importado ir más allá de lo legal en su forma de hacer negocios para beneficiarse con la enfermedad ajena. Un panorama similar ocurre con las Isapres que suben y suben sus primas y persiguen a quienes les deben pagar sus reposos. Por otra parte, “hemos visto cómo los hospitales públicos que sirven de campos clínicos para la enseñanza se licitan a la universidades buscando beneficiarse de ellas en vez de preferir a aquellas cuyos egresados se interesan más en la atención médica de los más necesitados”.

Hay que tener presente que los hospitales son centros de enseñanza, aprendizaje y creación de disciplina en el trabajo para quienes se incorporan a los equipos de salud. “En ellos se aprende a vivir la relación maestro y discípulo porque las profesiones de la salud, y especialmente la medicina, se aprenden básicamente de un tutor”, destacó.

Agregó que “es una obligación moral corregir la situación actual que es socialmente injusta, anacrónica y agravante de una inequidad intolerable”, sostiene el Dr. Rodolfo Armas.

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